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viernes, 27 de noviembre de 2015

Elecciones o mi voto y yo.

Voté por primera vez en el Referendum de la Constitución del 78, con 19 años y desde entonces no he dejado de hacerlo salvo por causas de fuerza mayor. Para empezar está el hecho de que mi colegio electoral no tiene acccesos para discapacitados y, aunque sé que tengo derecho a que me bajen la urna, no soy amigo de montar números y menos aún de oir los comentarios de la gente, esa misma gente que ponen la prona a que se adecúen sus portales si tienen que pagar un céntimo. Item más, el voto por correo es algo bastante complejo que te obliga a acudir al menos dos o tres veces a correos y además a estar prácticamente de guardia pues sólo te lo pueden entregar a ti in person y no hace más que dos intentos. Esas han sido las causas de que alguna vez no haya votado. Pero ahora no.

¡Qué dolor! por un descuido gatito-2
Micifuz y Zapirón,
se comieron un capón,
en un asador metido.
Después de haberse lamido
trataron en conferencia
si obrarían con prudencia
en comerse el asador.
¿Lo comieron? -¡No, señor!
Era caso de conciencia.




Pues eso, es un caso de conciencia. Para empezar veamos el panorama desde el puente del que dan ganas de tirarse. Primero el PP que ya sabemos que son un cruce entre los caciques de la época de Primo de Rivera y los advenedizoz franquistas y Aznar sin dimitir como diría nuesto añorado Thiago. Cierto que tiene gente valiosa, al margen de si idelogía, personalmente me parece que Sorayita es muy capaz de llevar todos los ministerios ella sola, y Cristina de Cifuentes, está teniendo una gestión, hoy por hoy, impecable, y hablo desde la oposición al pensamiento de su partido. En cualquier caso son lo que son: la derechona montaraz de toda la vida.
PSOE, angelicos míos. Desnortado, convertido en reinos de Taifas y  con una vieja guardia que ni come la berza ni la deja comer. Vieja guardia que no encuentra en el relevo generacional personajes de una talla iudiscutible. Su lider, Sánchez, se ve desbordado por tantos frentes y encima cargando con el "y tú más", una mala gestión económica en final del gobierno de Zapatero (aunque no sé si podían hacer otra cosa cuando el saqueo era generalizaado) y con parte de sus votantes decepcionados por la facilidad con que se enganchó al carro neoliberal en esos momentos. Demasiadas tareas internas por hacer y demasiados compromisos. Por decirlo a la manera Almodóvar, le veo como vaca sin cencerro. Ya ha pasado etapas similares después de perder el poder, pero precisamente por eso debería saber evitarlas o minimizarlas. Y además está Susanita, la del ratón no, la de la autonomía andaluza que parece tener armas y bagajes preparados para primero tomar Ferraz y luego intentar el asalto a la Moncloa. Eso que yo vea, que tampoco quiero mirar mucho.
Ciudadanos con Albert Rivera o "El retrato de Dorian Gray", como vemos en esta foto de su primera campaña electoral los años no pasan por él. La ventaja que tiene es él: monín, en apariencia sensato, moderado, el yerno que toda suegra quiere. Ahora bien: ¿que es Ciudadanos? Aparentemente en el arco ideológico actual ocuparía por la derecha el equivalente a PSOE por la izquierda: centro derecha y centro izquierda respectivamente. No me desagrada ni él ni las cosas que propoine, en conjuto, pero no podemos fiarnos por: en la presente situación ¿conviene a la buena gobernanza del país un presidente catalán?, segundo: ese centro derecha suele tener siempre la tendencia a resbalar hacia la derecha dejando el centro vacío, tercero: apoya la intervención directa y bélica contra el estado islámico lo que quiere decir que ha dicho lo que piensa el partido y no lo que quiere oir el electorado, justo al revés que los demás partidos. Y yo no sé todavía si estoy o no a favor de esa intervención, por principio: no, pero lo que está ocurriendo allí no tiene nombre. ¿Y si una vez en el poder nos encontramos con un Fraguita/Dorian Gray? Lo cierto es que no termino de fiarme.
Ahora toca hablar de PODEMOS. Podemos ¿qué?.Las posturas de Podemos no son exactamente reformistas sino destructivas y radicales. Sin embargo, no está la Magdalena para tafetanes. Resumo que esto se está alargando. Utópicos y poco posibilistas, de los que la lían y luego son los primeros en coger el tren camino a Francia, radicales inncesariamente y fuera de contexto y, además sin atenter a otras vertientes más que la ideológica. Poco organizados com partido, con meterduras de pata constantes y casi diría que forzadas, como si estuvieran haciendo adrede todo lo posible para no ser elegidos. Ademas provienen del mundo académico, yo también, sólo que yo no supe anidar en él, vamos que ya vienen con escuela de corrupción de serie. Me gustan pero me fío menos de ellos que de cualquier otro de los partidos.
Izquierda Unida: desorganizada y no muy boyante en sus intervenciones aunque reconozco que va levantando un poco.
En suma: que no soy capaz de decidir mi voto y en tales circunstancias no me voy a poner a luchar a brazo partido para poder votar por correo. Eso sí, que no vote no quiere decir que no proteste, por que yo callado, ni debajo el agua.

domingo, 22 de noviembre de 2015

De segundas (4)



Así acabó el Rogelio casi libre y volvieron los primeros años con él pegado a la barra y ella a la cocina. Sin perder, pero ganando lo justo para no cerrar y vivir casi con lo mínimo. Los años fueron pasando casa a lo tonto y trayendo algunas noticias de su hijo: encargado de mantenimiento en un lujoso edificio de apartamentos con chabola –literallmente- en la azotea y fama de ser nido de mantenidas. “Quitando la mierda a otros, para eso podía quitarla aquí”, pensó sin querer oír las correcciones que se le venían a la cabeza. Lo supieron por Elías, que, las pocas veces que se veían –cumpleaños, Navidad y poco más- le miraba con una sonrisa atravesada, incómoda.
Su se había ido reduciendo a la barra, la terraza y las carnes sonrosadas de vaca muerta cada noche. Siempre pendientes de hacer tal o cual reforma para modernizar esto o aquello y siempre sin conseguirlo. Hubo un momento en que dejaron hasta de proyectarlo. Pasaban del bullicio de los escasos pero escandalosos parroquianos a al silencio absoluto de su casa. Si antes sólo se hablaba de cuentas, ahora ni eso, pues harto de estrecheces había ido dejando todo aquello en manos de Luisa. Aquella casa se iba trasfigurando en un panteón: silencio, oscuridad para no gastar más luz, frío para ahorrar en calefacción, y los años siguieron pasando. Las carnes abundosas y sonrosadas comenzaron a cobrar tonos de carne putrefacta que le repugnaba y excitaba sobremanera, casi tanto como su invencible indiferencia a lo que él hiciera con su cuerpo. Eran esas descargas violentas de su organismo el único signo de vida en aquella casa. Ese y las noticias que casi telegráficamente le daba de la familia de Isa, de lo buenos estudiantes que eran sus sobrinos, de los colegios caros a los que iban, más tarde de las universidades privadas casi exclusivas, de los cursos en el extranjero. De Jesús, en cambio, no habían vuelto a saber nada.
Sin embargo, casi de un día para otro todo cambió. ¿Caprichos del destino o estupidez humana? No lo sé, ni lo supo Rogelio pero algo hizo que se pusieran de rabiosa moda los locales al estilo de los sesenta-setenta y las tapas y raciones más “de toda la vida”. Luisa, viva como pocas para incrementar ingresos se limitó a mantenerlo todo como un jaspe y a comprar una máquina de discos con música de aquellos años. Aquello se convirtió en un no parar con colas con colas y casi peleas en la puerta para lograr una ración de croquetas o de migas. El dinero, por fin, parecía entrar a chorros, pero, en realidad, entre unas cosas y otras no terminaba de reflejarse en la cuenta corriente; y no sería por falta de trabajar, sobre todo Luisa que de tanto hacerlo reventó una mañana de domingo mientras preparaba chocolate con canela. Cayó fulminada como por un rayo o un disparo, pronto un derrame tiñó de morado casi toda su cara tan inexpresiva en la muerte como en el sexo. Por aquellos días hacía veinte años que Jesús se había ido de casa.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Cantar por París.

 Hoy puede parecer tarde para esta entrada pero, aparte de que ayer me fue imposible sentarme al ordenador, no creo que los sentimientos que nos ha producido vayan a desaparecer de un día para otro.
Empiezo a estar harto de poner el lazo de luto por cosas como esta, es ya absolutamente intolerable, y lo peor es que da igual lo que se haga y quien sea el culpable, hoy es el estdo islámico, ayer la ultraderecha, anteayer la ultaizquierda y al otro el monstruo de no sé donde con su hija no sé cuantos años encerrada. Eso sin mirar mucho más atrás que unos pocos años.
 He titulado así la entrada por que París siempre ha salido adelante cantando. El cancán, La vie en rose o, como no, La marsellesa. La canción, el himno sentido y no monopoizado une a la gente. Por eso no sólo hay que rezar por los inocentes caídos en esta batalla sino cantar la inevitable victoria francesa sobre sí misma, su miedo, su dolor y su duelo. Ya lo ha hecho mil veces y lo volverá a hacer por que, queramos o no, París sigue siendo el centro neurálgico del mundo occidental (excluyo tan sólo  al lejano oriente)
 Si las cosas son como yo creo que son esta barbaridad supondrá un cambio cualitativo en la la situación actual ante el terrorismo. Francia, con razón y a veces sin ella, ha demostrado sobradamente que es mal enemigo. Sinceramente no entiendo como atacan a la patria de la libertad y al refugio de perseguidos, cuando en ella han recalado los lideresos de los movimientos que antes y ahora le atacan. Eso sí, después de pasar por los colleges ingleses.
 El dolor hoy es universal, sí, aunque en cualquier país asiático o africano cada día hay atentados con más víctimas. Es injusto, sí, es racista, sí, pero es que el hecho de que lo veamos injusto y racista se lo debemos a Francia que con sangre de franceses hiciera brotar las semillas de esos conceptos en el pensamiento universal. Nada hay que valga la pena hoy que no tenga su origen entre el reinado de Luis XIV y el inicio del nefasto Napoleón que no naciera en Francia. No se va a doblegar el roble del bosque talado para construir la catedral de Chartres, lugar de toda magia, ahora. Se levantarán voces, me temo que también armas, nacerán ideas y Francia, como siempre, volverá a ser lo que ha sido siempre: el eje del mundo.

jueves, 12 de noviembre de 2015

De segundas (3)



Con Isa instalada en un amplio semisótano de un horrendo edificio moderno del ya de por sí siniestro barrio Salamanca, y más aún cuando nacieron los sobrinos, la Luisa consintió en cerrar un día por semana para ir a visitarles, e incluso alguna tarde dejaba todo preparado y se iba sola a pesar de las cerca de dos horas que había de camino con tres autobuses que coger. Los días de libranza se iban a pasar allí el día, al menos al principio, y las hermanas no paraban de parlotear ni de aprovechar para secretos conciliábulos que solían acabar en risas. Así fue, a pesar de las protestas de Jesús que se aburría con sus dos primos casi bebés a su lado, hasta que cierta sobremesa de una comida que empezó con cerveza, siguió con vermut, continuó con los corpulentos caldos del pueblo y se remató con anisetes para las mujeres que inmediatamente se fueron a la cocina a seguir con sus cuchicheos y varios pacharanes para ellos que dieron en recordar los buenos tiempos en el pueblo. Como para Jesús aquello era prehistoria, se fue al cuarto de estar donde se acumulaban los Pronto e Interviú, no es necesario explicar a qué.
Alguien dijo que hay cosas que conviene no recordar; pues es cierto, y mucho más con varios pacharanes por medio. Si los tradicionales buenos viejos tiempos nunca han sido buenos, al menos tanto como queremos creer, no deja de ser cierto que para unos fueron mejores que para otros y que no siempre las sandeces juveniles se quedan en eso, y menos en un pueblo donde hasta el más íntimo de los secretos acaba convertido en rumor y sólo de la voluntad, buena o mala, de los vecinos depende quedar marcado con un sambenito u otgro. El caso es que recordando, recordando, y repasando lo que había sido de la vida del Tal o el Cual, sin darse cuenta o con total alevosía, Rogelio llegó a uno de esos puntos del “conviene no recordar”:
-Quien se lo montó bien fuiste tú que pasaste de cabra a cabrón, que lo tuyo con el del Molino cuidando los rebaños lo sabía tolmundo, y no había más que ver como se refocilaba sobándote el culo el día que nos tiramos juntos a la Isa, y bien que te dejabas, bribón. Al casarte ascendiste a cabrón por qué a Isa ha catao a muchos. Eso sí, en la cama ha de ser cerda refiná ¿No? Con lo corrida que está.
Quizás fuera, simplemente, consecuencia del alcohol o no, pero en el pueblo Rogelio en su quinta y el Rubio en la suya eran los gallos del corral, los machos, a pesar incluso  del asunto con el del Molino del que todos hablaban y nadie había visto. Ahora la casa de su cuñado era mejor, ganaba más, vivía mejor y, encima, se revolcaba con la Isa que siempre fue más fina que las gallinas y no con una vaca muerta. Si quizás fuera el alcohol pero también necesitaba el antiguo gallo  poner al otro en su sitio.
Elías no dijo nada, se limitó a tapar las botellas y llamar a las mujeres para echar un cinquillo. Sin embargo, más tarde, al acompañarles al autobús esa noche se rezagó con Rogelio fumando un pitillo y entonces:
-En casa de Isabel siempre serás bienvenido, ya lo sabes, pero mejor que no vengas si no es imprescindible ¿eh? Ya me entiendes ¿verdad?  -si, claro que entendió más de lo que podía suponerse.
Si algo sabía era cuando alguien hablaba muy en serio o eran palabras que se lleva el viento. Desde entonces empezó a buscar excusas para no acompañar a su mujer e hijo en esas visitas salvo ocasionalmente. Ni al uno ni a la otra parecía importarles, y a él, menos.
Entretanto el barrio iba mejorando, dentro de lo posible. Aparecieron jardines, se trazaron calles, brotaron farolas, los colegios dejaron de ser los peores de la provincia y llegaron nuevos vecinos algo más solventes. Pese a todo esto las ganancias no subían; no es que les fuera mal pero tampoco mejoraban, los demás  negocios de la zona medraban a ojos vista y ellos apenas aumentaban unos pocos miles de pesetas al mes por más que ajustaran gastos y repasaran las cuentas. Era de lo único que se hablaba en aquella casa, de eso y de la posibilidad de que, con el verano y las cuatro mesas que sacaban a modo de terraza, se pudiera remontar un poco. En esas andaban cuando Jesús se presentó en junio con todas las asignaturas suspensas. Cierto que nunca había sido un estudiante ejemplar pero nada comparable a esto, cierto que los trece años es una edad mala, y más en un barrio como aquel, pero, desde luego, no esperaban semejante fracaso. Antes de que Rogelio pudiera reaccionar, Luisa cortó por lo sano:
-Se acabó: no vamos a gastar un céntimo en que sigas estudiando. A partir de mañana trabajarás en el bar. Librarás cuando toque y ni una palabra más.
La expresión cerril, casi animal, de esa mujer enfurecida no admitía respuesta alguna y así fue como Rogelio vio muy reducido su trabajo pues su mujer no permitía que el chico se alejara más allá de las mesas, así que él podía salir a “lucir palmito”, que se decía a sí mismo, y a ver como el barrio iba cambiando dejando su bar definitivamente atrás, aunque él llevaba una buena vida, poco trabajo –y cada vez menos por qué a Jesús le iban cayendo todas las tareas- mujeres cuando quería, las carnes de Luisa, tentadoras y obedientes, aunque frías e indiferentes, y un día para hacer lo que le diera la real gana. En el fondo, por mucho que quisiera creer otra cosa, lo demás le importaba un comino.
Más no dura mucho lo bueno en casa del pobre, debió pensar este ejemplar padre de familia, y aquella edad de oro duró tan sólo unos pocos años. Jesús cumplió dieciocho años y se había convertido en un mocetón trabajador y callado, con un día libre por semana y una semanada que apenas llegaba para la entrada del cine de barrio, uno de los últimos en desaparecer,  y que no escuchaba en su casa sino exigencias y reproches, de alguna manera los fríos silencios de su madre le culpaban del estancamiento de negocio a pesar de loas diecisiete horas de trabaja. A veces Rogelio veía en él esa mirada de buey sumiso semejante a la Luisa y eso le gustaba, estaba seguro en su estatus. Sin embargo, éste se vino debajo de golpe, en apenas una semana.
-Quiero un sueldo y cotizar al seguro –dijo una noche cuando estaban liados con las cuentas
El grasiento jamón que era el brazo de Luisa le propinó tal revés que el mozo rodó hasta el último rincón del comedor..
-¿Un sueldo? ¿No te basta con trabajar en lo tuyo? Ni lo pienses, ingrato ¿Cómo se me ocurriría parirte? Desgraciao. Maldita la hora en que me dejé preñar – lo que pudo soltar por esa boca en unos minutos no está en los escritos (bueno, ahora sí), escenita a la que Rogelio asistió con una más que absoluta indiferencia.
Sin embargo, esta no era una de tantas batallas domésticas que no le concernían como las del Oriente Medio. No debió confiarse ni encogerse de hombros una vez más y menos aun irse al burdel de enfrente cuando aun su mujer no había terminado de insultar a su hijo, pero eso fue exactamente lo que hizo. Volvió a casa a las nueve de la mañana y entrando por el bar para desayunar sin mirar la cara hinchada y tumefacta de quien tanto se le parecía, ni la mirada de quien está a punto de dejar caer la cuchilla sobre pescuezos indignos.
Las cosas se precipitaron de tal manera que ni lo vieron venir. El día libre de esa semana , como siempre, acompañó a su madre a visitar a lso tíos. Rogelio lo pasó desnudo revolcándose en la cama matrimonial con una clienta habitual de la taberna siempre dispuesta para estos menesteres. Volvieron tarde y Luisa calentó la cena; ya estaba el matrimonio sentado a la mesa cuando Jesús salió de su alcoba con una mochila y las llaves en la mano.
-El tío Elías me ha conseguido un trabajo. Adiós.
Ya era tarde para reaccionar y antes que su padre pudiera preguntar nada había sonado un portazo con aires de definitivo. Ella siguió con la sopa sin levantar la vista ni pronunciar palabra – de hecho nunca mencionó nada de todo aquello- pero él se daba cuenta, quizás por primera vez, del desgarro de querer a alguien.
-Mañana llegan los quesos. La última vez faltaba uno, así que ándate con ojo –dijo su mujer al poner el segundo plato en la mesa.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La lujuria antilujuriosa.

De un Libro de Horas, representando los pecados capitales, y ya se sabe que el más capital de los pecados, el pecado por excelencia es la Lujuria. Ya lo dice el refrán: de cintura para arriba todos buenos, de cintura para abajo, los menos. Me fascinan los libros de horas, en principio son textos religiosos iluminados. pero ¡ay Señor! lo que aparece en las ilustraciones, desde los aspectos más cotidianos de la vida de la época a castillos que ni Disney fumado hubiera podido imaginar. Como casi siempre lo más curioso o interesante son las cosas que hay en los segundos términos. En este caso tras la Lujuria con sus símbolos: espejos, flechas, macho cabró, aparecen dos ventanas una a la izquierda con un caballero nada caballeroso, con ricas vestimentas, que parece mirar a la derecha, como si fuera a avanzar. En la ventana de la derecha se deja ver a una "dama" desnuda metida en lo que entonces era una bañera, que parece estar esperando, sin duda al anhelante caballero de la izquierda. Las posibles lecturas de estas imágenes son varias desde la más obvia de una cita galante, a la visita a un burdel, frrecuentemente enmascarados en estos tiempos en casas de baños con costumbres mucho más libertinas de lo que se imagina uno al pensar en el s. XIV. Pero hay una tercera lectura que nos habla de la mítica Hada Melusina que para no revelar su condición medio monstruosa debía permanecer un día de la semana, no recuerdo si era el domingo, metida en agua y por tanto no consentía que su esposo la viera ese día, hasta que un día él trasgredió el tabú y la cosa acabó como acabó.
Sigueiendo con las curiosidaes. La Lujuria así como la Vanidad van siempre representadas por un espejo, atención, ovalado. La lectura de ese tema se mantuvo hasta el XX en el que la elipse sugiere el espejo y el espejo la lujuria. Ejemplo claro es Gustav Klimt, sin ir más lejos. A estas alturas de la historia lo oval relacionado con la mujer supone autocmplacencia en su propua belleza y, por lo mismo, en su propio cuerpo, y, como inevitable consecuencia de ello para la mente del burgués aterrado por la sífilis en la masturbación femenina. Oh, cielos cualquier día descubren que no nos necesitan, es lo que venían a pensar, lo que trajo no pocas trágicas consecuencias. Lo fascinante del asunto no es lo que unos burgueses salidos pensara o dejara de pensar, sino que la misma forma sigar relacionaada con la sexualidad-lujuria desde prácticamente los orígenes de la pintura occidental
No menos curioso es que no se nos aparezca de un modo más explícito sino como una dama con una serie de símbolos, sin lucir chicha, ni siquiera con ademán provocador. Es más, sin el cartelito aclaratorio es más bien antilujuria pues nos perderíamos en la delicadeza de trazos y colores.
A veces no está mal echar la mirada un poco más atrás, ¡se lleva uno cada sorpresa!

lunes, 2 de noviembre de 2015

Noviembre


Seguimos con el almanaque de Theodore (Theo) Wilhelmus Nieuwenhuis que, he de confesarlo no es de mis predilectos pero si que es extremadamente representativo de una vanguardia que todavía no ha sido superada. 

Normalmente suelo dedicar la entrada de estas fechas a los difuntos, huesos de santo y demás delicatessen. Esta vez no, al menos no por completo. 
El detonante ocurrió ayer, día de Todos los Santos y, por tanto, día de huesos de santo. Pues heme aquí que me recorrí todo mi barrio y no logré encontrarlos. La explicación del pastelero es que la gente mayo, mayoritaria en el barrio, los come poco -lógico, que si la glucosa, que sí el colesterol, que si etc- y los jóvenes no los comen. Por lo visto no es "moderno". Ese fue el detonante por que hace tiempo que oigo cosas, sobre todo en clase de pintura y de gente de mi edad o poco menos, no de jovencitos precisamente, como "eso es como antiguo", a ver, si estás en la Acrópolis no pretenderás que sea otra cosa que antiguo. Quieen encontrar un camino diferente -habiendo empezado a pintar a los cincuenta o más, lo que ya sería milagroso- pero sin mirar la Gran Pintura, por que es "como viejuna". Hlas, jódete y baila. Nada hay sin raices y si pretendes hacerlo será como una casa sin cimientos. Hay que conocer lo antiguo y lo viejuno para poder encontrar camninos nuevos y no sólo me refiero a la pintura. Además ¿que tiene de bueno la modernidad, salvo los adelantos científicos, especialmente médicos? Bien poca cosa. Incomunicación, consumismo, anulación de la personalidad propia y colectiva, pensamiento único -y luego dicen de Stalin- y una visión claramente deformada de la realidad gracias a todo ello. Ejemplo: una señora que conozco el otro día decía: Mis hijos se preocupan tanto de mí que ni vienen para no darme trabajo con la comida. No sé si hacer comentarios o son innecesarios. Más ejemplos: en clase de pintura y repito que soy de la media de edad, quizás de la media más joven, comenzaron a medio burlarse de las costumbres de difuntos, las lamparillas y demás. Yo pongo lamparillas y mientras he podido he ido a llevar flores a mis difuntos, este es el primer año que no voy por la decisión de deshacernos del coche por asuntos que no vienen al caso y lo estoy pasando realmente mal por no poder ir. Dije que yo ponia lamparillas y claro, se acabaron las burlas, somos gente maja y respetuosa. Un amigo dice que "pasa de visitar la tumba de sus padres" como quien pasa de un porro. Bueno, son opciones, algunas como las de algunos que yo me sé que no son sino puro miedo a morirse, les va a dar igual. 
El tema no es o no quería que fuera la relación de cada uno con sus muertos que cada uno tiene su alma en su almario y aquí paz y después gloria. El tema es el culto a la modernidad o peor aún, el desprecio a lo anterior, en todos los temas y, primero, no todo lo moderno es mejor, y, segundo, no puede existir lo nuevo sin lo antiguo. Los pantalones cagaos, verbigratia, no existirían sin que alguien hubiera inventado los pantalones y si la cultua árabe no tuviera prendas parecidas. ¿Modernos? Nanay que se ha muerto Pichi, que decían en Los Cuatro Caminos. 
Un añadido especialmente doloroso para quienes nos preocupamos -no sé parta qué, es echar margaritas a los cerdos- de la cultura del país me lo dió el tal Iker Jiménez al comentar que Halloween se ha comido las tradiciones españolas, como la moza de ánimas, que acompañaban esta noche de difuntos en que las paredes entre mundos están más franqueables según, curiosamente, todas las culturas. A mí Halloween me parece bien pero no hay motivo para ser excluyente, entre otras cosas por que se basa en antiquísimas tradiciones celtas, perdidas en el tumulto de comercialadas yankis. Espero que alguien por lo menos se dedique a recopilar esas tradiciones españolas para que quede memoria de ellas. aunque sea arqueológica. 
Cerrando la entrada que hay corriente, el principal fruto de la modernidad tal y como se está entendiendo ahora es la destrucción de lo que tiene de humano esta especie. Lo unico bueno es que yo no dejo a nadie que vaya a padecer esa devastación, son sus hijos y sus nietos, así que, por mí, que les zurzan. Que quien bienes tiene y males coge, por mal que le vaya no se enoje.