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martes, 24 de octubre de 2017

Sólo hubo 3


Sólo hubo un bikini: el de rayas

Sólo hubo una lágrima: la que cayó en la arena

Sólo hubo una barcoa: la de Geogie Dan

Sólo hubo una plaga: la de la gripe de 1918

Sólo hubo una ciudad en un verano: Hiroshima 6.7.1945

Sólo hubo un recuerdo: el dolor

Sólo hubo una medalla: la que perdimos

Sólo hubo una niña: la de la curva

Solo hubo una curva: la de las nalgas de las odaliscas

Solo hubo una puntada: la que se dio sin hilo

Solo hubo una vecinita: la de enfrente.

Solo hubo una lotera: obviamente, Doña Manolita

Sólo hubo una playa: la que soñamos

Sólo hubo un corazón frío: el mío

Sólo hubo un cabo: el que tuvo que limpiar el tubo

Sólo hubo una chica: la de ayer

Sólo hubo una idea: la mala

Sólo hubo una enfermedad: la vida

Sólo hubo una muerte: vivir.

Sólo hubo un temor: al olvido

Sólo hubo un halcón: el maltés

Sólo hubo algo que nos quedó: Paris

Sólo hubo un lugar donde quedarnos: en la esquina

Sólo hubo un amado: Antinoo

Sólo hubo una Elena: la Francis
 
Sólo hubo un algo que nos da por ahí mismo: un tacto rectal.

martes, 17 de octubre de 2017

Octubre

En octubre se acaba el almanaque anterior y hoy comenzamos uno nuevo. Vamos a hacerlo con una serie de portadas de Vogue entre los años 10 y los 30 del pasado siglo.


Me gusta Octubre. Un mes apacible, una delicada y cómoda de paso hacia el invierno. Parece que este año no va a ser así, incluso puede que sea tiempo de revolcones históricos. Como historiador  diría que van a ser tiempos muy pero que muy interesantes, aunque no quisiera ser yo quien las estudiara dentro de algunos años. El inolvidable y añorado Terry Prachett dejó escrita una maldición de Mundodisco: “ojalá te toque vivir tiempos interesantes”. Pues eso que tanto tiempo interesante y tanta “jornada histórica” me tienen hasta … las narices por no decir algo malsonante pero quizás más expresivo.
Que uno ya tiene sus años y ¡Qué años! Del 75 al 86 fueron años tan “interesantes” como para toda una vida, y uno espera que aquel guirigay algo, sino todo, hubiera quedado mínimamente encarrilado y avanzando. Pues no. ¡Qué ganas de vivir tiempos aburridos! O por lo menos, no tener que asistir a delirios universales de no sé qué, delirios que hacen a quien no quiera perder la cordura tiene que hacer como que el mundo, simplemente, no fuera con él. Ni siquiera como espectador.
Aquello tan manido  de “paren el mundo que me apeo”, pues eso. El mundo no se ha parado pero no pocos nos hemos apeado ¿o nos han echado?
Y va de citas: “si no haces política, alguien la hará contra ti”, o sea, contra todos.Bueno, no, sólo contra quienes no pertenecemos a su clase, no uso “casta” por qué el término ha sido degradado por el uso y abuso de los recién llegados a ella.
Vamos, que a este octubre hay que defenderlo como mes apacible contra todos los ataques como dijo Benedetti : “Defender la alegría de Dios y de los hombres. También la alegría”. Nos va la cordura en ello.

Entretanto, los incendios. Tenía que arder Troya pero… arde Galicia.

jueves, 12 de octubre de 2017

HISPA ¡QUE?

Mamarrachadas como esta que se veían forzaos los pintores a realizar han hecho, junto a su utilización por los diversos regímenes políticos, han ayudado muy poco a la hora de tratar el tema

Ah, era Hispanidad,. Despistes tengo. No soy patriótico ni patriotero. Es más, todo lo contrario, así que nadie espere que saque bandera alguna ni proclamen nada. Nunca me ha gustado ni ponerme orejeras ni que tiren de las riendas de mi pensamiento. Reconozco que no es fácil, es más, nadie puede lograrlo por completo. Ni fácil ni cómodo. Al pensar por cuenta propia y formar uno se convierte en el Enemigo.  No sé de quien es la letra pero lo cantaba Paco Ibáñez: No, a la gente/no gusta qué/ uno tenga su propia fe/ todos todos me miran mal/ menos los ciegos/ es natural.  Poco o nada se puede añadir sobre este punto.
Por estas fechas siempre hay polémicas sobre si explotación o civilización,  sobre qué es exactamente “Hispanidad” etc., etc. y otro etc. Pesados, cinco siglos con la misma pepla. A veces creo que sólo lo hacen bien para llamar la atención bien por irritar sin más. Y no es que me importe pero no soporto la estupidez ajena ni la propia (pensar que a alguien le interese mi opinión no deja de ser una estupidez por mi parte.
 
 
  Por un momento sustituyamos “Colonización Ibérica” por “Romanización”, creo que ya queda clara la idea. Luces y sombras. La luz, en pintura, oscurece las sombras y sólo éstas pueden resaltar las luces. Contra lo que quieren decirnos el mundo no se entiende si no se mira por Bloques Culturales y sólo por ellos pues determinan todo lo que se quiera pensar, decir o tergiversar;  y de lo que no cabe duda es de que la mal bautizada “Hispanidad” es el Bloque Ibérico, nos pongamos como nos pongamos (Ibero, incluyendo deliberadamente Portugal pues, desde luego los portugueses son más parecidos a nosotros que a los del, por ejemplo, Bloque Extremo Oriental), ¿Celebrarlo? No tengo opinión, ¿Conmemorarlo? Desde luego, aunque sólo sea para recordar al Bloque  Anglo-sajón-germánico que no es el único del planeta.

 
Lo que ha dado en llamarse Hispanidad es al mismo tiempo, una más de las barbaridades que hace el hombre con el hombre y un casi telúrico encuentro que, sin quitar lo dicho, no podía sino abrir los ojos a una nueva concepción del mundo y a un intercambio lamentablemente no sólo cultural pero también y en gran parte cultural. Sin ese encuentro ya no se concibe el mundo, sin ese mal repartido intercambio no entenderíamos nuestra vida cotidiana. El idioma, la religión (que ahí ninguno anduvo fino) y una cierta actitud ante el mundo y la vida, el oro y la plata (que solían acabar en Roma) sin olvidar, es más colocándolos en primer término, ciertos alimentos, garbanzos, tomate, maíz, mi padre recuerda la carne que proporcionó Evita en los años más negros. Entre ellos vinieron dos joyas, la una salvó a media Europa del hambre y digo media por no decir toda (en más de una ocasión): la humilde patata. La otra es realmente un regalo de los dioses (nunca agradeceremos suficiente que lo encontráramos o nos lo regalaran, después de las Religiones del Libro, si hubiera sido antes sería considerado pecaminoso y, desde luego, prohibidísimo),  hablo de ese éxtasis de los sentidos, ese consuelo para el desamor, ese elemento en torno al que han girado celebraciones y meriendas, esa materia prima que alcanza formas y matices inimaginables en textura, sabor, preparación, esa bendición que es el cacao, léase chocolate. Nada de cuanto aportamos a ese nuevo mundo iguala ese regalo. Dejando frivolidades y volviendo al tono pedantesco del principio, sí que me parece algo digno de ser recordado un día en especial, aunque no podamos dejar de hacerlo ninguno, nos debemos demasiado, nos odiamos demasiado y nos amamos demasiado como para dejarlo pasar. En cuanto celebrar o no y de qué modo es harina de otro costal que dependerá siempre del politicastro de turno y que en la Historia ni existirá.
Por cierto, Felicidades a las Pilares.

martes, 10 de octubre de 2017

Septiembre en pasado

Septiembre
 
Septiembre es mes de principios , de cursos, bodas, cambios de ritmo etc. pero esto ya lo he dicho alguna vez.
El de este año, para mí, ha sido especialmente complicado. Empezó mal y siguió mejorando lentamente y terminó en la misma tónica. Entendámonos "mejorar" el hecho de no ir a peor hay que entenderlo como "mantenerse".
Este año resultó ser un septiembre continuación de agosto, bastante tonto, por otra parte. Inocuo septiembre en lo personal, mucha sala de espera en hospital, eso sí. Mucha adrenalina desperdiciada en ello y poco más. En lo colectivo: repetitivo, viejo, estúpido, aterrador y degradado. En fin, que os voy a contar.
No voy a entrar, de momento, en lo que todos pensamos pero si quiero comentar, no sé si viene a cuento, que jamás llegué a pensar que vería un retroceso tal en todos los temas (cine, política, pensamiento, guerras de religión, un cementerio llamado Mediterráneo, Trump, el coreano) Estamos avanzando al mismo tiempo y a la misma velocidad hacia la autodestrucción con medios ultratecnólogicos y hacia la más siniestras curvas del oscurantismo medieval. El peligro de lo "políticamente correcto" está resultando ser más censor y represor que la Santa Inquisición. No quiero ponerme apocalíptico pero entre ambas cosas veo el futuro negro y sobre todo, corto.


martes, 3 de octubre de 2017

Agosto en pasado.

Como decían no se donde "Heee vuelto". Dudé que pudiera volver a hacerlo pero lo logré. He tenido varias averías. La última fue no poder acceder al blog. Como uno es de la era de la radio de lámparas me ha costado lo que no esta en los escritos encontrar el modo.
El caso es que había escrito un par de cosas para publicar en agosto y no quería dejarlas morir ahí tiradas.
Agosto 2017.

Sin duda agosto es el mes más surrealista del año. Detesto profundamente el surrealismo en parte por que vivimos demasiado sumergidos en él o quizás por qué mis cortas luces no dan para más.

Por supuesto los usos y costumbres de los humanos en agosto ya ni los menciono; en sí mismo es absurdo, una lenta y calurosa transición del insoportable julio a septiembre, el mes de todos los principios y al acogedor otoño.

Nada ni nadie está en agosto en su sitio. Las ciudades ya no se vacían como hace años y la figura del Rodríguez ya es cosa del pasado, de la época de los Pajares, Esteso y lo peor de José Luis López Vázquez, pero no intentes hablar con un amigo, está de vacaciones y, por principio, yo las respeto, aunque me temo que sea el único que piense que el tiempo libre es tiempo libre y si no entras como parte de ese tiempo libre es que está viviéndolo de otra manera, y más en vacaciones veraniegas.

En mi barrio hay un muro duro de cemento gris muerto. Ante él una larga fila de altos y afinados cipreses a un lado de la calle, al otro lado por encima de las tapias de ladrillo erosionado de los cementerios asoman añejos, muy añejos, otros cipreses. Las tapias dan una sombra profunda y fresca bajo las moreras, todos los niños del barrio hemos ido para criar gusanos de seda. Durante el resto del año el tráfico, los ciclistas, los corredores/opositores y hasta los onanistas impenitentes dan una vida que en agosto se esfuma (sí, el pajillero también) y el sol brutal sobre el muro gris muerto impone un paisaje de De Chirico o Dalí. Lo único que mantiene algo de vida son los enormes nidos de cotorras verdes y escandalosas.

Ni siquiera hay corredores semidesnudos luciendo músculo que rompan el desasosiego de los inquietantes días de agosto. Claro, en frío, así, de buenas a primeras la pregunta es ¿y por qué no bajará este panoli por el otro lado de la calle, a la sombra de los muros y las moreras? No es ningún misterio, esa acera pertenece a una de las sacramentales y no han querido poner acera, así que, subas o bajes no queda más que atravesar el paredón de cemento.

Y luego están las noches, esas noches de verano con las que soñamos todo el año, de las que esperamos algo inconcreto, delicado como la seda negra, que no sabríamos definir pero que nunca llega, sí, acaso una vez en la vida a unos pocos elegidos les llega esa “noche más hermosa” tan cinematográfica ella. A los demás las noches de agosto  nos dejan el regusto de la cita que no tuvimos. Entonamos viejos boleros y, antes de darnos cuenta, nos hemos puesto la gabardina y perdemos la mirada en las gotas tras los cristales o las hojas caer rebosando una nostalgia de lo que ni siquiera sabíamos que esperábamos pero que nos enquistó las ganas de llorar sin motivo en el pecho por qué las lágrimas son rebeldes cuando las necesitas, y cuando envejezcas y ya hayas vivido suficientes noches de verano como para conocerlas esas lágrimas que nunca brotan, que nunca caen, se nos agolpan en el pecho desde junio, nostalgias estúpidas de lo que nunca en todos los años de su vida ocurrió. Pero aún hay algo peor: que sigues esperando que un fugaz rayo de luna haga tu, ya ajada, piel deseada aunque sólo por una noche, esa noche más hermosa, aun sabiendo que tú, yo y muchos más no seremos los elegidos este verano, tampoco y nos violentamos para creer, o fingirlo, y esperar que quizás el próximo verano… y las lágrimas que no brotaron ya son piedras y seguimos esperando bajo las lágrimas de San Lorenzo esa noche ese rayo de luna y esas palabras que ni en nuestra mayor intimidad podemos reconocer la mortal melancolía de querer escuchar y todavía no hemos oído. Y ese absurdo “todavía” hace que las lágrimas petrificadas nos ahoguen como diluvio de pedrísco.
 

Agosto es mes siniestro, no hay más que mirar las estadísticas pero no hace falta, para algunos los veranos, los agostos han sido yunque sobre el que recibimos  esos crueles martillazos que nos han ido tocando. De siete de abril a siete de septiembre vinieron los golpes que hicieron que mi vida no sea tal sino una parodia de sainete y farsa y que, todavía, intenta creer que vale la pena y que un verano cualquiera nos rozará ese rayo de luna y vivir vuelva a tener sentido. Sin embargo, es un esfuerzo agotador pues, sintamos lo que sintamos, sabemos que no yque los necrófilos aniversarios universales (Hiroshima, Marilyn,  y no pretendo ponerlos a la misma altura, incluso Elvis)  y personales (enfermedad, muertes, dos en diez días de agosto) siempre, ellos sí, siempre estarán ahí. Sin poder dejarlos atrás obligándonos a fingir, a convencerme de que sí, de que el verano que viene llegará esa “noche más hermosa”.