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jueves, 18 de abril de 2019

LADY AGATHA CHRISTIE Y SUS COSAS

En la imagen uno de los mejores interpretes del altamente irritante Hércules Poirot.

He de decir que no soy nada aficionado a la novela policiaca, pero nada en absoluto; y no será por no haberla tenido a mano. En casa, las novelas de Lady Agatha de la vieja editorial Molino eran devoradas y releídas. Sí, es cierto, una vez leí una, no recuerdo cual, y me pareció una trampa infame. La Lady en los dos últimos renglones se saca de su aristocrática manga las pruebas y hace que el único personaje que "no podía" ser el asesino, lo sea. Perdone, pero eso trampa. Por eso en el cine o la televisión funciona mucho mejor. Con la imagen no es tan fácil esconderse las cartas. Pero no estoy aquí parloteando sobre literatura inglesa por las buenas. Últimamente se están emitiendo varias series de sus novelas por las televisiones. En casa el altamente irritante Hércules Poirot era todo un ídolo, casi uno más de la familia, y, a pesar de ser altamente irritante posee, lo reconozco, un encanto peculiar, heredero de Sherlock pero, si se me permite, más elegante (e irritante), también aporta ese toque de clase europea de la que carecen los ingleses como bien vio Lady Agatha al igual que Henry James hizo con los personajes americanos en contraste con los ingleses. En ninguno de los dos casos salen los hijos del la Gran Bretaña bien parados. Si al encanto (altamente irritante) del personaje añadimos la elegancia y el bien hacer de la BBC y en general de los actores ingleses es suficiente para que acabe uno: A- deseando estrangular a Poirot y B- enganchado a la historia.
No son santo de mi devoción los ingleses en general, salvo deshonrosas excepciones, Wilde, Blake, Turner, pero he de reconocer que su humor me fascina. Se me ha acusado de tener un tipo de sentido del humor inglés, si lo tuve lo he tenido que abandonar pues no son muchos quienes lo cogen. Como todo humor, el inglés no es inocente. El humor es una manera elegante y permitida de soltar patadas en los mismísimos a los poderes siempre que sepa caminar sobre la cola de un tigre. El otro día en uno de los episodios de mi inefable "Hercuuuul" (como fonéticamente que le llamen) Poirot escuché un breve diálogo que resume con exactitud cruelmente quirúrgica la situación actual y quizás eterna.
 
-¿Por que ustedes los políticos tratan a los demás como si fuéramos tontos?
-Posiblemente por que nos han votado.
 
Creo que no hay mucho más que decir sobre el sistema.

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