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martes, 25 de febrero de 2020

MARTES DE CARNAVAL

Los cuatro jinetes del Apocalipsis según Boris Vallejo
 
Hoy es martes de Carnaval. Según tengo entendido era el día de mayor despendole de toda la celebración, mañana Miércoles de Ceniza y comenzaba la penitencia, la Cuaresma con sus privaciones, ayunos, castidades y... despensas vacías. Así, después de mí, el diluvio pensarían en esta noche enloquecida y orgiástica -dentro de un orden, el mínimo, claro-, para mañana acudir compungidos, penitentes y arrepentidísimos (alguna que otra también preñadísimas sin sabe si de Arlequín o de aquel húsar de ojos azules como el Danubio, ejem y puaj, cursilada habemus) a la parroquia a recibir la ceniza del perdón y dispuestos a afrontar tiempos de penitencia poniéndose hasta las trancas de bacalao al pil pil, pongo por caso, por que mucha penitencia pero Cuaresma y Semana Santa con sus penitencias y ayunos han dado lugar a algunos de los más exquisitos platos de la cocina (española, ibérica, peninsular? dudo, dudo, dudo al escribir por que ya no sé si sabemos qué somos si española ¿Qué ocurre con los Paisos Catalans? (no sé si se escribe así, disculpas) si castellana ¿Qué ocurre con todo lo que no es Castilla León y Castilla la Mancha? si ibérica ¿Comparte Portugal nuestra actitud gastronómica, bacalao aparte? Peninsular ¿y Canarias y Baleares? Vamos, que lo diga como lo diga alguien se va a ofender)
El caso es que este año sí que tendríamos motivos para acudir presurosos a recibir la ceniza pues el desbarre mundial nos índica, una vez más, un próximo Apocalipsis. Veamos.
El texto (¿Qué se fumaría el autor, Señor?) nos habla de falsos profetas a los que seguirán multitudes. Putin, Tramp, el líder norcoreano del que no me he tomado la molestia de buscar el nombre, las cabecitas de ultra derecha que pululan como setas, (amanita falolides concretamente, mortal de necesidad), y el fantasma de Aznar resurgiendo en diversas encarnaciones tentaculares, son buenas pruebas de ello, por que profetas no serán pero más falsos que un euro de esparto si que son, y les siguen multitudes, ingentes multitudes.
El texto (pobre San Juan la que le han cargado) habla de catástrofes y ¿será por catástrofes? Concretamente en Canarias estos días están viviendo algo parecido a lo profetizado: fuego, aire irrespirable, vientos potentes, conciudadanos nuestros siendo evacuados solo falta el azufre y la gran Ramera de Babilonia pero esa la hemos tenido en Madrid y, de momento y en espera de un nuevo zarpazo, está controlada o por lo menos calladita, aunque es cierto que casi nos llevó al Apocalipsis castizo. Lo mismo podría decirse de Australia, o del reciente terremoto de Turquía.
Habla el texto de Peste, un estratégicamente aparecido virus del remoto y hermético oriente nos llega ¡EL CORONAVIRUS! AAAAAAAGGGGGGGG, oh cielos qué horror, un virus que mata menos que una gripe estacional (o eso nos dicen los falsos profetas) y que viene justo a tiempo para desequilibrar las economías de las grandes potencias en beneficio de Yankylandia, como no, cuyo falso profeta ya ha informado de en que momento desaparecerá el problema, perfectamente programado diría yo. Entretanto poco a poco los falsos profetas de los otros países van aumentando sutil pero contundentemente la histeria colectiva (corro lleno de pavor a por varios cientos de cajas de mascarillas antes de que se agoten, negociazo para las farmacéuticas que se frotan sus patitas como las moscas en la mierda)
Si la jugada sale bien, que les saldrá, este desequilibrio nos llevará una recesión global, que viene a querer decir que los ricos se harán más ricos a costa de dejar caer a los demás en el hambre, cuarto jinete del Apocalipsis en este caso. Así que ¡tachán! Apocalipsis tocan.
Por si todo ello fuera poco van  surgiendo por todas partes locos de atar que andan sueltos (comparar una manifestación feminista con ETA y añadir "piara" es un ejemplo, y otro el chiflado que se lanzó en un cohete para comprobar si la tierra es redonda o no, anda que....)
En fin, corramos mañana arrepentidos a recibir la ceniza. Arrepentidos sí, pero no de nuestros pecados, allá cada cual con su cada cuala, sino de la estupidez de haber permitido todo esto mirando al tendido o a Telecinco que me da igual, a los muslos de los futboleros que me sigue dando igual, y sobre todo de no habérnoslo pasado todo lo bien que pudimos, de no habernos entregado esta noche de martes de Carnaval a la orgía, el desenfreno y el desmadre maximus.
Por cierto nunca ha habido un disfraz más fácil, una máscara gore con una corona. ¿De que vas? "De coronavirus, está claro.
Vamos, chicos, a la orgía, que después de hoy...el día de la mujer...el día del padre... las torrijas.

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