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domingo, 11 de agosto de 2024

Investidura (y 2)



 Segundo motivo de indignación suprema, aparte de la burla. El descaro de todos, y digo todos, los poderes fácticos al presentar esta farsa ante los paganinis honrados de este país, o sea, los que no salimos en la foto y tenemos dos misiones según ellos: pagar y votar. Se supone que nos tenemos que creer que todo el tinglado no estaba no sólo pactado sino puesto en escena por todos y cada uno de ellos antes y después. Antes y después pues, por ejemplo, suspender la "operación jaula" el tiempo justo para la salida y activarla después es de un descaro que invita a la degollina. Y es que todos salen ganando, todos menos los ciudadanos honrados que siempre estamos vigilados, ninguneados y toreados por los mismos poderes y, casi más, por las fuerzas de inseguridad del estado. Cuando me tocó hacer la mili para demostrar mi imposibilidad de hacerla no sólo tuve que presentarme y pasar reconocimiento sino que vinieron a sondear el barrio y, finalmente, se presentaron en mi casa con aire de antiterrorista. Esas fuerzas de inseguridad del estado, cuando hubo amenaza de bomba en mi bloque, que se largaron y nos dijeron que allá nosotros. Las  mismas que no tienen previsto nada para discapacitados o como quiera que nos llamen ahora con comisarias llenas de barreras y mil trabas más. Pues eso, esas mismas fuerzas pretenden que nos traguemos que son incapaces de vigilar a un individuo perseguido por la ley, que dice donde y cuando va a estar y que esa ineptitud cercana a lo sublime les impide no sólo detenerle, sino incluso controlarle. 

El gobierno coloca a su peón

La oposición reúne más argumentos (parece ser que esto es lo que pretende el PSOE, si no no me lo explico)

Los ultras acumulan demostraciones de traición y denuncias 

Las organizaciones independentistas y/o nacionalistas de cualquier color político demuestran que se salen siempre con la suya

La pasta finge creer o cree que la situación será más estable 

Y los españolitos embobados con los juegos olímpicos, el fútbol, y las monjitas de Belorado.

En suma: todos ganan con una fuga pactada, amañada, puesta en escena y coreada por los poderes beneficiados.  

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