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miércoles, 16 de octubre de 2024

Los niños de la polio.

 





Ya sé que no importa a nadie. Ya sé que no es agradable ni vernos ni saber que existimos. Ya sé que soy un poco pesado con el tema. Ya sé todo eso, pero por si a alguien le interesara de que va todo esto he recogido este articulo de "Público", por expresivo de lo que fue y sigue siendo nuestra realidad. 
Las  imágenes son: La compañera que expulsada del Congreso, con la absoluta indiferencia de los que estaban en el palco. Esa ha sido siempre la actitud entre la que nos hemos movido. Indiferencia. 
Primeras fases de después de la fase aguda de la enfermedad. Esos artefactos hacían muchísimo daño, más de lo que podría pensarse.
Infancia y juventud: vendiéndonos la moto de que podíamos hacerlo todo y de que, como me dijeron a mí, "lo que se gana no se pierde". 
Nuestra situación actual. La última epidemia de polio en España fue en el 60, aunque hubo casos posteriores, o sea que jovencitos no somos. Nuestra situación reduce un 30% la esperanza de vida. El síndrome postpolio es un perfecto desconocido para casi todo el mundo. Dado que cuando nuestra generación se acabe ya no quedará nada de la polio somos dinosaurios en vías de extinción, lo que viene a querer decir que no somos rentables ni a nivel económico ni a nivel electoral, invertir en nosotros con las medidas necesarias no es tan rentable como, por ejemplo, en centros de alta competición, o en el plan ADO. Además, obviamente, no tenemos futbolistas que nos representen y ningún famoso, famosillo o famosuelo nos pone cara. Hasta tal punto que no he encontrado a nadie que haya prestado atención a esta noticia, la colocaron justo antes de la información deportiva, en el momento en que se recogen los platos de la cena antes de enterarnos de que un delantero ha dicho que... Eso sí lo vieron.
Lamentablemente las medidas prometidas, y eso lo sabemos todos, no son más que falsedades como tantas otras que se irán aplazando hasta que ya no quedemos nadie. En eso somos como los demás españoles: nos engañan y toman el pelo de toda la vida. 
Lamentablemente tendré que volver a hablar de este tema con experiencias personales que no queréis conocer. Es más cómodo. No os lo reprocho. Todos huimos de lo desagradable. Incluso entre nosotros, los afectados, cuando uno cae enfermo, los otros se distancian rápidamente. No, no todos somos buenas personas, eso lo dijo hace poco una paralímpica, no es esa la idea que quiero trasmitir. 
Dejo lo que puedo y sé por si queréis saber algo de un montón de españoles con al menos 14000 afectados por la epidemia y, al menos, 2000 niños muertos. En realidad, las cifras son falsas pues hubo zonas donde no se reconoció la existencia de la enfermedad, pero calculad que en la pirámide de población de Cádiz se nota el hundimiento de la barra correspondiente. Es sólo un ejemplo.
Ya sé que importa a nadie. Ya sé que no es agradable ni vernos ni saber de nosotros. 

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