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lunes, 11 de enero de 2016

Cabalgatas de Reyes (más o menos)

 Ya sabés todos que la noche de Reyes es mi favorita, es como si se dejara entrar la magia en nuestras vidas aunque luego no entre. Sin embargo, lo de este año ha sido demasiado incluso para mí. no tanto por las propias cabalgatas como por su repercusión mediática, o mejor sería decir, "manipulación política". Empecemos por Madrid que para eso es mi tierra, coño, veamos: no hay animales por que se stresan, de acuerdo, pues que eliminen a todos los concejales de todos los partidos de todos los ayuntamientos por que nos estresan una barbariá. Una cabalgata sin dromedarios, sin mis adorados borricos -mis belenes suelen llevar más borricos que pastores- y sobre todo sin las ocas tan majas ellas. Exijo que en cualquier tipo de desfile se aplique lo mismo a todos, desde los caballos de la poli municipal a la cabra de la legión, ¿o es que ellos no tienen derechos? Bueno dejemonos de animaladas, que para eso ya están los líderes políticos y los mediáticos, y pasemos a la sección moda: El Rey melchor lució una tunica suelta color azul con símbolos astrológicos plateados, siguiendo la línea Disney marcada en Merlín el Encantador, sólo que con corona, teniendo en cuenta que los evangelios hablan sólo de Magos, y la sutil pero apreciable influencia de Gandalf, el modelo entraría dentro de ciertos cánones admisibles para los bien pensantes o al menos debería ser así, por supuesto los biempensantes sielem pensar poco y mal. 
Baltasar lució un atuendo absolutamente étnico africano para mí impecable desde cualquier punto de vista, puesto que aunque los Evangelios hablan de magos de oriente la tradición cristiana al menos desde el XVI incluye un mago de raza negra, lo que equivale a Africa, evidentemente. Se ha criticado con esa saña feroz y sangrienta propia de quienes son, que entonara una canción africana. No sé pero casi me parece más adecuado que los coros gallardonescos con clásicos villancicos alemanes, que serán muy buenos musicalmente pero digamos que pelín aburridos, por no hablar de otros aspectos de la cultura germánica que mejor pasar, piadosamente, por alto. 
Gaspar en cambio mostró con una espantosa vestimenta cruce en la Ruiz de la Prada y un mal viaje con LSD. Rosa con cosas encima que no sé si eran estrellas o recortes de periódicos antiguos pintados con purpurina. Un horror estéticamente incalificable, pero sólo es un traje y sólo es estética, no es el dogma como parece ser que creen quienes han afilado sus colmillos de hombres lobos acorralados por su propia putrefacción. 
Es evidente que podía hacerse mejor, sí, que lo de los animales es una soberana memez, también puesto que son animales domésticos, no tigres de Bengala y que al menos las ovejas de la Casa de Campo están bastante acostumbradas a la presencia humana, pero no he visto signos de laicidad pues aunque ahora se desgañitan como cochino en matanza proclamando a los cuatro vientos que no hubo villancicos, en Telemadrid, cadena televisiva infestada de los de su panda de biempensantes, el locutor comentó que la banda -la banda de concejales, no, la otra, la que no funciona a base de sobres azules- estaba tocando villancicos entre otro tipo de músicas. En fin, todo como cabía esperar.  
 Ahora nos vamos a Valencia donde la cosa cobra tintes ya más desparramaos, por que no sé como calificarlos. Bien, empecemos por la condición femenina de las Reinas Magas, vale, hasta gloria fuertes escribió un poema sobre ellas y es hasta lógico que existieran esos personajes, aunque no se hable de ellas en ninguna parte (¿o quizás sí, este tema es bastante oscuro en algunas tradiciones?). Sin embargo, que se llamen Libertad, Igualdad, Fraternidad, ya sí que no hay por donde pillarlo. No sé si justifica la barbaridad pero echad un ojo a esto: http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2016/01/03/56894fcf268e3e53508b4612.html 
Pero el esperpento a la "valençiá" son las propias reinas. Todos sabemos lo lustrosas y bien plantás que son las hembras del reino de Valencia, vease Rita Barberá como ejemplo, y que son hermosas como ramos de azahar pero de ahí a salirse por los escotes va un abismo. Vamos que cuando las vi en el balcón me acordé de "Las mozas en el balcón" de Murillo, no por que se parezcan -más quisieran- sino por que parecían estar ejerciendo la misma profesión. Si van así en invierno no imagino qué pasará cuando les entre el sofoquet menopaúsico en agosto. Mejor no seguir por ahí y pasar a lo que verdaderamente me interesa.
En situaciones como la actual en que la izquierda republicana como la de las reinas o no está adquiriendo un nuevo impulso es el momento de templar el pulso y no dar municiones con temas menores. Hay cosas importantes con la que una gran parte de la población está de acuerdo pero cuyo apoyo se puede perder por majaderías como las que vengo citando en esta entrada. Es importante respetar todo aquello que pueda ofender sin ofrecer nada a cambio salvo dar municiones al enemigo. La derecha es una y unos sus intereses. No juguemos con menudencias que nos debilitan sin acercarnos un milímetro a las mejoras sociales que deberían ser el objetivo prioritario de las izquierdas. Sin contar con que estos eventos bien gestionados traen dinero a las ciudades, o sea a los mercachifles que, al fin y al cabo, son quenes deciden. No podemos permitirnos errores ni tergiversaciones precisamente ahora. Ya tiene demasiadas armas el enemigo.

1 comentario:

  1. De momento ya tienen a todos los camellos de Madrid en contra. Es muy bobo eso de querer hacer que todo sea diferente. Y estoy de acuerdo contigo en que es dar armas al enemigo y gastar energías en guerras sin importancia.
    Un abrazo.

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