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domingo, 10 de febrero de 2019

FEBRERO

 Leo Fontan  febrero1920
 
Es febrero un mes con mala fama, que si el loco que si pitos y que si flautas. Sin embargo, tiene dos ventajas aunque este año una le quede ahí ahí. Por un lado que es más corto, luego se cobra antes, los que cobran, claro; y por el otro que es mes de Carnavales y cuchipandas varias. Como contrapartida tenemos ahí, en medio, como el jueves, al bueno de S. Valentín. Celebración que si la tomas en serio te deprime por no tener pareja o por que la tuya está al borde del abismo (todas las parejas lo están siempre, aunque no lo sepan) y si no te la tomas en serio te cabrea el exceso de bombardeo de corazones rojos flechados y de ositos con más corazones rojos. Me cae bien febrero. Florecen los primeros frutales, unos años a tiempo, normalmente a destiempo, la luz, la tonalidad de la luz cambia hacia la Candelaria "Si la Candelaria plora, el inverno e fora" o algo así. En cualquier caso en la luna de la Candelaria se nota de un modo sutil que la luz ha cambiado, seguimos pelándonos de frío, mes cabroncete en cuestión climática es, para que negarlo, pero la luz es otra. Además tiene la ventaja añadida de no tener fiestas laborales ni lectivas. A mí me da ya igual pero cuando estudiaba era el primer mes del curso en que no había puentes ni cosas así. Vamos que in illo tempore era uno de los pocos meses en que se estudiaba. Ahora les han concentrado los exámenes en febrero, lo siento chicos. Si fuerais viejos como yo los tendríais a lo largo de todo el año cada dos o tres días. Tiempos cabrones aquellos, los más tontos que ha tenido la Universidad española (y eso es mucho decir). Supongo que a las carreras científicas como todo lo humano les es ajeno, de momento, no les afectaría pero a las de Humanidades mucho. Empecé primero a finales de octubre del 77 cuando la pelota estaba en el tejado. Si caía de un lado y la orientación de la materia era la contraria, malo y al revés si caía del otro, de manera que no caía. Como historiador de arte puedo decir y digo (frase de la época) que me pasé los tres primeros años de la carrera estudiando el prerrománico asturiano. Muy bello, pero tres años seguidos y luego en cuarto que era cuando había que verlo en serio, demasiado prerrománico me parece. Todo esfuerzo era poco para evitar pisar el siglo XX español en todas las materias, no fuera ser que no se acertara del lado en que caería la pelota. Vade retro. Total para acabar cuarenta años después como diría la Jurado "en el punto de partida".
Lo digo con acritud (otra frase de la época) pues lo de hoy en Madrid es como para clamar al cielo y que como siempre no nos oiga. Banderitas por aquí, banderitas por allá, el tradicional uso en plan monopolio de la bandera por la derechona (ahora ya no se esconden, ya van con la ultraderecha de la manita cantando aquello de "vamos a contar mentiras tralará"). Por mi, si el pueblo traga, como si... eso; pero hay algo que me ofende especialmente en ese burdo discurso de burdel barato y barriobajero: "España humillada". Sí, es cierto, pero la humillación de España no está en las "cosas" nacionalistas o venezolanistas que tanto preocupan a nuestro frente hitleriano, está con la dignidad y la vergüenza enterrada en las cunetas.
Lo bueno de hacer terapia es que tienes que elegir: o juegas al trágala o eliges tu salud mental. Yo he elegido mi salud mental, si alguna me queda, y desde ahí me puedo permitir un glorioso, y casi tan monumental como la banderita aznarista en la plaza de Colón, "que les den". A nosotros nos la van a clavar doblada de cualquier modo.



2 comentarios:

  1. Ah! Febrero. Sin fiestas ni arandelas. Tengo que tragarme el San Valentin, pero que se Le va a hacer. Y tienes razon. La verguenza no tiene que ver con el nacionalismo sino con el que exista de principio.

    XoXo

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  2. Aparte de estar de acuerdo añado que hay heridas que no se cierran.

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