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viernes, 21 de septiembre de 2018

POLI(TICOS) DE GUARDERÍA

He aquí la única guardería pública para la que nunca faltan fondos

-Seño, seño, que la Cristinita ha copiado su redacción.
-Seño, seño, pues, pues, pues el la Carmencita no vino a clase el viernes
-Seño, seño, es que, es que, es que Pedrito ha cogido unas cuartillas que no son suyas.
-Seño, seño, que el Pablito dice que no le enseña la redacción sino se lo manda el director.
-Seño, seño,  (y así sucesivamente)
La dura vida del maestroescuela de toda la vida (el de las Primeras Letras, que sufren las desidias paternas más horas que nadie, y que hasta hace bien poco hasta pasaban hambre, esos de quienes decía el refrán “Al maestro, puñalada”) es un paraíso si se compara con la de la hipotética Seño de la Guardería de La Carrera de San Jerónimo. Lo único que podría hacer para arreglarlo (está prohibido, y no me refiero a correrlos a guantazos), sería la expulsión generalizada, con estancia en correccional y escuela de modales y, eso lo primero, con la prohibición expresa de pisar un centro docente y menos aún los decentes. Preventivamente se aplicaría a todos los alumnos de la guardería la misma sanción para controlar el contagio.
Y a todo esto, los directores se ocupan de todo esto menos de dirigir el centro. Por cierto que a los que pagan la matricula lo que quieren es que les eduquen a sus hijos, no si uno u otro tiene tal o cual caligrafía delictiva.
Si es que el sistema educativo desde los treinta va de mal en peor.

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