Otra cosa es que haya valido la pena.
Ambos libros eran de los que tenía pendientes desde hace años y por unas u otras cosas no había podido afrontar.
Primero las damas. Nieves Concostrina ya me tenía conquistado con sus intervenciones radiofónicas sobre decesos y cadáveres viajeros etc. Me he reído con ella muchísimo (ya os he dicho que tengo un ramalazo de humor negrísimo), inesperadamente una amiga me lo ha prestado y ahí ha venido lo malo. He leído lo mismo que he escuchado, vamos a ver, no las mismas historias, algunas sí, algunas no, pero no me ha aportado nada nuevo. Esta fantástica periodista, al afrontar la elaboracíón de este libro ha hecho -y lo digo con pena- un simple corta y pega de lo que ya tenía hecho en los textos radiados. Lamentable. En algún momento alguien tendrá que decir y dejar bien claro que un libro no es el mismo medio que una radio, una televisión o eso que ahora llaman periódicos y que a fuer de ser sinceros no pasan de ser libelos panfletarios, vulgares, adocenados y pensados para quienes ni piensan ni quieren hacerlo. En fin que me leí "Polvo eres" en un pis pas pero me podía haber ahorrado el esfuerzo. Quizás si hubiera sido un CD lo habría disfrutado más. Eso con respecto al medio, con respecto al contenido he de decir que no da la impresión de ser extremadamente riguroso, es más, no lo parece en absoluto, datos a medias son muy frecuentes, y la carencia de otros es más que evidente. Como el valor a los militares que no han entrado en conflicto el rigor "se le supone" pero siempre es peligroso caminar sobre la historia sin buenos clavos pues puedes patinar con una facilidad pasmosa. Un libro no es un corte en la radio y si se trata así se debería agarrar a la historia con puntales firmes como notas y acotaciones que centren y fijen de lo que se está hablando por que constantemente surge la pregunta de ¿y esto segun quien? En fin que para pasar una tarde de domingo vale, pero esa falta de agarraderos históricos hace que valga para poco más por muy ameno y entretenido que resulte. Eso sí, divertidísimo si no se cuestiona uno nada.
El otro es otro cantar. Pepe Gonzalez escribió otro libro que era algo así como "Mentiras fundamentales de la iglesia católica" o algo parecido. Cuestionable, polémico etc. pero rigurosisimo, equivocado o no, pero al leerlo te quedabas con la sensación de que todo se sujetaba perfectamente. No voy a entrar en polémicas sobre su validez o no por que eso va en creencias muy personales y todavía no estoy yo para meterme en esos berenjenales. Esperaba por tanto de "Mitos y tradiciones de la Navidad" algo parecido y no. Para empezar es desigual en grado sumo al tratar unos temas mucho más a fondo que otros (magnífico, o por lo menos muy esclarecedor el dedicado a Papá Noel), otros apenas son refritos también de corta y pega pero que resultan válidos para centrar el tema y ver el estado de la cuestión (especialmente los primeros capítulos). Sin embargo, en bastantes temas se ve una cierta precipitación, en todos una gran dosis de datos interesantas que... no consiguen interesar por la forma árida en que se plantean y en general una desarticulación del planteamiento del libro que empieza muy bien pero...
A esto hay que añadir que al tratar ciertos temas da por universales aspectos que son locales y da a las tradiciones catalanas mucho más espacio que a las del resto del mundo, cosa que me parecería muy bien si lo hubiera hecho en capítulo aparte pero que tal y como lo hace no contribuye a la lectura fluída del texto. Antes que se me eche nadie encima por lo que acabo de decir he de puntualizar que la solución sería tan simple como un capítulo centrado en las tradiciones catalano-francesas, por cierto, mucho mejor conservadas que en el resto de los países. En fin que sobre ser carísima la edición y poco cómoda de leer por el brillo del papel no disfrutas leyendolo en absoluto. Eso sí, se aprende mucho.
Vaya, parece que seguimos aún en la onda de la necesidad mediática de ciertas publicaciones, una forma de aprovechar el tirón de ciertos temas, o de ciertas personas, creo que es un mal servicio a la literatura, bien novelada, bien ensayo. Lo que más rabia me da, supongo y entreveo que a ti también, es esa sensación de estafa y lo peor es no poder pedir daños y perjuicios.
ResponderEliminarSi, eso y que se valore como si fuera bueno. La perdida de rigor ha traido una perdida de criterio generalizada que te da la impresión de estar en medio de un lodazal. Sinceramente así es como me siento.
ResponderEliminarBueno, lo que ha hecho la buena señora ahora se hace mucho: recopilación de intervenciones en radio, artículos periodísticos, dibujos en revistas, hasta de post en blogs hacen ahora... El caso es hacer caja, cari. Y el otro, pues no sé, la verdad es que ya bastante tiene uno con la navidad pura y dura como para que, además, te la intelectualicen. Y si habla tanto de las tradiciones catalanas pues nada, para ellos, que a mí eso del "caganet" en un belén, me parece muy ordinario y además pecado, eso sin contar que soy ateo, jajaj
ResponderEliminarBezos.
Totalmente de acuerdo contigo es decir en desacuerdo con estas adaptaciones burdas para hacer caja. De cualquier manera son dos temas que no me llevarían a una librería.
ResponderEliminarUn abrazote
Thiago: sí, me recomendaste una actualización de la imagen del blog, pero en el otro, a pesar de lo cual he aplicado la idea a los dos. Con respecto a los libros comentados lo peor es que pase el de Nieves Concostrina por tal sin serlo. El otro es otra historia. Ya sabeis que a mi la Navidad me encanta y por tanto es tema que me apasiona, por otra parte yo soy de los que intelectualizan todo asi que por ahi no tengo problemas. Con respecto al caganet, estoy completamente de acuerdo contigo pero ten en cuenta que hay infinidad de culturas que les repugna el marisco y no comerían percebes por nada del mundo. Lo que a unos repele a otros es parte de sí y como tal hay que verlo.
ResponderEliminarUno: a mi el cotilleo histórico me llevará siempre al huerto, pero bien hecho, y la Navidad tratada en serio también así que era inevitable que cayera en ellos. La pena es que no estén a la altura de las expectativas.
Un abrazo