A Cencio le repugna hasta la nausea ver los manoseos de Jennifer y su novio, Washington do Nascimento, cree que ha dicho que se llama y es demasiado moreno para su gusto y no es que sea racista, por favor, es simplemente que los mulatos son seres hibridos, casi aberraciones de la naturaleza, que en eso tiene razón su suegra, pero cualquiera dice nada, con lo crecidos que están, dices algo y lo mismo te apuñalan estos delincuentes importados. Hasta le van a dejar entrar en la universidad, eso de la selectividad no está bien planteado, no deberían bastar unas notas, que Dios sabe si no ha ganado a punta de navaja, si es tan listo que se vaya a la universidad de su tierra. La culpa es de los rojazos como su cuñado, ese imbécil que no se explica como conquistó a su hermana, debía estar en las nubes, pensando en el Harrison Ford u otro de su calaña. De buena gana le partía el pescuezo, hala, más vino p’al proletario, claro, como no lo paga él que en su vida ha probado caldo tan exquisito. Borrachuzo indecente. No sabe para qué lo ha traído, al fin y al cabo es un regalo por aquel asunto de hacienda, no se le pasó por la cabeza que su padre lo sacara y acabara en la barriga de ese comunista de mierda, que parece imbécil, también su padre, claro que lo mismo es cosa de su madre que tiene debilidad por ese. Cree que si no hubiera cargado con Heli, no se la quitan de encima en la vida. Mírala, como le mete mano, que sí, estúpida, que sí, que ya sabemos que le quieres mucho y que, de paso, te quitas de la cocina. Holgazana, eso es lo que has sido siempre, una holgazana, como todos ellos. Ahora a la tía Prisca le da por sacar las historias de los parientes ejecutados en los cuarenta en las tapias del cementerio, pues como a Doña Piedad le de por contar los asesinados en el treinta y siete, va a ser mejor lo hacer lo que su cuñado. Trae pacá esa botella, gorrón, más que gorrón, que ni para un buen vino ganas. Y ese Lucas, ¿saldrá del baño o se piensa pasar toda la noche dándole a la zambomba? Una buena paliza es lo que necesita, pero, ¡anda! Atrévete a pegar a tu propio hijo, como si no tuvieras derecho. Anda que no se ha llevado él palos por hacer eso mismo de su padre, para que ahora regale su vino cualquier pelagatos. Ya le dijo a Ada que lo mejor era no venir, decir que alguien estaba enfermo, e irse ellos dos a la cena del jefe, que nunca se sabe y para una vez que les invita, pero no. Ella siempre tiene que salirse con la suya, que si la familia es lo primero, que si no tiene vestido, que no quiere dejar sola a su madre, que si no quiere dejar a la niña sola con el bastardo de esclavos ese, que sí la Navidad. La p…. en vinagre. Niña, como vuelvas a rozar con tu pezuña volante una botella te parto la pierna, se ponga como se ponga tu padre. Joder, si no te saben educar que te enjaulen.
Mírales, ahí, hablando de fútbol, con ellos no va nada, ni con la otra espesa, todo para ella, y encima aguantando la mirada y las puñaladas traperas de su suegra. Pues no, señora, mi madre no ha venido aquí a trabajar para su harén de hombres, que vaya cuadrilla y encima con el añadido del amigo, que ya debe venir borracho de antes pues está ahí, sentado con cara de imbécil y sin decir ni pío. Pero esta tía decrépita ¿se creerá que no he aliñado una ensalada en mi vida? ¿Me va a decir a mí como se pone una mesa? Con lo bien que podía estar ella en la cena del jefe del marido, al fin y al cabo, si a Cencio no le importa que le toquen el culo, ¿Por qué le va a importar a ella? Bien servida y no aquí, trabajando como una esclava y encima observada como si se fuera a llevar los cubiertos de plata (¿plata? Jajajaja). Ya sabe su maridito lo que hace, ya, por eso insistía tanto en no venir, pues es su familia, que la aguante un poco, otras cosas aguanta ella. Eso, que el borracho del cuñado se trague tu vino, que el mestizo se lleve a la niña, que no tendremos tanta suerte, que ni para defender lo tuyo vales. Hala: el arbolito de Navidad a hacer puñetas por un pas a deux del pequeño repollo del tutú. Se creerá Heli que tiene gracia la niña o, incluso que baila bien, que acabará en el Bolsoi, eso si supiera que existe el Bolsoi y lo que es la niña es una convulsa con zapatillas de punta. ¿Estará enfermo Lucas que pasa tanto tiempo en el baño? Pero no te preocupes Cencio, que esta es la última vez, en Nochevieja iremos a la fiesta de tu jefe y se va a cansar de culo o de lo que quiera, a la que parió mi madre no la trata así la madre que te parió. Espero que tengas buen cuello, que los cuernos pesan mucho pero ya verás como la Navidad que viene tienes tu puto chalet, que sólo medras cuando yo aparezco, pasmao que no sé si eres un pagafantas o algo peor. Di que…
Bueno, mientras intenta recoger el árbol no bebe, que ya beberá luego demasiado, demasiado ya ha bebido, bebe, bebe, que en cuanto acabes la hipoteca te va a aguantar tu madre literalmente por que no vas a poder pagar ni un alquiler. Un año más le queda de aguantar sus vomitonas. “Cariño, toma otra copa” le dice alargándole una más que nada para ver a su hermano ponerse verde. Claro que es tirar flores a los cerdos, como se tiró ella, menos mal que todo tiene solución y mantenerle en una situación etílica media la ayuda a hacer de su capa un sayo y de su compañero en la oficina un amante cumplidor. Si no fuera por ese hijo tan poco aplicado pero mientras pague el padre… ya le pondrá ella a trabajar así le mande a hacer puñetas, y si no le conviene, puerta, que con uno ya ha tenido bastante. Ahí anda su madre dando órdenes, no a ella, no. A ella le dio la última hace años, que sea otra la prima que la aguante, con su vestido de calle Serrano y su diamantito al cuello, anda y que la soporte la pija de su cuñada. ¿No les invitó su padre? Pues los invitados no trabajan, aunque algunos sí que se están trabajando bien concretamente el mulato y la guarra de su sobrina, que tiene más ganas de macho que Expédito de vino, que ya es decir. Ella lo disfruta, como que se llama Heli, ver al facha de su hermano tragar con un negro como el diría metiéndole mano a su princesita de puro miedo a enfrentarse a algo por una vez en su vida es algo impagable, con la de hostias que le ha sacudido cuando la encontraba tonteando con algún muchacho, que tiene el pómulo roto de una de esas. Su alcohólico marido cree que él fue el primero en todo, en estrenarla y en pegarla un par de palizas, pero se equivoca en las dos cosas. El primero en sacudirla una paliza fue Cencio, a su lado los cuatro palos que le dio hace años no fueron sino caricias. Traga hermanito, trágate el miedo que te da cruzarte por la calle con alguien que no sea blanco y de traje, trágate que tu hija busque el paquete de su Washington do Nascimento sin que le importe nada ni nadie. Eso sí, ninguno de sus padres preguntó qué había pasado cuando salió de su alcoba con la cara tumefacta. “Hay que ver lo que es el primer amor ¿verdad?” comenta inocentemente mientras cuelga un Papá Noel en el arbolito tan sólo para ver si su hermano tiene huevos para hacer algo pero Cencio baja los ojos y sigue comentando con Tito y su amigo que el Real Madrid este año no tiene pinta de poder ganar la liga.
Le hace gracia pensar que, posiblemente, sólo él y Ricardo se hayan dado cuenta de lo que calza el morenito entre las piernas. No le extraña que su sobrinita se deje. Casi le da envidia, sería un bocadito de chocolate para compartir con Ricardo, a lo mejor si lo hicieran ahí mismo la familia acababa de darse por enterada, pero es que ya no sabe como dejarlo entrever. Quizás sea mejor así por que con ellos nunca adivina por donde van a salir, bueno, en este caso no erraría mucho al decir que Cencio montaría un escándalo de padre y muy señor mío, tardaría como tres segundos en gritarles a sus padres aquello de ¿veis quien es vuestro nene? Un maricón de mierda. Ya imagina a su madre llorando y medio histérica, a su padre echándole la culpa, a su hermana escondiéndose avergonzada con lo que ella ha presumido de hermanos remachos, su cuñada refocilándose por el cabreo de su marido; y su cuñado aun más con su argumento de siempre “en este país sólo triunfan los que ponen el culo”. Jamás ese animal se ha parado a pensar que … a pensar, sencillamente, y menos que hay que usar la cabeza para ganar, no para quejarse, y aun menos qué quizás tuviera alguna oportunidad en algo si ofendiera menos desde su falsa ideología izquierdosa, falsa y mal digerida, con frases como “ a los maricones habría que fusilarlos a todos” o “la mujer no debía tener derecho a voto, por que están locas”. Conociendo a Heli en ese aspecto casi le daría la razón pero no todas las mujeres son como Heli, Ada, por ejemplo. Un encanto de criatura dispuesta siempre a ayudar a su marido en su trabajo; si fuera mal pensado –que lo es- diría que ahí está Lucas, el onanista de la familia, para demostrarlo. En eso Expedito tiene razón, un cagao como su hermanito nunca saldría adelante sin un culo, el de su mujer, por que él tiene demasiado miedo para poner el suyo, tiene miedo hasta de ese criado de carajo descomunal simplemente por que es diferente. En el fondo está convencido de que Ada no ha hecho nada reprochable, es el único que lo cree, pero también de que a Cencio no le habría molestado mucho si el ascenso valía la pena. La tia Prisca, en cambio, diría que salía a su primo Demetrio que mataron de una paliza en el cuarenta y dos detrás de un teatro y seguiría desgranando su rosario de primos, tíos, abuelas, bisabuelas, tio-abuelos y primos segundos que almacena en su cabeza, aunque cree que en realidad se lo inventa todo. Hoy está poco habladora, pero pronto cambiará la cosa, piensa decirlo en cuanto se sirvan los langostinos a los que es alérgico Ricardo. Es el único en que todos están callados y zampando como si no hubieran comido marisco en toda su vida. Ya no aguanta más la situación aunque su chico le ha pedido que lo deje. En el fondo a los dos les es indiferente y tiene razón pero…
-A comer, todo el mundo –grita su madre con esa voz de sargento cazallero que le sale cuando da órdenes, con la primera copa empezará a recitar el precio, hasta los céntimos de cada cosa y con un poco de suerte dejarán en paz a Lucas el tiempo suficiente para rematar, espera.
Así, en ese bello ambiente navideño, Noche de Paz, noche de amor, todos ponen la más elaborada de sus sonrisas y se inicia la cena una Nochebuena entrañable más.