Vistas de página en total

martes, 14 de diciembre de 2010

Reflexiones sobre miradas ajenas al mundo de todos.


Querido y plateadísimo Thiago: no has metido la pata como preguntas en tu comentario pero me preocupas tú y algo que estoy viendo en muchos de los compañeros que dejan sus comentarios en tu blog, que sabes que sigo asiduamente. Cítote textualmente: “Es curioso como vamos los sanos a ver a los enfermos, como entramos con aprensión y como salimos de allí con alivio”. Quédeme desconcertado al leer esto. Llevo leyéndote hace tiempo como bien sabes y ya con la entrada que hiciste sobre el otro puente que te jorobaron, el de todos los Santos, me descentré un tanto, no por lo que tu dijeras, por cierto, con bastante humor –negro- dadas las circunstancias, sino por comentarios que leí de algunos compañeros. Que cada quien es libre de pensar como quiera es obvio y no seré yo quien lo cuestione, no va por ahí la cosa, no lo confundáis, que es fácil hacerlo. Incluyo el anuncio televisivo de “¿estas navidades vienen todos? Si, ¿Qué tal si nos vamos al caribe?”, como ejemplo y muestra de que nada hay de personal.
Esas opiniones libérrimas, me han hecho reflexionar sobre qué visión del mundo parece estar imponiéndose. La visión del mundo es la forma de estar en él y no sé si somos conscientes de la forma de hacerlo que creamos desde esa perspectiva. Será que me estoy haciendo muy viejo y muy de golpe, será que soy la reencarnación del abuelo Cebolleta, pero: “vamos a ver a los enfermos” (normalmente yo cuando lo estoy no suelo decirlo para evitar esa situación, conste) visto así, ya han dejado de ser amigos, parientes y han pasado a ser “enfermos”. Poco más o menos es lo que se venía a decir en los comentarios de todos los Santos, ya son muertos, casi ni recuerdos de personas amadas. “Con aprensión”, conozco gente que se desinfecta hasta las gafas después de ir a un cementerio con lo que tu frase vale para ambas situaciones. ¿Aprensión de qué? Hombre, no estamos hablando de un enfermo infecto-contagioso, sino de un enfermo, de un accidentado, de un anciano, pues, queridos amigos, de esa no nos escapamos nadie: vamos a enfermar y, con mucha suerte, envejeceremos. Aprensión ¿de qué? ¿de que se peguen los años? ¿de que no nos dejen salir?. “Y salimos con alivio” ¿de haber visto mejor al paciente o de no tener que asistir al espectáculo de la enfermedad, la vejez y el sufrimiento y poder actuar como si no existieran?
Los del cementerio afirman barbaridades de quienes sí van –vamos- simplemente, generalizo por lo que me equivoco en parte, para darse argumentos para no ir ellos. En realidad o no tienen a nadie –dichosos ellos- o nunca han sentido nada por quienes allí están, exagero por lo que me equivoco en parte. Es una justificación como cualquier otra pero que permite eludir la responsabilidad de decir “No voy por que no quiero, no me gusta o no me sale de ahí mismo”. Básicamente es como si yo me dedicara a insultar a los que van a misa de doce por que yo no voy a misa y descalificándoles explico mi conducta.
La reflexión me lleva a pensar que si el bicho humano actual, quiere evitar y evita la visión del dolor, la asunción de la extinción, y –en el caso del anuncio- la relación con otros bichos humanos quizás esté dando un paso hacia la involución. Se considera que el ser humano comenzó a serlo cuando se ocupó de ayudar a otro a sobrevivir, (hace poco se encontraron restos de varios centenares de miles de años de un antepasado a quien alguien había masticado la comida para alimentarle) y cuando la tribu, nómada aún, se detiene y entierra de una u otra manera a quien ha caído. El humano es humano sólo en tanto su relación con otro animal humano, solo no deja de ser un gusano débil ante el depredador. Un simple lince, poco más grande que un lindo gatito, si atacara a la cara de ese animal desnudo que es el humano acabaría con él, ya ni digo algo así como un singulares porcus, lease jabalí en latín, según Asterix.
Se exalta la huida del grupo, casi se fomenta el alejamiento del enfermo y de la realidad de la muerte. Por que, lamento decirlo, pero la gente se muere, miréis o no miréis, y los hospitales son templos de dolor, sagrados, por que el dolor es lo único que tenemos en común los humanos. Todos.
Reflexiono y me pregunto que clase de hombre o mujer, que tanto monta monta tanto Isabel sobre Fernando, es el que estamos creando con estas actitudes tan modernas y tecnológicas. Soy viejo, debo serlo, para tener esta visión en medio de esta vorágine que, tristemente, se ha extendido a mi generación y se dedican a proteger a los hijos y nietos: que no vea a la abuela que se esta muriendo, que no vaya al entierro que es muy joven, que no se haga amigo de ese chico/a que es discapacitado, que no se relacione con aquel otro que tuvo un cáncer el año pasado. Y esos seres a proteger van cumpliendo años y llegan casi a los treinta, y mi generación, cuando se va a operar, por ejemplo, y no sabe si es bueno o malo lo que hay ahí debajo lo ocultan celosamente a sus hijos, y hasta la fecha de la operación para evitarles sufrimientos. Debo ser muy viejo por que yo creía que nuestra misión como especie era crear y criar adultos capaces de enfrentar la realidad y vivirla en su plenitud, no adolescentes eternos educados para no ver nada más que el lado menos desagradable. Y me pregunto: ¿no existía un proceso biológico por el cual el polluelo salta del nido e inicia su vida entera, sin volver la cara al halcón que viene por el? (Sí, la enfermedad, la vejez, el dolor, la decrepitud y la muerte vienen por ti, muchacho, muchacha, por ti y no sólo por el otro, por el de al lado, por el viejo, por ti, y es sólo cuestión de tiempo que te alcance) Cuando llegue ¿estás entrenado para hacerle frente con dignidad o vas a buscar otra generación como la mía (léase, secta, estado controlador, Gran Hermano o cualquier cosa semejante que te mantenga engañado ante tu propio dolor, enfermedad y muerte , que tome tus decisiones y te haga incapaz de controlar tu propia existencia)?
Todo esto sé que no soy el primero que lo dice pero es que estoy sorprendido por que personas que me están demostrando todos los días su inteligencia y valía personal no reaccionen, no quieran hacerse adultos o lo que es lo mismo: no quieran ser libres para tomar sus propias decisiones personales íntimas y asumir las responsabilidades que eso lleva. ¿Miedo a la libertad? ¿Miedo a la vida? ¿Hedonismo suicida? (no veo yo a la gente suicidándose por los rincones la verdad, al contrario)
Thiago, me preocupas por que eres o vas a ser periodista: reflejo de una sociedad, de una generación, quien la debe mirar y contar. Como ya dije una vez me temo que soy un ilustrado y pienso que todos tenemos la misión de mejorar la sociedad especialmente quienes más voz tienen.
No sé si es políticamente correcto, no sé si he ofendido a alguien, no era esa mi intención pero no voy a disculparme si lo he hecho. Buscaba una compartir y provocar una reflexión.

Esta imagen está sacada de la red pero venía con el nombre de su autora en una pagina de fotografía, copie el nombre y los datos para ponerlos aquí, pero no los encuentro. Mis disculpas y con tan solo decirme que la quite se soluciona. Es una de las mejores fotos que pueden ilustrar el tema del que se trata. Seguiré buscando por que no puede estar muy lejos. Lo prometido es deuda: la foto se titula "Soledad" la autora es María Alicia Aranda Zamundio y se hizo el 17 de Diciembre en México, habría que darle las gracias por decir tanto con tan pocos elementos.

8 comentarios:

  1. Interesante reflexión. Y además muy respetable. Desde muy niño me han llevado al cementerio cuando murió algún familiar. Actualmente ya murieron mis grandes afectos y concurrí al cementerio a darle mi último adiós. Pero para mí, ahí termina la cosa. No está en mí continuar visitando el cementerio. En mí carece de sentido continuar yendo, peo respeto a quien lo hace.
    A la gente allegada a mí, que está pasando un mal trance, la visito en el hospital o clínica y voy bien dispuesto a compartir un rato con ella, porque creo que mi visita la pondrá de mejor humor, de acuerdo a la gravedad que revista su situación. Jamás salgo aliviado porque cumplí con una obligación. La mayoría de las veces salgo preocupado porque tal vez no la vi tan bien como me hubiera gustado verla.
    Pero respeto todo punto de vista, y mis necesidades no tienen porqué ser las de otr@s.

    MIL GRACIAS POR TODO, QUERIDO AMIGO!

    BESOTES Y BUENA SEMANA!

    ResponderEliminar
  2. Das en la clave en lo de afrontar la realidad tal y como es. El dolor y la muerte son elementos de equilibrio y no al revés.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Yo diría que cuando somos jóvenes no pensamos en la vejez, la enfermedad o la muerte a no ser que las circunstancias nos las pongan de cara. Independientemente de la educación que hayamos recibido.
    Pero tienes razón: se les educa hoy fuera de la realidad en muchos sentidos.
    Hay algo que no deja de maravillarme: Los padres hoy se llenan la boca de decir que, a diferencia de sus propios padres, ellos no esperan nada de sus hijos. E insisten en esto como si fuera el gran logro de la evolución humana.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Bueno, aquí estoy...

    A ver, cari, muchas gracias por tu preocupación. Entiendo que te preocupe si te tomas lo que digo yo como estandar de un nuevo tipo de jovenes o de sociedad. Tambien entiendo que te preocupes si despojas mis expresiones de todo tipo de ironía.

    Evidentemente, lo que digo de los cementerios lo siento y lo mantengo. Para mí ir a un sitio a poner unas flores o a rezar ante una losa que contiene unos restos no me produce ningún sentimiento. Pero no solo a mi, ahora hay otras modas de enterramiento: como dispersar las cenizas al viento... antiguamente se dejaban los cadaveres al aire... En fin, no me voy a extender en eso. A mi no me gusa el culto a los muertos, por mucho que me guste la cultura egipcia. Y creo que es mas sano, no recrearse en la muerte, amar el recuedo, pero no amar el cadaver.

    Y de los enfermos, siento y mira que me cuesta decir esto que dicen tanto los politicos, pero creo que es una frase, una simple frase que está sacada de un contexto, que es mi blog, mezcla de chabacaneria, ironía y humor. Lo que pasa cari, y lo siento así, cuando yo digo esa frase "vamos a los hospitales con aprensión y salimos como aliviados" en realidad no hablo de mi mismo, que tampoco he ido tanto a los hospitales, hablo de lo que veo y observo. No ha mas que ir a un hospital y ver a los familiares llegar con cara compungida y como se van cuando salen de alli, que normalmente se van, ya de paso, a tomar unas copitas.

    Pero mi frase tenía si quieres un sentido más trascendene. No me refería en ningún momento a que se vaya con miedo al contagio -por es digo el contexto, cari- sino por una sensacion de que la enfermedad como la muerte es una lotería, y en el fondo todo el mundo sale como dando gracias a dios, de momento, de que no le ha tocado a ellos, sabiendo como sabemos que somos todos frágiles y carne de cañón. Ese era el sentido de mi frase.

    Puede que fuera una frase frívola o desafortunada, -aunque yo sigo creyendo que es lo que percibo cuando he ido a un hospital-, pero si esa frase ha servido para tu reflexión tan profunda, bienvenida sea.

    No sé si me he explicad bien. Ya he dicho estos días que mi madre no me deja decir "si me has entendido bien", ella siempre me dice que no hay malos entendidos, sino malas explicaciones, jaajja

    Bezos.

    ResponderEliminar
  5. Cari, te he contestado en mi blog... de manera indirecta, pero se ha creado un pequeño debate, aunque me hubiera gustado darle mas aire al post, pero tenia uno programado para las 00,00 y salió sin darme cuenta.

    En fin, cari, solo decirte una cosa que se me ocurrió luego en los comentarios. Muchas veces oigo esas desafortunadas opiniones sobre "cómo son los jóvenes de hoy en día". Pero los jóvenes de hoy venimos de nuestros mayores, no aterrizamos en este mundo de una nave espacial. Somos producto de vuestra educación... ¿tú no crees que si hoy el mundo está deshumanizado será pq es lo que vemos y recibimos en herencia? ¿O es que los jóvenes nos hemos puesto todos de acuerdo "para ser así?

    No sé, creo que se puede reflexionar mucho sobre eso...

    ResponderEliminar
  6. Ante todo pediros disculpas por no contestar más que al autor que me dio pie. Eso no ha querido decir que no os haya leído con mucha atención y refelxión.
    Stan: sobre el tema cementerios hay un patrón educacional y otro personal. Yo personalmente tengo los dos, me educaron en ir al cementerio en fechas clave, pero desde que falta mi madre, 24 años ya, si no voy una vez al mes y ciertos días no estoy a gusto. Nadie me obliga ni nada parecido. Soy el único de mi familia pero me da igual. No por ello soy mejor o peor. Ni me ofendo ni les juzgo (en otros aspectos, sí). Afortunada o desgraciadamente voy poco a hospitales, suelo ser yo el paciente, por lo menos este año. Sin embargo, voy por que quiero ver y compartir mi tiempo con esa persona, ayudar, si puedo, y al contrario, que se decía nunca salgo aliviado, sino desgarrado por dejar allí a quien sea, y más si se queda solo.
    Argax: esa es la clave, sin embargo, corremos en medio de un hedonismo barato que no quiere ver la necesidad de ese equilibrio. Aunque he de decirte que el dolor físico no lo considero necesario para nada. El otro dolor, si que es parte del equilibrio.
    Uno: de joven crees que nunca te va a tocar si no te ha tocado. O eso me dicen. Yo le puse cara muy pronto al dolor y la enfermedad, mi cara concretamente. Así que hablo de oídas, por eso me cuesta más entender que esos pipiolos a los que se les mantiene en una falsa realidad no salgan por su cuenta de ella. Y lo de los padres actuales (y ojalá yo lo fuera) es que no tiene nombre.
    UN abrazo y gracias por leerme

    ResponderEliminar
  7. Hemos apartado la enfermedad y la muerte de nuestras vidas, las hemos reducido a algo vergonzante, y de lo único que deberíamos tener vergüenza es de la manera en que nos hemos deshumanizado, entregándonos al dios de la perpetua juventud y la insana , vulgar y despreocupada memez, a mi no me importa ofender, y más cuando esta ofensa no es otra cosa que una bofetada contra la vacuidad y la estupidez reinante.
    Siempre me mantenido que si alguien se siente ofendido por mis opiniones el problema es del otro no mio, y lo que no se puede es seguir callando en medio del descerebramiento general.

    ResponderEliminar
  8. Pues sí, Pe-jota, pues sí y lo peor es que aceptamos como normal lo que no lo es iniciando así una espiral descendente que si lo aplicas a cualquier tema tendrá irremediablemente consecuencias fatales a corto o medio plazo
    Podemos tragar con las cosas pero conscientes de que no son normales, vivir con ellas, aguantar pero nunca asumir la normalidad de ciertas situaciones y actitudes. En ese punto estamos.
    Yo soy menos valiente: no me gusta ofender si no es necesario, bastante mala vida nos dan quienes pueden como para añadir nosotros cosas. Sin embargo no creo que ni tú ni yo hayamos ofendido a nadie y mira "quien se pica, ajos come"
    Un abrazo

    ResponderEliminar