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miércoles, 30 de marzo de 2011

Relato oportunista o Tocas blancas 2

Bueno, a raíz de "Relato oportunista o Tocas blancas" hubo algunos comentarios, ciertamente pocos, pero que me gustaría responder con más tranquilidad y espacio de lo que permite el formato comentario.

Empezaré de atrás hacia delante:

Rober: la historia de este país si de algo no se ha cansado en el último siglo y medio es de dar temas oscuros y ocultos. Lo que asusta de éste es que se haya extendido hasta prácticamente ayer. Hablamos de los 80. Otro punto que quiero destacar, esta vez de mi relato, es que nada de lo que se dice en él es inventado salvo la relación de pareja. Todo lo demás lo he ido escuchando estos últimos meses a afectadas por el tema. (Es fascinante pensar hasta que punto el hombre, quien al fin y al cabo era quien tenía entonces que mantener a la familia y por tanto el hierro que se iba a llevar los martillazos seguía y sigue dominado por el miedo, como si esos hijos no fueran también de un padre o como si por ser hombre no sintiera afecto por esos hijos: a esos extremos nos ha llevado el miedo, un miedo profundamente inculcado, al extremo de que sean madres y hermanas, algún hermano pero poquísimos padres quienes estén dando la cara ahora, treinta y tantos años después) Nada hay inventado.

Médicos y religiosas: dos oficios para ayudar al prójimo. De las religiosas hablaré un poco más adelante, pero de los médicos hay tanto que decir –y no digamos de los traumatólogos- que es pa no parar. Por un puñado de dólares se hace cualquier cosa según quien o incluso sin según quien, es cuestión de que sean dos, tres o veinte puñados de dólares. El médico es –afortunadamente cada vez menos- el hechicero de la tribu, elegido e infalible pero sobre todo: intocable. Pero como diría chef Moustache “esa es otra historia”. A veces no es un puñado de dólares sino un puesto mejor o ciertas gabelas, un hacer la vista gorda, o vete a saber qué. Eso no ha cambiado, si algo ha cambiado en el tema es que ya no son invulnerables, cuando la clase obrera ha logrado hijos médicos durante dos o tres generaciones esa visión de la “casta elegida” cuasi teocrática ha desaparecido de la sociedad. Algo hemos ganado por que los juramentos son sólo palabras cuando habla poderoso caballero.

Uno: tres años como mínimo. Menudo era. Y que mayores estamos que nos acordamos aún de D. Guillermo Sautier Casaseca, el mayor autor de radionovelas de la radiodifusión española interpretasdas por el cuadro de actores de la Cadena Ser (entonces Radio Madrid) con Matilde Conesa –voz que fue de Bette Davis, además- y Pedro Pablo Ayuso, efectos especiales Remedios de la Peña, narrador Teófilo Martínez y en el papel de niño Matilde Vilariño –inolvidable Periquín-. Lo dicho, o somos muy mayores o es que la historia se ha acelerado demasiado. Claro que no le habrían admitido el tema, le dirían que no se lo iba a creer nadie, por que como siempre la realidad supera la fantasía. No era mi intención hacer llorar, pero me ha encantado lograrlo, si la literatura, incluso la mía, no se teje con sentimientos mejor hacemos ganchillo. ¿No?

Thiago: me gustaría puntualizar algunos detalles de tu comentario realmente… incendiario. Las monjitas estaban en hospitales públicos, benéficos y privados también, los suyos y no creas que las cosas variaban mucho de unos a otros. Abundaban las monjas en una España sin hombres tras la guerra y con una población femenina poco preparada, era una salida laboral también, no sólo vocacional. Con respecto a su buena labor, pues sí, la hicieron en un país destruido y machacado. Lo lamentable es que son seres humanos con sus taras y errores y que tenían demasiado poder y demasiado protegidas por las instituciones. Pero negar la labor sanitaria e incluso educativa que dio la iglesia en sus mejores ejemplares humanos sería faltar a la verdad tanto como afirmar que todos fueron santos, y te lo está diciendo quien padeció en manos de la sanidad benéfico-religiosa muchos años. Lo mismo te digo con la educación: no todos los religiosos son pederastas, ojo que podemos caer en sus mismos fanatismos. Hay que tener en cuenta también que la iglesia era una salida laboral para los chicos inteligentes y pobres, pero laboral, no religiosa, lo que quiere decir que esos hombres sólo buscaban sobrevivir en muchas ocasiones y lo malo vuelve a estar en la impunidad con que sus errores se trataron y se tratan. Eso es lo que tu llamas mafia, esa impunidad. Seguramente si contara mis experiencias y las de amigos míos podría escribirse un libro de terror que ni Poe, pero siempre de personas, individuos protegidos, luego están los otros, la buena gente que con vocación o sin ella hacen lo que pueden y lo que les dejan las órdenes, los obispados o Roma, a algunos les prohiben escribir, a otros les excomulgan y a una inmensa mayoría les desoyen y su labor se pierde pero a ese niño que enseñan a leer en alguna parte del mundo o esa herida que curan hay quedan. Eso es lo reprochable a la Iglesia: lo que puede hacer y no hace. Sin embargo, buenas labores han hecho los buenos hombres y mujeres que están dentro casi olvidados por la institución.

Lo que dices de los incendios en guerra simplemente no es admisible bajo ninguna circunstancia. Primero: por que se quemó un patrimonio cultural inmenso que hoy podía estar produciendo dinero y no necesariamente en los templos, para eso están los museos, y segundo por que se ofreció al mundo una imagen de bárbaros sangrientos innecesaria y falsa, por que no todo el pueblo español fue por ahí matando religiosos/as e incendiando iglesias. Es más, te diría que se regaló un arma publicitaria de primer orden y se justificó mucha obra de arte “hecha desaparecer” por manos ni obreras ni eclesiásticas.

Realmente dudé a la hora de escribir este relato por el momento, pero para evitar que alguien me acusara de oportunista ya me lo llamé yo, pero oportunista o no: son hechos. Gracias por lo de “novelar la actualidad”.

Bueno que esto ya empieza a ser bastante largo para ser una aclaración. Un abrazo y gracias por leerme de nuevo.

6 comentarios:

  1. Una pena, pero no alcanzo a comprender las respuestas que das en este post, ya que está relacionado con un post anterior que no leí. Ya estoy aquí para entrar en acción.

    Mil gracias por la bienvenida!!

    BESOTES AMIGO Y BUEN FINDE!!!!!!!!!!!!!

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  2. Tal vez, para mi, el elemento desencadenante de todo este drama sea la incultura y la sojuzgación a la que se sometió a todo un pueblo desde lso tiempos de Fernando VII, un cúmulo de desaguisados, arbitrariedades, odios y rencillas que acabaron estallando con toda su virulencia, y de las cuales aún a día de hoy no nos hemos acabado de desprender ya que aún no somos capaces de asumir con normalidad nuestra historia, y cuando digo esto me remonto a tiempos bastante antiguos. A veces parece que ni tan siquiera el imperio haya ido con sotros y preferimos hablar de de Carlos V de Alemania antes que I de España, es todo una sintomatología de un pueblo que prefiere lo nebuloso a la claridad, a enfrentarse con sigo mismo. El olvido antes que coger el toro por los cuernos.

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  3. Stan: el tema es una especie de red de tráfico de niños formada por religiosas, médicos y enfermeras que operó durante la dictadura y 20 años después en maternidades y demás. Vosotros sabéis de eso pero con la ventaja de que enseguida os pusistéis en marcha, nosotros sólo hace unos seis meses. De nuevo bienvenido

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  4. Pe-jota: completamente de acuerdo en todo y aun añadiría más cosas como que no tenemos conciencia de pueblo sino de un montón de gente que no quiere convivir, que no queremos conocer la historia por que es mucho trabajo y por eso no la asumimos, que en la guerra de sucesión los pueblos preguntaban que bando había elegido el pueblo de al lado para elegir el bando contrario y destacaría el inolvidable "Vivan las caenas"
    Un abrazo.

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  5. Yo soy licenciado en historia, y una de las cosas que me enseñaron en la facultad fue que todo tiene una explicación multicausal, pero tampoco hay que remontarse a la época de don Pelayo encontrar explicaciones a acontecimientos tan recientes. Yo creo que uno de los factores que ha jugado a favor del silenciamiento de estos sucesos es que en principio todo eran sólo "sospechas" que tenían las madres o abuelas que vivían su particular tragedia dentro de los límites de su hogar, como la protagonista de tu relato, y que los "traficantes" de niños escogían con exquisito cuidado a sus "víctimas" entre mujeres desvalidas: campesinas, indigentes, o de bajo nivel cultural a las que nadie creería si se atrevían a denunciar y, por supuesto, borrando cualquier prueba documental de que esas mujeres estuvieron un día de parto en el hospital. No hay crimen perfecto, pero hay que reconocer que hay malhechores que tienen todo a su favor. Un saludo.

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  6. Rober: somos colegas y sin quitarte la razón he de insisitir eso pudo producirse por un poso previo del que hablabamos en comentarios anteriores.
    Apuntas algo que es interesante: mujeres. A la mujer desde el XIX se le ha considerado como mínimo una histérica y eso les ha valido especialmente a las dictaduras: en Argentina, creo recordar que a las madres de los desaparecidos les llegaron a decir que ellas no habían tenido hijos.
    De aquellos y estos polvos vinieron estos lodos. Solo queda decir el resultado final: Impunidad.

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