Querido y plateadísimo Thiago: no has metido la pata como preguntas en tu comentario pero me preocupas tú y algo que estoy viendo en muchos de los compañeros que dejan sus comentarios en tu blog, que sabes que sigo asiduamente. Cítote textualmente: “Es curioso como vamos los sanos a ver a los enfermos, como entramos con aprensión y como salimos de allí con alivio”. Quédeme desconcertado al leer esto. Llevo leyéndote hace tiempo como bien sabes y ya con la entrada que hiciste sobre el otro puente que te jorobaron, el de todos los Santos, me descentré un tanto, no por lo que tu dijeras, por cierto, con bastante humor –negro- dadas las circunstancias, sino por comentarios que leí de algunos compañeros. Que cada quien es libre de pensar como quiera es obvio y no seré yo quien lo cuestione, no va por ahí la cosa, no lo confundáis, que es fácil hacerlo. Incluyo el anuncio televisivo de “¿estas navidades vienen todos? Si, ¿Qué tal si nos vamos al caribe?”, como ejemplo y muestra de que nada hay de personal.
Esas opiniones libérrimas, me han hecho reflexionar sobre qué visión del mundo parece estar imponiéndose. La visión del mundo es la forma de estar en él y no sé si somos conscientes de la forma de hacerlo que creamos desde esa perspectiva. Será que me estoy haciendo muy viejo y muy de golpe, será que soy la reencarnación del abuelo Cebolleta, pero: “vamos a ver a los enfermos” (normalmente yo cuando lo estoy no suelo decirlo para evitar esa situación, conste) visto así, ya han dejado de ser amigos, parientes y han pasado a ser “enfermos”. Poco más o menos es lo que se venía a decir en los comentarios de todos los Santos, ya son muertos, casi ni recuerdos de personas amadas. “Con aprensión”, conozco gente que se desinfecta hasta las gafas después de ir a un cementerio con lo que tu frase vale para ambas situaciones. ¿Aprensión de qué? Hombre, no estamos hablando de un enfermo infecto-contagioso, sino de un enfermo, de un accidentado, de un anciano, pues, queridos amigos, de esa no nos escapamos nadie: vamos a enfermar y, con mucha suerte, envejeceremos. Aprensión ¿de qué? ¿de que se peguen los años? ¿de que no nos dejen salir?. “Y salimos con alivio” ¿de haber visto mejor al paciente o de no tener que asistir al espectáculo de la enfermedad, la vejez y el sufrimiento y poder actuar como si no existieran?
Los del cementerio afirman barbaridades de quienes sí van –vamos- simplemente, generalizo por lo que me equivoco en parte, para darse argumentos para no ir ellos. En realidad o no tienen a nadie –dichosos ellos- o nunca han sentido nada por quienes allí están, exagero por lo que me equivoco en parte. Es una justificación como cualquier otra pero que permite eludir la responsabilidad de decir “No voy por que no quiero, no me gusta o no me sale de ahí mismo”. Básicamente es como si yo me dedicara a insultar a los que van a misa de doce por que yo no voy a misa y descalificándoles explico mi conducta.
La reflexión me lleva a pensar que si el bicho humano actual, quiere evitar y evita la visión del dolor, la asunción de la extinción, y –en el caso del anuncio- la relación con otros bichos humanos quizás esté dando un paso hacia la involución. Se considera que el ser humano comenzó a serlo cuando se ocupó de ayudar a otro a sobrevivir, (hace poco se encontraron restos de varios centenares de miles de años de un antepasado a quien alguien había masticado la comida para alimentarle) y cuando la tribu, nómada aún, se detiene y entierra de una u otra manera a quien ha caído. El humano es humano sólo en tanto su relación con otro animal humano, solo no deja de ser un gusano débil ante el depredador. Un simple lince, poco más grande que un lindo gatito, si atacara a la cara de ese animal desnudo que es el humano acabaría con él, ya ni digo algo así como un singulares porcus, lease jabalí en latín, según Asterix.
Se exalta la huida del grupo, casi se fomenta el alejamiento del enfermo y de la realidad de la muerte. Por que, lamento decirlo, pero la gente se muere, miréis o no miréis, y los hospitales son templos de dolor, sagrados, por que el dolor es lo único que tenemos en común los humanos. Todos.
Reflexiono y me pregunto que clase de hombre o mujer, que tanto monta monta tanto Isabel sobre Fernando, es el que estamos creando con estas actitudes tan modernas y tecnológicas. Soy viejo, debo serlo, para tener esta visión en medio de esta vorágine que, tristemente, se ha extendido a mi generación y se dedican a proteger a los hijos y nietos: que no vea a la abuela que se esta muriendo, que no vaya al entierro que es muy joven, que no se haga amigo de ese chico/a que es discapacitado, que no se relacione con aquel otro que tuvo un cáncer el año pasado. Y esos seres a proteger van cumpliendo años y llegan casi a los treinta, y mi generación, cuando se va a operar, por ejemplo, y no sabe si es bueno o malo lo que hay ahí debajo lo ocultan celosamente a sus hijos, y hasta la fecha de la operación para evitarles sufrimientos. Debo ser muy viejo por que yo creía que nuestra misión como especie era crear y criar adultos capaces de enfrentar la realidad y vivirla en su plenitud, no adolescentes eternos educados para no ver nada más que el lado menos desagradable. Y me pregunto: ¿no existía un proceso biológico por el cual el polluelo salta del nido e inicia su vida entera, sin volver la cara al halcón que viene por el? (Sí, la enfermedad, la vejez, el dolor, la decrepitud y la muerte vienen por ti, muchacho, muchacha, por ti y no sólo por el otro, por el de al lado, por el viejo, por ti, y es sólo cuestión de tiempo que te alcance) Cuando llegue ¿estás entrenado para hacerle frente con dignidad o vas a buscar otra generación como la mía (léase, secta, estado controlador, Gran Hermano o cualquier cosa semejante que te mantenga engañado ante tu propio dolor, enfermedad y muerte , que tome tus decisiones y te haga incapaz de controlar tu propia existencia)?
Todo esto sé que no soy el primero que lo dice pero es que estoy sorprendido por que personas que me están demostrando todos los días su inteligencia y valía personal no reaccionen, no quieran hacerse adultos o lo que es lo mismo: no quieran ser libres para tomar sus propias decisiones personales íntimas y asumir las responsabilidades que eso lleva. ¿Miedo a la libertad? ¿Miedo a la vida? ¿Hedonismo suicida? (no veo yo a la gente suicidándose por los rincones la verdad, al contrario)
Thiago, me preocupas por que eres o vas a ser periodista: reflejo de una sociedad, de una generación, quien la debe mirar y contar. Como ya dije una vez me temo que soy un ilustrado y pienso que todos tenemos la misión de mejorar la sociedad especialmente quienes más voz tienen.
No sé si es políticamente correcto, no sé si he ofendido a alguien, no era esa mi intención pero no voy a disculparme si lo he hecho. Buscaba una compartir y provocar una reflexión.
Esta imagen está sacada de la red pero venía con el nombre de su autora en una pagina de fotografía, copie el nombre y los datos para ponerlos aquí, pero no los encuentro. Mis disculpas y con tan solo decirme que la quite se soluciona. Es una de las mejores fotos que pueden ilustrar el tema del que se trata. Seguiré buscando por que no puede estar muy lejos. Lo prometido es deuda: la foto se titula "Soledad" la autora es María Alicia Aranda Zamundio y se hizo el 17 de Diciembre en México, habría que darle las gracias por decir tanto con tan pocos elementos.