Pues sí, parece que la ciudad entera se jubila al mismo tiempo y que los comercios más entrañables son las primeras víctimas. Hace un par de años cayó La Camerana (C/ de la Sal) comercio dedicado a la ropa interior, pero de todo tipo ¿un camisón con chorrerás, pongo por caso? lo tenían, Calzoncillos del Atleti o del Real, lo tenían, tallas gigantescas, las tenían. Salvo lo recién salido al mercado lo tenían todo. Era la tienda donde los viejecitos se compraban las camisetas de franela para el invierno, donde las señoras compraban sus pantys talla enorme.
Dentro dependientes atentos que conocían el negocio y no tenían que mirar la Tablet para saber si había o no tirantes azules, cajones y armarios de madera antigua, y un aire de historia viva. En la puerta estaba el Señor Gordo con su periquito en la mano, tan incónico para muchos como la Cibeles Hubiera pagado para salvar por lo menos al periquito pero ha desaparecido.
En Navidad ponían un belen muy raro integrado en el escaparate , paralelo al csristal, visita obligada para la Navidad Madrileña, como el local de al lado, oscuro y casi siniestro, dedicado a imágenes religiosas, En Navidad exponían figuras en movimiento, el carpintero serrando, el panadero metiendo el pan en el horno. Siempre había un grupo enorme de abuelos y nietos anta aquellas figuras que emocionaban más a los abuelos que a los nietos. Ahora hay una deslumbrante yogurteria blanca t verde chillon, donde jamás he visto entrar a nadie. La Camerana ahora la ocupa una tienda chic que se decía antes de ropa de mujer iluminada con un tono extraño en plan semiecológico, creo, pero sin Señor Gordo. Ni siquiera han puesto nada navideño. Antes la innombrable Aguirre se cargó el Albeniz y la liberalización de los alquileres de un día para otro, obra del Faraón Gallardón de infausto recuerdo, se llevó por delante no pocos negocios "de toda la vida".
Ahora le toca a Palomeque, tienda de artículos religiosos de la Calle Arenal, es donde generaciones casi enteras compraron sus complementos de Primera Comunión, muchos las figuras del Nacimiento Nuevo, otros los regalos para sobrinos parientes en su Comunión no sólo los clásicos complementos sino, por ejemplo, álbumes de fotos con tapas nacaradas y el filo de las hojas dorado. Fuera era un reducto de belleza entre bancos y una zapatería inenarrable que, con el más profundo desprecio a sus clientes, pone lo que es en todos los idiomas menos el castellano. Dentro, serenidad, santos que ni conocías, postales religiosas y de arte, madera antigua, cuidada y con el sabor de lo añejo, de lo que perdura. En Navidad exponían a la venta un exquisito nacimiento de madera no muy grande, con las figuras esenciales, sobre una pieza de madera qon un acolchado de terciopelo rojo. Un Rey llegaba en camello como mandan los canones, otro en un brioso corcel y el tercero en un elefante. No podía haber más detalle ni más elegancia en esas figuras. Ahora no sólo ya no estará sino que cuando fui el otro día a despedirme y a buscar un San José me enteré del precio de ese Nacimiento al que nunca me acerqué por que imaginaba un precio exorbitante estaba perfectamente a mi alcance. Ahora las vitrinas están medio vacías, y con todo un mundo que se derrumba en ellas. Ha sido para mí como arrancarme una muela. "Cerrado por jubilación", como "La Camerana" y también por hastio ante una ciudad que ni sabe ni quiere ni le importa su historia, su Patrimonio Inmaterial, una ciudad regida desde hace muchos años por gentuza que solo ven sus cargos como un escalon mas para ministro.
Pero no ´sólo caen los antiguos sino que los más representativos de los menos antiguos, los de la "movida" siguen su misma suerte.
Ahora un individuo sobre quien no voy a opinar ha comprado el edifico donde esta La Casa del Libro., la más importante librería de Madrid (después de haberse cargado Fuentetaja y otras muchas) y temo que en su lugar como en el de todos los locales del cogollo central de la ciudad aparezca una tienda con gitanas de cerámica mal hechas, postales y las inevitables y ofensivas camisetas de los equipos de fútbol. Madrid entero se cierra por jubilación y sin más pensión que seguir viendo como la ciudad se ve despojada de parques de bomberos, teatros etc. Sí, mejor jubilarse para no participar en esta masacre.