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domingo, 25 de febrero de 2018

SOLO HUB.... 4



Solo hubo una chica: la de Ipanema
Solo hubo unas chicas: las de la Cruz Roja
Solo hubo una señorita: la de Trévelez
Solo hubo unas señoritas: las de Avignon
Solo hubo un salón: el ámbar
Solo hubo un coche: el Rolls
Solo hubo un gran coche: el 600
Solo hubo un gran éxito: la película que nunca llegamos a ver.
Solo hubo un año: el del hambre
Solo hubo un reloj: el que no marcaba las horas
Solo hubo una novia: la que vestía de negro
Solo hubo una viuda: la alegre
Solo hubo una solterona: Bette Davis
Solo hubo un diamante: el mejor amigo de una chica
Solo hubo un dolor: todos los dolores son uno
Solo hubo una piedra: la del riñon
Solo hubo una queja: la del alma
Solo hubo un “algo nuevo”: la tecnología
Solo hubo un “algo viejo”: la estupidez
Solo hubo u un “algo prestado”: la yankyzación
Solo hubo un “algo azul”: el eléctrico
Solo hubo un alba: la de Argamasilla
Solo hubo una tentación: la que vive arriba
Solo hubo una mujer como Gilda: Rita
Solo hubo un collar: el de la reina
Solo hubo una aldea: la maldita
olo hubo un horror total: “El grito” de Munch
Solo hubo un algo perfecto: el fiko de un sable japonés
Solo hubo un algo insoportable: la música árabe
Solo hubo un árbol: el del bien y bel mal
Solo hubo una hoja: la de parra
Solo hubo una pregunta: ¿de quien se ríe la Gioconda?

lunes, 19 de febrero de 2018

ACOSO


La verdad es que he tardado en escribir sobre el tema por que cuando lo pienso me vuelvo a quedar  estupefacto: "¿Acoso a la mujer en algún ámbito laboral? Lo me lo puedo de creer, señora vecina. Además a todas, señora vecina, que no se escapa ni una, vargame la Pilárica.. Y la que tienen montada uyuyuyuyuy, la que tienen montada, Que paice que nadie sabía ná. Y es lo que yo digo. A ver, Como si hubiera se inventado ayer por la tarde, Diga usted que a una no le gusta hablar, y menos de los vivos, que vaya usted a saber por donde van a salir. Pero, es que a una la ponen en el disparadero, coñe. Como si no fuera del dominio público Lo de la Mae West, la Joan Crawford,  o el, si mujer, ese que tan tanto miedo. Sí, ese que cada quien pronuncia como quiere. Sí, ese, el de La ventana indiscreta ¡que guapisma estaba ahí la Grce Kely ¿verdad' Que manía les ha dado de golpe, como si nunca hubiera habido acoso, en nuestros tiempos se llamaba meter mano y otras cosas, no sea usted picarona, señora vecina. Como es usted, jijiji. Mire usted, y no es por presumir pero yo, antes de casarme con éste, no estaba nada mal, bajita y rellenita pero muy mona, trabajaba en una mercería, sí la de la esquina de la Plaza Grande, y el jefe siempre me mandaba a mi a coger la mercancía del último anaquel, sí, eran los tiempos de la minifalda, y el viejo verde se ponía debajo "para ayudar" y al bajar con lo de "ayudar", la manita se le iba un palmo más arriba de lo que la falda dejaba ver. Y a callar que te jugabas el sueldo y estabas intentando ahorrar pal piso, que ni con tu novio te podías desahogar, no fuera a pensar lo que no era. Y eso por una mierda de sueldo y lo aguantábamos calladitas ¿verdad? claro, bien calladitas aunque todo el mundo sabía que era un asqueroso viejo verde, total por cuatro perras mal contás. Si una, que, usted lo sabe, señora vecina, que es decente aguantaba aquello por una miseria ¿Qué no se haría por esas fortunas que cobran? ¿Qué no se sabía? No me haga reír señora vecina. Claro que se sabía, hasta el gato lo sabía, como lo de que algunos curitas metían mano a los niños, además de zurrarles. ¡Que novedad! Ahora todo es rasgarse las vestiduras y vestirse de negro como en un velorio, que parecen todas viudas alegres. Que da lacha sabiendo lo que se sabe que me venga la XXXX o la YYYY en plan entierro de la sardina. ¿Sabe lo que le digo?, que con su pan se lo coman, pero quien no supiera que siempre ha habido acoso y lo que pasa de acoso en todos los trabajos es por que o miraban para otro lado o sacaban tajada de ello. Y la dejo que tengo que hacer la compra. Abur"

domingo, 11 de febrero de 2018

FEBRERO

Me pregunto por que desaparecieron las ilustraciones de las portadas de las revistas.
 
 
Febrerillo el loco con sus días veintiocho, si llega a tener más cuatro no quedaba can ni gato. Y si el refranero lo dice quien soy yo para enmendarlo, además que este año cumple con la norma; nieves, temporal, vientos y un frio de c******.
Hablando de c******, hace falta tenerlos cuadrados, en el peor sentido, para dar el espectáculo político social que estamos dando, y gratis, al mundo con unos personajes que más parecen marionetas de las de los estacazos que seres vivo. Algunos son pura encarnación de los arquetipos pero en caricatura. Se está empleando mucho en los medios el término "esperpento", pero no es exacto, el esperpento es el estado natural de este pañis, lo de ahora es eso; un estúpido guiñol sacacuartos en el que nadie se sabe su papel ¿Dónde está el poderío andaluz, la hidalguía castellana, el señorio madrileño, la rebeldía asturiana o el seny catalán? Pues mire usted, andan todos en un debate de altos vuelos sobre portavoces y portavozas, sobre quien va a eurovisión o quien gana Masterchef, por donde se va a jugar la final de copa y poco más. Incluso entre los estudios de las preocupaciones de los ciudadanos éstos se limitan a eso, a preocuparse, tanto mas cuando mas tiempo dediquen los medios a los temas. Es la gracia del charlatán o el trilero: mire usted pa´alla mientras se la meto doblada por acá.  
Uno de los ejemplos más dolorosos aberrantes es la prisión permanente revisable, debate que se activa y desactiva según se haya producido asesinato de mujeres jóvenes recientemente o no, Lamentablemente tengo la impresión de que también de quienes sean sus padres, pero eso es una sospecha de gato escaldado que nada vale. En calentito, que ahora quema, quieren justificar y ampliar una ley (o lo que sea) que sería perfecta....con un sistema judicial fiable. Todos sabemos que no es el caso, aunque sólo sea por la lentitud (ya no vamos a hablar de sentencias). Eso, señores/as diputados/diputadas ya existió y se llamaba La Bastilla. Resucitemos lo que creíamos acabado, por cierto que está volviendo la mili obligatoria en varios países de "nuestro entorno"
Pero nada de eso importa, parece ser, al fin y al cabo estamos en carnaval, un eterno sábado de carnaval o una nave de los locos.
 
Cartel de las fiestas de carnaval en Puente de Vallecas Retiro. Como siempre me equivocaré pero me parece un hallazgo. Sobrio y diría que hasta elegante.

domingo, 4 de febrero de 2018

LADY SOPHIE O NOCHE DE REYES Y 8


            Así se hizo pero cuando Lady Sophie entre mil equilibrios bajó había tres figuras más en el portal: una gata gris, un perro con un lazo rosa y una diminuta y hacendosa ratona con cofia victoriana. Ellos no las vieron y los humanos recordarían que habían estado ahí “de siempre”. Las luces de castillo se fueron apagando y el estruendo de la orgía deja paso a un silencio decepcionado. Algún centinela se reincorpora a su puesto recomponiendo sus togas interiores. La estrella se va tranquilizando y el pueblecito coba su quieta y apacible normalidad ante los ojos de los tres. Lady Sophie se pregunta si los copos de nieve estarían ya cayendo.

-No creo –responde Golfo señalando con el hocico.

            De Lady Sophie se desprende un polvillo dorado formando una nube donde, entre destellos, se van formado imágenes que no terminan de definirse del todo, igual que el cortejo inmovilizado fuera pero más pesadas. Son las esencias de todos los felinos que en el mundo han sido. Hay un momento en que casi se perfilan por completo todos y cada uno. Justo entonces se acercan al pueblecito y se inclinan en respetuosa reverencia. Están todos: el ancestral Dientes de Sable, los leones con su aire de superioridad, los tigres, leopardos, panteras, pumas, jaguares, linces, los divinizados gatos egipcios, los sabios gatos de los magos y las brujas, los duales y enigmáticos gatos japoneses y el arquetipo de Gato: tan majestuoso como el león, tan misterioso como el egipcio, tan desconfiado como el tigre, tan sinuoso como la pantera, tan hogareño como los angora y todo ello en el brillo equívoco de sus ojos. Eso sin contar con especies extintas en tiempos remotos. Toda la felinidad se había concentrado en ella y ahora vuelven a donde quiera que estuvieran antes presentando sus respetos a la figurita del bebé, o eso le parece a ella pero no podría asegurarlo. Cierra la comitiva el gato callejero trotando feliz.

-Lady Shophie –dice la Sra. Rat escondida entre las patas de golfo, aterrada ante tanto felino- sus ojos ya no son rojos.

            Lo que fuera que haya pasado, está acabando. Julieta ha dejado de apuñalar a Romeo y recobraba su compostura. Napoleón vuelve a montar su caballo aunque con cierta expresión de desconfianza, la bailarina se recupera del desmayo sin que nadie le acerque las sales. Hasta las destrozadas Gracias se recomponen y siguen mirando al David con ojos libidinosos y los bailarines rococó, ya con las cabezas en su sitio, vuelven a bailar esa música inaudible. Los puros, ruborizados, se apresuran a cubrir sus vergüenzas y vestirse con sus vitolas y el Pensador deja de hacer crucigramas.

            Vuelven a la ventana y ven que los copos de nieve, por fin, caen y e cortejo avanza despacioso, viéndose sin verse, sólo fugaces colores, brillos. Como siempre salvo que, se acerca la densidad de magia ha desaparecido, ni siquiera el alcanza el nivel cotidiano, sencillamente no hay. Las piezas del ajedrez han vuelto a sus puestos sacudiéndose el polvo de la batalla y las cristalerías se recomponen a toda prisa. Junto a la butaca en cuyo respaldo han asentado sus reales pasan, atravesando los cristales de las ventanas, las tres figuras que varias veces ha entrevisto. La barba blanca, capa púrpura y centelleos de oro en la corona; la barba negra le sigue con gemas en la corona, la capa se pierde en la oscuridad. “Podría ser azul, de un azul muy profundo” piensa Lady Sophie al tiempo que sus bigotes le dicen que toda la magia ya está en su sitio. La última figura es de piel hermosamente oscura, viene sonriendo, como sólo pueden sonreír los jóvenes, y su sonrisa amplia ilumina su imagen –telas flotantes, blancas, doradas, agitadas por los vientos del desierto-. Les mira y sus ojos brillan, cómplices, y su sonrisa aun crece e ilumina las almas. Tan embebidos están contemplando las tres figuras que no se dan cuenta de la cabeza de dromedario que también ha atravesado la ventana.

-Lady Sophie –lo dice con aire cortesano, lo que no debe ser fácil cuando uno se está comiendo un manojo de zanahorias- buenas noches. Buenas noches, Sir Wilfredo, buenas noches Sra. Rat espero que sus pequeñines se encuentren en buen estado de salud.

-Buenas noches, están todos sanos y traviesos –responde la ratona con voz temblorosa.

-Lady Sophie, siempre tan hermosa y elegante –no tiene ni la menor idea de quien es el galante   comedor de zanahorias, le saluda con un femenino y casi cortesano movimiento de cabeza, agradece el cumplido pero no lo considera excesivo, simplemente justo.

-Bienvenido, Alí-Ben Yatal, emir de las arenas y califa de todos los desiertos –hay que ver la palabrería del saco de pulgas, Golfo o Wilfredo, o como morros se llame- Es un placer inesperado y gratísimo charlar con vos, aunque sean cortas siempre nuestras conversaciones. Una noche fría ¿no?

-Más que fría, extraña; aunque hermosa como pocas. También para mí, Sir Wilfredo, estos encuentros anuales un valiosísimo placer.

-Ciertamente los buenos amigos nunca están separados en sus corazones.

-Sabias palabras, como no podía ser menos viniendo de vos, Sire. Veo que hemos de retomar el viaje. Por cierto, Sir Wilfredo, veo que a sus humanos se les ha olvidado el anisete –se aleja con paso aun más majestuoso del que trajo.

-Una imperdonable negligencia, Mi Señor. Discúlpeles, al fin y al cabo son humanos y ya se sabe.

-Sí, ya se sabe –responde el dromedario y su voz suena lejana y difusa.

            Lady Sophie no saldría de sus varios asombros sino sintiera cómo el nivel de magia que ya parecía no haber, si se pudiera medir en algún tipo de unidades, ahora estaría bajo cero. Las tres figuras de las capas aparecen casi completas iluminadas por un resplandor blanco que sale de la casita donde dejaron la figurita del bebé. Pronto comienzan a caminar hacia la ventana diluyéndose de nuevo y según se acerca el nivel de magia desciende aun más y un gato sin magia es como un pez fuera del agua. La figura de los dorados ondulantes, aromas de desierto y sonrisa deslumbrante se les acerca y acaricia la cabeza de Golfo.

-Tú, pequeño, tienes la magia de entender a los humanos, algo casi imposible cuando ni entre ellos lo hacen. Usted, mi querida Sra. Rat –despacio y con sumo cuidado pasa un dedo por su blanco lomo-, tiene la magia de poder hacer imaginar a los humanos universos de todo tipo y aprender de lo que ellos mismos han imaginado. En cambio, Lady Sophie –acaricia ese punto entre la oreja y el cuello, el punto traidor lo llama, por que si se toca no se puede evitar un grato ronroneo- es y sabe. Es, y hubo un tiempo en que los hombres lo sabían, la puerta de los hombres a la Magia grande, la que les permite vivir y ella lo sabe, como lo son y lo saben todos los gatos; por eso ahora mismo está agobiada, no siente las magias ¿Sabe por qué, mi Lady? Por que estamos en la absoluta realidad. Lo demás son ensoñaciones, por eso os necesitan tanto, aunque, como vuestra hazaña de esta noche, no lo sepan nunca, o prefieran no saberlo pues quizás intuyan que les sería imposible vivir en la absoluta realidad. He de seguir mi camino, quedad en paz y alegría.

            Las últimas palabras suenan cuando ya monta su dromedario y el cortejo evanescente se pone en marcha, despacioso y eterno. Apenas deja de vérseles y el árbol, bueno, esa burda imitación, ya canta con sus cascabeles y campanitas, los copos caen y el fuego se aviva.

-¿Wilfredo? –comenta distraída Lady Sophie.

-Wilfredo Norberto Lambert decimoquinto.

-Abulta más el nombre que tú –deja caer la gata, más que nada por chinchar.

-Pues a mí me gusta –añade la Sra. Rat sacando su labor del bolsillo del delantal.

-Hay unos cojines que llenar de pelos y están cerca de la chimenea. ¿Os apetece pasar ahí lo que queda de noche –propone Lady Sophie.

-De acuerdo –responde Golfo/Wilfredo- pero antes habrá que encontrar el paso.

            Si, habrá qué hacerlo, pues toda la habitación esta llena de paquetes, grandes y pequeños envueltos en vistosos papeles y brillantes lazos. Mañana tendrá que hacer el número de colarse por todas partes y demás. Por fin llegan a los famosos cojines y se acomodan en ellos frotándose todo lo posible. Golfo hace lo propio y la Sra.Rat. encuentra una acogedora madriguera entre los cojines.

-Con que Wilfredo ¡eh? ¿Por qué les consienten que te llamen Golfo?

-A la niña de las trenzas le gusta llamarme así.

-Ya voy entendiendo.

-Delicioso lugar MyLady, procuraré dejar todo el pelo posible.

-Muchas gracias, Sir Wilfredo.

-No hay de qué, MyLady

            El silencio de la nevada les arrulla y el sueño les vence casi al instante, acabará cuando los humanos descubran los paquetes, al fin y al cabo no se puede esperar mucho: son humanos.