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sábado, 27 de junio de 2020

JUNIO: LO SIENTO

Un mes más llego por los pelos a la entrada dedicada al mes. Junio de 1919 Rockwel encabeza esta entrada con una de sus optimistas portadas infantiles.
Recuerdo que la última entrada de Mayo acababa lanzando un "mensaje" optimista y alegre, esperanzado. Por un espíritu tonto de coherencia no quería que las entradas siguientes traicionaran esa intención luminosa. Pues lo siento: no he encontrado un solo clavo ardiendo al que agarrarme para escribir algo que no induzca al suicidio. Todo va tan mal como cabría esperar sin usar la esperanza que, por lo visto, también escapó de la caja de Pandora junto con la inteligencia, la sensatez y el mero instinto de supervivencia. La Pandemia no va a acabar nunca, si acaso acabará con nosotros, las élites siguen jugando con el planeta de los bichitos a ver cual mata más y mejor a aprovechar la preocupación por el COVID parar dar carta blanca a la deforestación masiva del Amazonas. La gente oscila entre "a mi no me va a pasar por que soy invulnerable, miserable mortal", al " de aquí no me sacan ni a leches". El otro día me despedí de una amiga por teléfono dejándome claro que ella no pensaba salir de casa nada más que para trabajar. Dado que yo por las putas barreras no puedo llegar puedo dar por agonizante una amistad de 40 años.
En fin que no encontré tema ni fuerzas para escribir algo mínimamente optimista o esperanzador y no quiero ni mentar las cuestiones de politiqueo de gallinero (por putas) universitario (por corruptos/as) con que nos están amenizando esta temporada los dirigentes de este país.
Y yo no doy más de mi.
Espero poder seguir con el blog pero por el camino de la huida, actuando como si no estuviéramos en los previos de las trompetas del Apocalipsis.