Bueno, afortunadamente para mí, mi necesidad de descanso ha sido menor de lo que creía y antes de lo que pensaba me reincorporo a este mi primer blog..
Ya hemos hablado alguna vez de que desde "Canción de Navidad" de D. Charles no hay cuento de Navidad que valga (y no será por que no lo han intentado muchos si no todos de los grandes autores). Como cada año acepté el desafío. Lo cierto es que lo acabé en abril o por entonces, desde luego antes de Semana Santa, sé que el Jueves Santo ya estaba acabado. Hoy no podría escribirlo, estoy demasiado ocupado haciendo mía la realidad. Está sin corregir por eso no me extraáría que os resultara demasiado largo. En cualquier caso aquí os dejo con la primera entrega.
LADY SOPHIE O NOCHE DE REYES
Como
se temía, su cuenco de agua está en la cocina. La gatera no cierra del todo
bien y deja entrar el frío. “la curiosidad mató al gato, Sophie”, se dice a sí
misma sacando el hocico para ver el exterior. Sí, no cabe duda de que va a
nevar, se coloca de nuevo las gafas para comprobar que todavía no caen los
copos. Uy, una corteza de queso que se habrá caído al sacar la basura. Saca una
mano, un par de uñas de la garra y lo engancha. Mira por donde la salida no va
a ser inútil del todo. Trota hasta el rincón con la grieta oculta. “Sra. Rat,
soy yo”. Una ratona blanca de orejas rosa asoma. “Buenas noches My Lady ¿Cómo
usted por aquí en noche como ésta?” “Pues a traerles unas golosinas para sus
pequeñines”, “Pues muchísimas gracias My Lady, no sabe usted lo que comen
ciento cincuenta bocas en edad de crecer. Lady Sophie ¿Por qué no nos come
usted siguiendo la multisecular tradición felina”; “Prefiero las ratas, Sra.
Rat”. A Lady Sophie no le parece digno de su alcurnia pelear con quien no tiene
la menor posibilidad. Nobleza obliga. Las ratas, en cambio, son unas
delincuentes casi tan arteros como ella, algo deportivo pelear con alguien de
tu peso aunque tampoco tenga ninguna posibilidad; sin contar con que tienen
mucha más carne que comer y, de paso, satisfacer el ancestral instinto de
exterminarlas. La Sra. Rat es una pequeña damita, humilde y atareada, encantadora,
pero sobre todo, la única rival a su altura ante el tablero de ajedrez. Sigue
su camino con su hocico dibujando la sonrisa de su famoso antepasado, el gato
de Chesire.