Pues bien;: tenía yo pensadas y esceitas dos entradas continuando con el tema del amor cuando, de pronto me acordé de un viejo refrán, un tanto obsceno, pero no por eso menos real: "¿Que sabrán de mierda si nunca la han comido?, os ruego perdonéis esta expresión, ya sabéis que no es precisamente mi estilo. Brutal pero seco, directo y demoledor. En la entrada anterior hablaba como si yo supiera algo de amor. Nada más lejos, entre las puertas que me cerraron y las que me cerré yo solito nunca lleguè a conocer el amor. ¿Quien soy yo pues, para decir nada sobre el tema? He sido y soy espectador interesado de un juego que no acabo de comprender y del que no conozco ni las reglas ni el objetivo. Soy muy observador pero me da que no tanto. Alguien dijo una vez "nada sobrevive a ser pensado" y yo pienso el amor, como todo y, efectivamente, nada sobrevive a ello. Tengo entendido que lo del amor no va vía pensamiento sino por el del sentimiento, algunos lo llaman "corazón". Casi es como si hablara de los deportes marcianos: tampoco tengo ni idea.
Las entradas que tenía escritas han quedado ahora vanas y más propia de quien habla ex-catedra, o sea, de una pedantería indecente. Las dejaré por ahì, rodando, por si alguna vez...nada, nunca se usaraán esos papeles y lo prefiero. Igual que prefiero haberme dado cuenta de lo incapacitado que estoy para hablar de amor. Me limitaré a seguir esperando "la espina de una pasión" de Machado. Quizás todavia haya tiempo antes de caer en la decrepitud.
No es una entrada muy alegre pero nada es alegre cuando se tiene que reconocer que te has equivocado y, lo que es peor, que no eres nadie para hablar del tema. En fin, amigos, os deseo a los que tienen amor que lo gocen y lo cuiden como a la orquidea más delicada, y a quienes como yo no lli tienen que gocen y cuiden como a la orquidea más delicada todo lo demás. Puede que falte un actor, el protagonista, pero nosotros seguimos en el escenario y la obra continúa ¿por que mno hacer una comedia sin protagonista? A falta de pan....
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miércoles, 22 de febrero de 2017
jueves, 16 de febrero de 2017
Todos los santos tienen su octava o el amor en bolas
Sé que voy con retraso pues hoy es 16 y esta entrada tenía que baber subido el 14, como tuve que salie de naja a Urgencias no pudo ser. He aqu el porque de la primera parte del título. Tras esta disculpa/explicación vuelvo a la entradaa
San Valentín, otra vez, ha llegado con su patronazgo de enamorados: Pobre hombre, hay que ver la que le ha caído encima sin comerrlo ni beberlo. La cosa, el asunto, el quid de la cuestión o la madre del cordero está, como casi siempre, en la terminología .Obviando el asunto comercial del que creo haber hablado en una entrada reciente y que no merece mas, voy por otro lado
El término empleado no es nada relativo al "amor" sino al "eanoramiento" que cosa harto difertente. Eso es ya cosa sabida. No recuerdo si fue Cajak o Marañón (a mi me paga más en Marañón) quien dijo aquelo de "el amor es un estado de enajenación mental transitorio"; acertó y se equivocó el sabio. Se equivocó al confundir amor con enarmoramiento; si la cita partiera de este principio no podría estar más de acuerdo: enajenación adictiva y, por tanto autodestructiva, revuelo hormonal que libera no sé que sustancia y que tiene fecha de caducidad, lo justo para procrear, como mucho, dos crías. .Nobilíeima misión pero a una mala edad en el mundo actual. Los enamoramientos más apasionados que sentiremos nunca, esos que nos arrancan las lágrimas de no se sabe donde, serán entre la pubertad y los veinte años, edad en que en nuestro modo ve vida no es admisible la procreación quedando frustrada su principal misión; si es malo esto peor es que a esas edades no se distingue amor de seco con lo que llgamos a la cnclusidón que consumando uno dominamos el otro. A partir de los 20 la cosa cambia, ya no nos enamoramos: decidimos ernamorarnos precisamente por la cualidad adictiva de las hormonas, sólo que ya las hormonas no tienen tante fuerza y es el individuo quien pone en marcha el proceso intentando reencontrar el "viaje" que encontraba a los 15. Esto, lo sabemos todos se cura con una buena tableta de chocolate, a ser posible negro. Pero no. Andamos por ahi como vaca sin cenecrro busscando esa sensación. "Nunca vuelvas a los sitios en que fuiste feliz" dijo alguien y Mercedes Sosa nos dejó su inolvidable "Volver a los 17" uno de cuyos versos dice "volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente" Nuna encontraremos esa pasión. Si nos lo trabajamos mucho, pero mucho, mucho, es posible crearse la ilusión de esta viviéndola,, no son más bamabilans y oropel: se monta, se hace la función y se desmonta. Somos los Peter Panes del amoe. Ya tiene bastante castigo quien cae en esta red sutil que nos lleva a una sucesión de parejas que sólo cubren el aspecto sexual y un poco el social, pero lo peor es que dejan pasar los años esperando el renacer del Romeo (o la Julieta) que fuimos, vagando como lerprosos medievales pues envejecemos y los canddatos/as a ser Julietas o Romeos siguen tenidendo menos de veinte. Luego, cuando ya sentimos cerca la decrepitud y la soledad nos echamos a la calle otra vez a buscar pareja ya mucho más sensatamente: los y las de 50 quieren los de 30 y los de sesenta también. Además se creen víctimas de un destino cruel que no ha puesto en su camino al hombre o mujer adecuados. Para ellas, su príncipe azul, para nosotros Galadriel o la Reina Ginebra.
Claro que, el amor, es otra cosa.
San Valentín, otra vez, ha llegado con su patronazgo de enamorados: Pobre hombre, hay que ver la que le ha caído encima sin comerrlo ni beberlo. La cosa, el asunto, el quid de la cuestión o la madre del cordero está, como casi siempre, en la terminología .Obviando el asunto comercial del que creo haber hablado en una entrada reciente y que no merece mas, voy por otro lado
El término empleado no es nada relativo al "amor" sino al "eanoramiento" que cosa harto difertente. Eso es ya cosa sabida. No recuerdo si fue Cajak o Marañón (a mi me paga más en Marañón) quien dijo aquelo de "el amor es un estado de enajenación mental transitorio"; acertó y se equivocó el sabio. Se equivocó al confundir amor con enarmoramiento; si la cita partiera de este principio no podría estar más de acuerdo: enajenación adictiva y, por tanto autodestructiva, revuelo hormonal que libera no sé que sustancia y que tiene fecha de caducidad, lo justo para procrear, como mucho, dos crías. .Nobilíeima misión pero a una mala edad en el mundo actual. Los enamoramientos más apasionados que sentiremos nunca, esos que nos arrancan las lágrimas de no se sabe donde, serán entre la pubertad y los veinte años, edad en que en nuestro modo ve vida no es admisible la procreación quedando frustrada su principal misión; si es malo esto peor es que a esas edades no se distingue amor de seco con lo que llgamos a la cnclusidón que consumando uno dominamos el otro. A partir de los 20 la cosa cambia, ya no nos enamoramos: decidimos ernamorarnos precisamente por la cualidad adictiva de las hormonas, sólo que ya las hormonas no tienen tante fuerza y es el individuo quien pone en marcha el proceso intentando reencontrar el "viaje" que encontraba a los 15. Esto, lo sabemos todos se cura con una buena tableta de chocolate, a ser posible negro. Pero no. Andamos por ahi como vaca sin cenecrro busscando esa sensación. "Nunca vuelvas a los sitios en que fuiste feliz" dijo alguien y Mercedes Sosa nos dejó su inolvidable "Volver a los 17" uno de cuyos versos dice "volver a los diecisiete después de vivir un siglo es como descifrar signos sin ser sabio competente" Nuna encontraremos esa pasión. Si nos lo trabajamos mucho, pero mucho, mucho, es posible crearse la ilusión de esta viviéndola,, no son más bamabilans y oropel: se monta, se hace la función y se desmonta. Somos los Peter Panes del amoe. Ya tiene bastante castigo quien cae en esta red sutil que nos lleva a una sucesión de parejas que sólo cubren el aspecto sexual y un poco el social, pero lo peor es que dejan pasar los años esperando el renacer del Romeo (o la Julieta) que fuimos, vagando como lerprosos medievales pues envejecemos y los canddatos/as a ser Julietas o Romeos siguen tenidendo menos de veinte. Luego, cuando ya sentimos cerca la decrepitud y la soledad nos echamos a la calle otra vez a buscar pareja ya mucho más sensatamente: los y las de 50 quieren los de 30 y los de sesenta también. Además se creen víctimas de un destino cruel que no ha puesto en su camino al hombre o mujer adecuados. Para ellas, su príncipe azul, para nosotros Galadriel o la Reina Ginebra.
Claro que, el amor, es otra cosa.
domingo, 5 de febrero de 2017
Febrero: rellexiones irreflexivas de un blogger desnudo.
Febrero tiene mala fama, quizás no sin razón.
Hoy, y desde hace unos dias, simplemente tengo la mente en blanco, y no en el buen sentido.
El autor anónimo de este almanaque no puede negar la influencia de Mucha. Así son todas mis ideas.
¿Será febrero, el loco que nos enloquece?
Imagino que os figurarés que no estoy escribiendo esta entrada sin ropa encima. Pues está bueno el clima para andarse con despelotes. Desnudo, como la peli de la Lollo, frente al mundo.
Quizás por que tengo complejo de Casandra que tenia el don y la maldición de la profecia que siempre acertaba pero (he aquí la maldición) nadie le hacía ni caso. Y yo el futuro lo veo más oscuro que trabajando en el carbón. ¡Que os voy a decir?
Lo lógico es que hoy hablara de la gala de los Goya, pero lo cierto y verdad es que no me apetece. Sería fácil decir cuatro obviedades pero ¿pa qué?
Desnudo, indefenso, despojado, expoliado, encuerado, ¿no os sentis así cuando veis que aquello que creíamos asegurado ni siquiera se planrea ya nadie su existencia. Resulta que el progreso es reversible. Eso se avisa, joder.
En algún moemnto tendré que hablar de la desprotección, como un caballero a quie han quitado la armadura e intenta ganar la batalla con la espada en la derecha y tapándose las vergüenzas con la izquierda, en que nos encontramos ante los medios. Pero hoy no tengo el cuerpo pa comistrajos. Ya os digo que tengo el cerebro en blanco.
¡Con lo que yo era poniendo verde a diestro y a siniestreo, a tirios y troyanos!
De insulto fácil era yo, pero creo que he agotado todos los insultos que existen y la verdad, no siento el menor interés por inventarme más.
Yo tenía un chorro de voz que decía la canción, pero ya he dejado de cantar (para alegría y jolgorio de quienes me rodean, por que mi chorro de voz era algo asi como el de una rata) Ya pueden estar contentos todos. Calladito estoy màs guapo, bueno, menos feo. Ah, yo estaba seguro de mi càlido verbo fluido y seductor y, parece ser que no era ni lo uno ni lo otro. Me limitaba a no dejar espacio para que los demás metieran baza.
He pasado desde los 20 años estudiando samurais y hace poco un soberbio libro me descubre que todo lo que yo me tomaba en serio es mentira, una burda manipulación infame tan obvia que no puedeo dejar de preguntarme ¿cCómo coño no lo vi? La piedra angular de mis escritos a tomar por ... ahí.
Febrero tiene mala fama aunque es mes de lunas claras y los días casi insensiblemente se alargan. En cualquier momento los almendros florecerán por levante y aqui seguiremos con la capa para estar en la esquina de Gobernación. Otra ventaja de febrero es que es más corto y se cobra antes.
Un 19 de febrero murió una conocida mía en plena adolescencia (ya hablé de ella en mis primeras entradas) y no se me olvida nunca.
El 14 de febrero es S. Valentín, el día de los enamorados. Que aparte de una Concha Velasco tan bella como siempre no trae nada bueno. La exaltación de un estado de enajenación transitorio que dijo no sé quien, o, más realista la campaña necesaria de ventas entre las rebajas y el Día del Padre. Lo malo es que se lo creen, en realidad nos lo hemos creído todos, lo del amor digo. Y cada quien anda esperando su príncipe azul o su Pamela Anderson ( o la que toque ahora) correspondiente. Y la razón de vacaciones. La solución es encima fácil y conocida: si te enamoras, inflate a chocolate, negro. Y lo de negro no va con segundas.
Eso es lo malo, lo pero es que por mucho que digamos lo que digamos siempre queda un maldito rescoldo de esperanza en que un día abras la puerta y esté ahí Blanca Suáerez o Julia Roberts declarandose loquitas por tus huesitos (que es lo que queda debajo de las consecuencias del chocolate) Entretanto indefensos, desnudos y despojados dejamos cada cual pasar a su cada cuala por que quizás no sintamos nunca una pasión a lo Romeo y Julieta, pero que es quien está hecha/o para nosotros, que nos haría y a quien hariamos felices. Lo aun peor es que cuando nos damos cuenta nos ocurre lo que decía Machado: en el corazón tenía la espina de una pasión, logré arrancármela un día.Ya no siento el corazon. Y ahí queda un frío, una añoranza, un vacío de lo que creemos tener que haber vivido y no lo hemos hecho.
En fin, ya os dije que tengo el cerebro sin ideas. Me sentaré a esperarlas como a Blanca Suarez o a Julia Roberts.
Hoy, y desde hace unos dias, simplemente tengo la mente en blanco, y no en el buen sentido.
El autor anónimo de este almanaque no puede negar la influencia de Mucha. Así son todas mis ideas.
¿Será febrero, el loco que nos enloquece?
Imagino que os figurarés que no estoy escribiendo esta entrada sin ropa encima. Pues está bueno el clima para andarse con despelotes. Desnudo, como la peli de la Lollo, frente al mundo.
Quizás por que tengo complejo de Casandra que tenia el don y la maldición de la profecia que siempre acertaba pero (he aquí la maldición) nadie le hacía ni caso. Y yo el futuro lo veo más oscuro que trabajando en el carbón. ¡Que os voy a decir?
Lo lógico es que hoy hablara de la gala de los Goya, pero lo cierto y verdad es que no me apetece. Sería fácil decir cuatro obviedades pero ¿pa qué?
Desnudo, indefenso, despojado, expoliado, encuerado, ¿no os sentis así cuando veis que aquello que creíamos asegurado ni siquiera se planrea ya nadie su existencia. Resulta que el progreso es reversible. Eso se avisa, joder.
En algún moemnto tendré que hablar de la desprotección, como un caballero a quie han quitado la armadura e intenta ganar la batalla con la espada en la derecha y tapándose las vergüenzas con la izquierda, en que nos encontramos ante los medios. Pero hoy no tengo el cuerpo pa comistrajos. Ya os digo que tengo el cerebro en blanco.
¡Con lo que yo era poniendo verde a diestro y a siniestreo, a tirios y troyanos!
De insulto fácil era yo, pero creo que he agotado todos los insultos que existen y la verdad, no siento el menor interés por inventarme más.
Yo tenía un chorro de voz que decía la canción, pero ya he dejado de cantar (para alegría y jolgorio de quienes me rodean, por que mi chorro de voz era algo asi como el de una rata) Ya pueden estar contentos todos. Calladito estoy màs guapo, bueno, menos feo. Ah, yo estaba seguro de mi càlido verbo fluido y seductor y, parece ser que no era ni lo uno ni lo otro. Me limitaba a no dejar espacio para que los demás metieran baza.
He pasado desde los 20 años estudiando samurais y hace poco un soberbio libro me descubre que todo lo que yo me tomaba en serio es mentira, una burda manipulación infame tan obvia que no puedeo dejar de preguntarme ¿cCómo coño no lo vi? La piedra angular de mis escritos a tomar por ... ahí.
Febrero tiene mala fama aunque es mes de lunas claras y los días casi insensiblemente se alargan. En cualquier momento los almendros florecerán por levante y aqui seguiremos con la capa para estar en la esquina de Gobernación. Otra ventaja de febrero es que es más corto y se cobra antes.
Un 19 de febrero murió una conocida mía en plena adolescencia (ya hablé de ella en mis primeras entradas) y no se me olvida nunca.
El 14 de febrero es S. Valentín, el día de los enamorados. Que aparte de una Concha Velasco tan bella como siempre no trae nada bueno. La exaltación de un estado de enajenación transitorio que dijo no sé quien, o, más realista la campaña necesaria de ventas entre las rebajas y el Día del Padre. Lo malo es que se lo creen, en realidad nos lo hemos creído todos, lo del amor digo. Y cada quien anda esperando su príncipe azul o su Pamela Anderson ( o la que toque ahora) correspondiente. Y la razón de vacaciones. La solución es encima fácil y conocida: si te enamoras, inflate a chocolate, negro. Y lo de negro no va con segundas.
Eso es lo malo, lo pero es que por mucho que digamos lo que digamos siempre queda un maldito rescoldo de esperanza en que un día abras la puerta y esté ahí Blanca Suáerez o Julia Roberts declarandose loquitas por tus huesitos (que es lo que queda debajo de las consecuencias del chocolate) Entretanto indefensos, desnudos y despojados dejamos cada cual pasar a su cada cuala por que quizás no sintamos nunca una pasión a lo Romeo y Julieta, pero que es quien está hecha/o para nosotros, que nos haría y a quien hariamos felices. Lo aun peor es que cuando nos damos cuenta nos ocurre lo que decía Machado: en el corazón tenía la espina de una pasión, logré arrancármela un día.Ya no siento el corazon. Y ahí queda un frío, una añoranza, un vacío de lo que creemos tener que haber vivido y no lo hemos hecho.
En fin, ya os dije que tengo el cerebro sin ideas. Me sentaré a esperarlas como a Blanca Suarez o a Julia Roberts.
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