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domingo, 17 de enero de 2021

CRONICAS MATRITENSES


 Poco imaginaba el bueno de Munch hasta que punto esta obra iba a definir al menos todo el siglo XX y lo que llevamos de XXI.

Cierto es que el problema der bisho es universal pero me interesa destacar el "Affaire Madrid" en plena tercera o cuarta ola nos llega la Filemona, perdón Filomena, y en lugar de A: liberar a toda costa las rutas de autobuses o B confinar hasta tener las calles despejadas nos obligan (a mi no por que no trabajo y aun así dudo mucho que usara un medio tan antinatural como el metro) a viajar como sardinas en lata en metro a horas puntas. Con un IFEMA que quedó a falta de unos toques para ponerlo en marcha de nuevo sin activar, un Isabel Zendal del que no voy a hacer comentarios pues estamos oyendo todos los días la situación que plantea, y una falta de personal tanto sanitario como urbano de una desidia flagrante. Se supone que los vecinos deberían o podrían ayudar pero conste que legalmente es obligación del Ayuntamiento sólo y exclusivamente. Además Madrid es una ciudad de una edad media en segun que barrios muy alta y francamente no veo yo al señor del andador o al de la mochila de oxígeno cogiendo un pico y una pala para coger nieve y picar hielo. Hace 8 días de la nevada y hoy no he podido acceder al supermercado del barrio, por otra parte me cuentan que medio vacío. Apenas he podido llegar a por el pan y estoy en la zona más baja de la ciudad, junto al río, donde menos cuaja la nieve. No se a quien temer más si a la Filemona o la top Model Ayuso y al carita de niño bueno del alcalde (que no me cae mal del todo)

Además, y por si fuera poco, hay inversión térmica. Vamos que hace más calor en la sierra que en la ciudad lo que en Madrid implica que la contaminación se dispara y hoy se ha decretado el estado de alerta o algo parecido por alta contaminación, eso implica más complicaciones para pacientes respiratorios (EPOC, por ejemplo) lo que nos lleva a otra gran pregunta ¿Donde están los médicos? Me explico, claro que hay médicos y sanitarios en los hospitales pero todos jóvenes. Vamos que los "buenos" me decía un amigo, los de más experiencia prefiero decir yo, han desaparecido, desde los especialistas a las enfermeras (al menos en las consultas) Por cierto y aunque no sé si se ha dicho se han suspendido las intervenciones no urgentes y a pesar de todo se sigue sin contratar personal sanitario que tiene que emigrar para que se les pague un sueldo digno. 

Nuestra "inviolable" constitución del 78 (la mejor que hemos tenido según el tiempo que va aguantando) cometió errores imperdonables (y no pocos, algunos comprensibles, en cuarenta años mucho han cambiado las cosas y otros no tanto) el peor de los cuales fue el estado de las Autonomías y no por la idea en si misma sino por no definir claramente sus límites y algo que nunca se debió dejar en manos de caciques autonómicos fue la sanidad, incluyendo las residencias de ancianos y de discapacitados (que nadie menciona, por otra parte) Ese error nos está costando miles de vidas y nos costará muchas más pero como dijo aquella diputada en el congreso "que se jodan". Que esa es otra, muchos millonetis cogen el covid pero ninguno la palma por muchos factores de riesgo que tenga, pongo por caso Berlusconi que no es un crío precisamente lo que les delata como poseedores de un tratamiento, luego el "que se jodan" de la Sra, por que de algún modo hay que llamarla por no llamarla por el suyo aunque ahora que están de moda las siglas seria algo que empezara por la octava letra, está claro a quien va dirigido. Vamos, que entre la top model y demás los que "se joden" somos los de siempre. ¿Quien nos iba a decir cuando la pesadilla Aguirre que "otra ha venido que buena ha hecho"? Buena no, que milagros no se hacen pero comparable sí.

domingo, 10 de enero de 2021

Enero


 Este año por primera vez empiezo el "Almanaque" de los meses por el principio. El primer signo de cada año es Capricornio, de 21 de diciembre a 20 de enero. Si alguien ha mirado mi perfil sabrá que es mi signo, eso sí, por cuatro horas. Un poco más y nazco Acuario. Son los signos del horóscopo un buen tema de conversación cuando no hay nada que decir, es cierto. Sobre todo si te has leído un par de cositas, pero no he elegido este tema por eso sino por que con su excusa se han creado obras curiosas como las que irán apareciendo y de cuyo autor hablaremos. 

Si alguien le interesa saber más de mi son de horoscopo chino Perro y mi elemento chino es Tierra, traduciendo, que viene siendo gerundio, un pelmazo pero como cabra llego donde no llegan muchos y como perro soy guardián y cuidador, por supuesto, como decía el inefable Gerald O'Hara, "la tierra es lo único que permanece. Siendo irlandesa te acabarás dando cuenta". Bueno, pues la mitad de mi carga genética es céltica ( la otra mitad un pisto de cuidado) y estoy, por tanto, muy apegado a mi tierra. Entendamos tierra por entorno, "lo mío". Mi ciudad, mi calle, mi gente, aunque no haya un solar de por medio. 

Bueno, pasemos a Enero, otro que tal. No voy a descubrir nada diciendo que Enero viene de Jano el dios bifronte romano, Mira al pasado y al futuro a la vez. Debe tener las neuronas hechas un nudo marinero y en este mes en concreto me lo imagino con dos manos una tapandose la mirada al año pasado, y la otra tapándose la mirada del año nuevo. Por  que menuda rachita llevamos. 

Hay una cosa que me aterra y otra que me consuela: me aterra que, como ha venido siendo en la Comunidad de Madrid, se cumpla el refrán de "otro vendrá que bueno me hará"; me consuela que, dado que vamos repitiendo ciclos incluso en las oleadas pandémicas, nos esperan unos felices veinte. Claro que ya sabemos como acabaron los veinte tan felices ellos: en la mayor matanza que vieron los siglos y que, con sordina, continua convirtiendo el conjunto de la II Guerra Mundial en subconjuntos de guerras menores pero de todo tipo, ecológicas, bélicas, económicas, de género, de colonialismo cultural y de descolonización falsa, idiomáticas, en fin que estamos en un estrambote interminable de la dichosa guerra desde que abrimos el ojo. Pero, antes están los felices veinte. Ley Seca, gangsters, caciquismo, colonialismo salvaje y Josephine Baker moviendo sus bananas en París mientras aquí cantábamos aquello de "madre comprame unas botas que estas estan rotas de tanto bailar", o "madre comprame un negro comprame un negro para bailar". Entreguemonos pues a la orgía y el desenfreno de los futuros felices veinte en cuanto la pandemia se agote (si no acaba antes con todos) y si no deciden soltar otro bichito "a ver que pasa".

Por cierto en la versión yanky es posible que fuera "madre mátame un negro, matame un negro para almorzar". Visto lo visto seria más coherente que la toma del Capitolio (que por otra parte, a mí plim) encabezada por un tipejo vestido de unas etnias que ellos mismos exterminaron. 

Así que a diez días del recién llegado año ya la tenemos liada por todo lo alto y también por todo lo bajo y digo "lo bajo" en el sentido de "doméstico" o si se quiere local. La Filemona, perdón, Filomena dando "por el orto" como creo que diría un porteño (si no es así disculpad mi ignorancia, la tierra más exótica que he visto ha sido Torrevieja en agosto, un entorno lleno de peligros inesperados) la pandemia pandemiando más que nunca y creciendo, las vacunas que no se ponen, las payasadas de portadas de la Ayuso, el mal chiste del pelotazo del Isabel Zendal por que si no es un pelotazo ¿como se puede plantear construir un hospital sin laboratorio, quirófanos ni personal? Illa candidato a president. ¿Qué delito ha cometido? No es que tenga nada contra catalanes etc sino que es del todo imposible vencer a los nacionalistas si no te apoyas en los otros nacionalistas, en los que añoran el aguilucho, y nos encontraríamos con un gobierno central aliado con lo que se acerca a una izquierda seria, se acerca, no lo es, y al mismo tiempo aliado con una extrema derecha que se tiene que morder los labios para no gritar "Viva Franco, Arriba España" o que pide a Trump que intervenga en España para fusilar 26 millones de españoles. Lo leí en internet, pero es que vivo en un barrio que en al menos un sesenta por ciento firmaría tal petición. 

Lo dicho señores, a la menor ocasión, entreguémonos a la orgía y el desenfreno de los felices veinte

miércoles, 6 de enero de 2021

Tarde mal y arrastro

 Esta entrada se correspondía al mes Diciembre, pero por problemas técnicos y personales no he podido subirla hasta hoy. Feliz Año Nuevo, Felices Reyes y que Dios reparta suerte.

CUENTO DE NAVIDAD 2020

Me lo encontré sentado en la puerta de mi casa. Yo venía refunfuñando por que la mascarilla me agobia cantidad, el ascensor hace lo que le sale de los cables y fuera hacía un frío que pelaba pese a los pronósticos meteorológicos que anunciaban lluvias, pero con temperaturas suaves, claro que los muy cabrones no cuentan nunca con el viento y el viento norte en Madrid es gélido. Que ya lo decía Galdós “Madrid es mucho Madrid para estar en la esquina de Gobernación sin capa”. Al principio creí que era un sin techo borracho que había decidido anidar en mi rellano, bueno, en algún sitio tendrán que refugiarse, pensé. Sin embargo, luego empecé a darme cuenta de incongruencias. La primera era que no olía a vino sino a calor de horno encendido. La segunda era que no tenia aspecto de borracho sino de agotado, nada de la gama de rojos de mayor a menor que da el alcohol, sino una extraña escala de grises y malvas más propio de hombre envejecido prematuramente que de un borrachín, además qué de viejo, nada de nada, que esa era otra.

Quizás la mayor de las incongruencias fuera su indumentaria: una bata verde de seda adamascada reluciente sobre el cuerpo desnudo, o por lo menos lo bastante poco vestido como para permitir ver un ancho pecho y unas poderosas piernas. Tampoco su rostro delataba vejez, todo lo contrario, mandíbula fuerte, cuello de toro, pelo recio espeso y abundante con algo verde mezclado que no supe distinguir. Al acercarme comprobé que no estaba sentado sino recostado apoyando un hombro en el muro y la espalda en la puerta. Sin embargo, lo peor, lo más incongruente subjetivamente era que me sonaba su cara incluso su lamentable intento de sonrisa al verme, un vago y viejo recuerdo, un recuerdo más allá de mi memoria. Como si aquel desconocido hubiera estado siempre conmigo.

-Pasa y conóceme mejor -me dijo y pensé “vaya por Dios un chiflado”- Mejor, déjame pasar y conóceme mejor – quizás no tan chiflado.

-Sí, hombre, en mi casa le voy a meter, venga, levante y largo.

Lo intentó, ciertamente lo intentó, pero no tenía fuerzas y eso era evidente así que si quería entrar en casa tenía que ayudarle o llamar a la policía, pero esa opción no me atraía lo más mínimo. Le tuve que levantar prácticamente a pulso y me sorprendí aun más al notar el calor que trasmitía, como el de una hoguera a punto de extinguirse o recién apagada. Al ponerse en pie se le cayeron de los bolsillos unos absurdos bastones de caramelo. Remembranzas de niño quizás, aquello me inspiró confianza y pensé que podía abandonar esa desconfianza creciente que me invade, a mí al menos y me atrevería a decir que a todos, y dejarme llevar por esa oleada de descanso que es bajar la guardia. Era un hombre alto y ya dije que fuerte pero apenas podía avanzar por el pasillo sin apoyarse en mis hombros, mientras que de la bata seguían cayéndole mil menudas chucherías, minúsculos juguetes, bombones, o eso me parecía a mí pues cuando quería comprobarlo no había nada desparramado por el suelo. “A ver si el chiflado soy yo”, me dije encontrándolo mucho más lógico que el que lo fuera él. Se dejó caer en una butaca

 A partir de ahí digamos que me pusieron en piloto automático. La desconfianza había desaparecido y me precipité a la cocina para prepararle un chocolate bien caliente. Siempre tengo chocolate en casa, de ese medio prefabricado, que suele ser el que me sobra de las navidades pasadas, así que no tardé nada en prepararlo ni siquiera sé como lo hice pues no podía pensar más que en de qué o quien me sonaba esa barba pelirroja y esos rizos asalvajados y lustrosos, incluso ese inicio de sonrisa sin poder localizar ese recuerdo. Cuando salí de la cocina el hombre parecía haber crecido un poco y miraba un ángel navideño que este año había puesto con demasiada antelación.

-Ven y conóceme mejor, gracias gentil anfitrión por tan reconfortante como sabroso brebaje -hizo el gesto de echar un pellizco de sal sobre la taza y apareció esa amplia sonrisa tan conocida como desdibujada, tan evocadora como, todo hay que decirlo, como inquietante -¿Aun no me has reconocido, pequeño impostor? -comentó estallando en carcajadas de moribundo.

-¿Nos conocemos?

-Está claro que tú a mí no, a pesar de que llevas casi once años vanagloriándote en tu blog de ser yo. Claro que ni a ti ni a mí nos toma nadie en serio. Nadie nos ve, nadie nos reconoce, pero, a pesar suyo, existimos. O casi.

-Eh que yo no me hago pasar por nadie –protesté sofocado de santa ira.

-¿Seguro, Joaquinitopez? Entonces por que no usas tu nombre real, aparte de la pedantería -de nuevo esa risa tan conocida, tan acogedora como unos cálidos cojines- de que nadie te adivine de donde has sacado el Nick.

-Bueno, hay que tener una identidad en

-Paparruchas, pequeño impostor. Si que te haces pasar por mí, cada año, por estas fechas o un poco más adelante dejas salir al divertido farsante que llevas dentro, a ese histrión que busca la alegría forzando los surcos que las lágrimas no vertidas han dejado en tu cara y afirmas “Lo confieso soy

-El Espíritu de la Navidad Presente, siempre lo digo, es cierto, entonces

-Usurpas mi identidad durante las tres o cuatro entradas que poca gente lee y mucha menos disfruta. Yo sí, por cierto, me divierte ver como te esfuerzas por parecerte a mí y como intentas que quienes te lean entiendan algo de lo que tú apenas atisbas por qué, seamos sinceros, nunca has pasado a conocerme mejor. No te preocupes, pocos lo han hecho. Pero es la humana condición la que os lleva siempre a quedaros con los envoltorios de colorines, los lazos, las cajas, la belleza por que ¿qué hubiera pasado si Helena hubiera sido fea? Pues que no habría habido guerra, según vosotros.

Sus rasgos se perfilaban y difuminaban constantemente y su voz, grave, a veces sonaba como un hilillo y otras enérgica y poderosa.

-Quizás el Espíritu de la Navidad sea una de esas cosas que no están a la altura de la mente humana, eso que creéis tan importante: la mente. La diosa Razón que convierte un presente o una comida en números, los misterios en paparruchas y niega lo que no entiende ¡y entiende tan pocas cosas, la pobre! Tú al menos lo intentas, Joaquinito el cobarde que se esconde en un pseudónimo pedante, y hasta vas un poquito más allá, pero siendo consciente te quedas en la pura estética. Intentos lamentables, pero bienintencionados al menos.

-Vamos a ver -logré articular apenas recuperándome en ese filo de realidad, sueño o agujero de gusano-. ¿Usted cree ser el Espíritu de la Navidad Presente, el de verdad?

-Exacto, pasa y conóceme mejor.

-Esto es de locos

-Ah, claro, has perdido la razón.

-Yo no, usted

-¿Seguro? Yo sé quien soy y lo digo, tu dices cada año ser quien no eres. Ah, la razón la Diosa Razón te ciega, es lo que hace cuando la conviene, por eso parece ganar siempre, pero diosas más altas cayeron.

-Vamos a ver, ¿tiene usted alguna medicación que no se ha tomado?

            Su respuesta fue una carcajada estruendosa que estalló casi con violencia.

-¡Cuantos esfuerzos, pobre Joaquinito, para negar esa llamita que cada vez crees más débil y que sabes que es lo más real que hay en ti!, ¿Cuántos esfuerzos para convencerte de que ya no eres un niño y que has madurado? Madurar, querido cobarde, es asumir la realidad y lo que se es. Por eso casi nadie quiere ver esa llamita, en la mayoría ya muerta, que lleváis dentro. Dime, ¿alguna vez deja de vibrar, deja de darte un calor raro, que no quema, pero duele? ¿alguna vez ha dejado de estar en lo más profundo de ti por más que te has esforzado? Ni siquiera te tomas la molestia de negarlo, deja de esforzarte, ahí seguirá hasta que la mates deliberadamente no ignorándola, y sabes, lo sabes perfectamente, que el día que lo hagas habrás matado lo mejor de ti y por eso no lo harás nunca.

-Pero

-Si, las fuerzas fallan. Mis horas en esta tierra son pocas, como las de todos mis hermanos mayores pero las mías aun más pues ya están acabando y falta aun mucho para Navidad. Este año me habéis matado antes de nacer

            Señaló una pared que pareció abrirse como una ventana irregular e inestable y allí vi el año que está acabando, los hechos visibles, los invisibles, los sentimientos, las trampas, la maldad, la mentira todo ello chorreaba por las paredes de todo el salón con repulsivos colores rojos de sangre semicoagulada, verdes de fermentos de almas podridas, muertas, amarillos purulentos de mentira, violáceos sucios de dolor. Lentamente un sonido fue creciendo, era llanto, gritos, risas malignas, tintineo de monedas, leves sonidos de laboratorios, estertores de agonía, insultos, alaridos desgarrados de dolor y un aun más poderoso rumor bajo de indiferencia, de ceguera, de docilidad de buey, hasta hacerse insoportable. Volví la vista para mirarle y lo que había bajo la seda adamascada podía ser un cadáver o una momia que habló con un último suspiro.

-Os quedáis solos, este maldito año, el espíritu de la Navidad Presente os lo tendréis que trabajar solos. De vosotros depende, yo ya morí hace tiempo. Está en esa llamita que no queréis ver pero este año no estaré para ayudaros a resucitarla con escusas. De vosotros depende.

Desapareció como desaparece un recuerdo despacio y poco a poco, sin que uno se dé cuenta.

Así que la Navidad y su esencia este año depende de nosotros, sólo de nosotros.

Pues estamos apañaos.

 

Acabado a 20.11.20