Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
O, quitándole la veta siniestra al poema, el problema de las torres de marfil a las que nos están empujando es que pueden impedir que veamos la realidad, que nos alejemos demasiado de ella, quizás sea ese un objetivo de alguien pero es por ese alejamiento de la realidad y de la capacidad de interactuar sobre ella por lo que me cuesta tanto encerrarme en las torres de marfil.
Pe jota: ese es exactamente mi estado de ánimo y supongo que el de toda mente inteligente y sensata. Sin embargo, como dice el compañero Roberto T todo acabará pasando y si hemos sobrevivido a tanto combate (verbal, ideológico e incluso físico) no van a machacarnos ahora. Lo triste es esa palabra que has dejado caer en tu comentario: desesperanza, que no es ni siquiera desesperación, es mucho más profundo el concepto. A pesar de todo hay algo bueno: hemos aprendido entre quienes vivimos y, hasta cierto punto, quienes somos un poco más. Me cuesta mucho levantar la cabeza, especialmente ahora, pero hay una cosa que sé: esto no se acaba aquí y, más temprano que tarde, las cosas tomarán el cauce correcto y estos retrocesos serán sólo parte del camino, y si no es así, sencillamente no será de ninguna otra manera. Los sistemas, todos, están muertos, o se asume y se avanza o todos, ellos también nos vamos al garete. Ellos pierden más.
Stultifer: me quedé ayer sorprendido por el premio que no puedo sino agradecer. Lo cierto es que jamás pensé ganar un premio por el placer de escribir estas entradas. Así que gracias y, bueno, ya has visto el premio en primera línea.
Un abrazo a todos y gracias por leerme especialmente en estos tiempos.
Ojalá tengas razón !!, porque el equilibrio psicológico cuesta mucho mantenerlo en alto.
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