A ver, llevo desde hace años evitando el tema que levanta ampollas sencillamente por que algunos de mis blogueros favoritos son catalanes y no qusiera decir algo que les hiciera sentirse ofendidos. Ahora viene lo políticamente correcto de decir que "no hablo del pueblo catalán sino de sus dirigentes", algo bastante tonto pues cualquier patán sabe que en todas partes hay de todo y que normalmente los pueblos pintan poco en las gestiones de los gobernantes, ya sea poner un semáforo o entrar en guerra detrás del Líder Mundial. Además he de reconocer que conozco "in person" a pocos catalanes, como a pocos extremeños, riojanos o valencianos, por lo tanto no tengo opinión del colectivo sino de exactamente dos individuos. Así que con eso dejo claro que no voy contra nadie, salvo, como siempre, contra las oligarquías, pero eso ya lo sabéis.
No comparto, en alguna de mis primeras entradas dije que soy un ilustrado cada vez más fuera de siglo, ninguna idea seceionista ni de Catalunya ni de Quebec, Córcega o Navalmoral de la Mata. Sin embargo, están pasando cosas ahora mismo que me ofenden, no como "español", parece ser que se usa como insulto en algunas zonas de España, estoy acostumbrado como todos los madrileños a que se nos mire por encima del hoimbro y a detectar cierto desprecio. Decía que me ofenden no como español sino como persona educada -sin modales exquisitos- y reacia a la confrontación y, sobre todo a la provocación. Una de ellas fue la pitada de la ya célebre final de copa, más por la sonrisita de Mas junto al Rey (¿Donde está el seny catalan?), que por la actitud de las gradas que todos sabemos que se manipulan con suma facilidad. Ojalá todo fuera tan fácil como eso. Otra de las cosas que me han ofendido, en este caso viene del Ayuntamiento barcelonés más cercano a mi manera de pensar, ha sido la retirada del busto del rey Juan Carlos, y no por que no comparta o pueda llegar a compartir sus razones, sino por la deliberada provocación de hacerlo el día en que el Rey Felipe está en Barcelona. Por supuesto, aquello de no respetar la ley tampoco me ha gustado pero, mira, a eso ya estoy acostumbrado gracias a personajes a los que yo hubiera podido dar mi voto por el respeto que sentía por ellos como Rato y Pujol.
En fin que todas estas cosillas nos dan la pista de que, ganen o pierdan las elecciones los independentistas, seguramente declararán la Independencia catalana. Ayer un minstro, obviamente del PP, decía que afirmar que quien no votase la famosa lista era votar contra Catalunya, le alarmaba como síntoma de totalitarismos. Tenía razón, el actual Presidente del Gobierno dijo en unas municipales que quien no les votase a ellos era un terrorista, lo que demuestra que sí, que afiirmaciones como estas son preludio de ciertas formas de totalitarismo más o menos acentuado.
Es por otro lado evidente que los nacionalismos son asuntos viscerales, como aquello de que la Virgen de mi pueblo hace más milagros que la del tuyo. Contra eso poca cosa se puede hacer salvo con una labor lenta de fusión, respeto y educación. Labor de siglos que aquí nadie se ha tomado la molestia de iniciar en ninguna parte, error histótico que vamos a empezar a pagar pronto y durante mucho tiempo. A esto sumemos la aparentemente inminente desintegrtación de la UE, que ya ha empezado a desconcharse, frente a nuevos poderes como el ISIS, el nuevo Zarismo encarnado en Putin, una China caminando por el filo de la navaja y un Japón que acaba de decidir rearmarse. Vamos un mundo en franca descomposicíon. "Divide y vencerás" dijo alguien, suena a latino pero me dijo mi profe en la facultad que no lo es, pues sea quien sea ya está venciendo. Por eso soy contrario a cualquier secesión. Por si fuera poco este es un país centífugo: nadie quiere pertenecer a él nada más que para obtener beneficios de cualquier tipo.
Quedeme de piedra cuando una prima mía, galleguiña, inteligente y progresista me dijo "me siento más gallega que española". Mi respuesta fue que yo me siento más urbanita que campesino, pues comprendo mejor los problemas y realidades de una ciudad, sea la que sea, que los del campo, sea el que sea. En realidad todas las ciudades y todos los campos tienen los mismos problemas en todas partes.
En resumen, que comparto lo que dijo Revilla -personaje que de puro campechano acaba indegestandoseme un poco- que dijo el Rey, vamos al abismo y no hay nada que hacer. Preparémonos pues para otro enfrentamiento armado entre hermanos, compañeros de trabajo y amigos, o bien para una gloriosa bajada de pantalones del Estado español que nos llevará a la desintegración. La de broncas que me llevé yo a los dieciseis o dieciocho años por decir que esto iba a pasar. Desgraciadamente ya no queda nadie a quien decirle "te lo dije". ¿Soluciones? Solo veo una: que el pueblo catalán evite con sus votos esa situación, pero no creo en ella, sencillamente por que no creo que si el resultado fuera contrario a Mas & Cia no fuera "retocado", a eso en Madrid ya nos acostumbró Esperanza Aguirre y su Tamayazo, y suele ser uso habitual en estas situaciones.
Por cierto, Catalunya, hasa donde yo sé, nunca fue independiente como país, pertenecía al reino de Aragón. Si me equivoco, por favor, corregidme.
He escrito mi opinión, no he pretendido ofender más que a los poderes. Ni siquiera a mis amigos blogueros que decidieron no escribir en castellano de golpe, expulsándonos de sus magníficos blogs ya que el traductor funciona... cuando funciona. Están en su total derecho a la libertad de expresión iguyal que yo a escribir esto. Si aun así alguien se ha ofendido, lo siento.
Creo que en esta agria polémica sólo escuchamos pocas voces, básicamente encuadrada en dos grupos: independentistas desde Cataluña y reaccionarios desde Madrid. ¿Dónde está el resto? Yo, que soy periférico, comprensivo, tolerante con casi todas las opciones políticas, creo que la secesión es un error para Cataluña y para el España (o el resto de España, ya no sabe uno ni que decir). Creo que conocer la voluntad real de los catalanes no sería una mala opción, aunque en realidad creo que el referéndum debería ser nacional. A mí también me gustaría saber que va a ocurrir con una parte de mi país.
ResponderEliminarUn abrazo.
No podría estar más de acuerdo, sólo que debería separarse lo visceral de lo racional de unos patrioteros de tufo dictatorial y de los independentistas aferrados a un sentimiento.Flaco favor hacen unos y otros a los grupos que dicen representar.
EliminarRompo mi silencio, aunque no del todo, sólo para hacer una breve recomendación. Existe un libro, no es el más extenso y no se si aún se sigue editando, pero supongo que sí, su título es "Síntesis de historia de Cataluña", escrito por el prestigioso historiador Ferran Soldevila. Son escasamente 307 páginas, pero es una buena entrada para empezar a descubrir muchas cosas y empezar a preguntarse otras cuantas, y deshacerse de unas cuantas mentiras y tergiversaciones.
ResponderEliminarSiempre he tenido en cuenta tus recomendaciones bibliofilas y también tendré esta en cuenta a la hora de elegir lectura. Sin embargo, y hablo sin leerlo y sin saber nada del autor, soy historiador y sé lo fácil que es manipular. Estoy seguro de que tu sabes distinguir el grano de la paja y que no será eso problema en ese texto.
EliminarEn cuanto a mentiras y tergiversaciones no tenemos más que acudir a lo que se dice y escribe de la Guerra Civil en cualquier parte del país y veremos como nadie se ha tomado la molesta de desenredarlas, De eso en la península sabemos un rato. Siendo Madrid una de las que más. Así que me puedo hacer una idea de la muy meritoria labor del autor para aclarar las cosas.
En cualquier caso, y sin pretender oolemizar ¿estamos seguros de que la independencia solucionará los problemas de los ciudadanos catalanes? Recuerdo que cuando se planteó el estado de las automías lo único que se consiguió fue perpetuar un sistema caciquil en las comunidades no históricas más parecido al de la Dictadfura de Primo que una mejora real. No digo que tenga que ser así, pero ¿no son estas unas circunsntancias propicias a que ocurra?
Perdóname si dejo yo ahora aflorar sentimientos. Me deleitado con autores catalanes y con pintores catalanes -la música no es lo mío-,. la "escuela" por llamarla así de actores catalanes es prodigiosa y en cine diré lo mismo. Ciertamente es para mí un desgarro personal tener que considerarlos extranjeros casi tanto como que me lo consideren a mí amigos con los que no comparto opinión.
Sinceramente deseo que se llegue a una solución no traumática.
Nunca perdería mi tiempo en defender banderas ni necesito que ningún papel me diga quién soy y de donde vengo. Tampoco tengo un interés especial en que el que me robe o me explote sea exactamente de mi pueblo. Me apena que se entre a esos trapos.
ResponderEliminarUn abrazo
LO malo no son los trapos sino sus consecuencias y los que revuelven el agua por que a río revuelto... y que juegan con sentimientos viscerales. En fin, veremos
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