A pesar de que el papanatismo generalizado ha puesto a Umberto Eco muy por encima de sus méritos he de reconocer que esta la síntesis más escueta y perfecta (lo bueno si breve dos veces bueno) de los síntomas del crecimiento del fascismo, o lo que viene a ser lo mismo, de la que se nos viene encima. Lo peor es que todos lo sabemos pero nadie reacciona y al final será el Adolfo quien gane la guerra aunque perdiera la batalla en el 45.
Por cierto, ahora como entonces España puede ser el "ensayo general con vestuario" de lo que venga después.
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