P. Ll. 25/04/2009
Con una estética de calendario de bomberos para gays sensibles —los estudios de mercadotecnia de la editorial sabrán por qué han optado por esa portada— Alianza traduce al español por primera vez la obra más explícitamente homosexual de Mishima.
no es sino una fotografía de Wihem von Gloeden tomada hacia 1900. Concretamente esta
La pregunta es: si no se tiene idea de arte ¿pa que te metes?
No, vera, sr. periodista/crítico: no vale todo. No vale que para reseñar la edición de una novela se critique la portada con un afán que tiene cierto hedor homófobo. No vale que se trate una obra con semejante trayectoria estética como si fuera un dibujo de un pelanas. No vale que se meta en lo que no parece entender y si lo entiende tómese la molestia de razonarlo.
Que sea apropiada o no la imagen de esta portada para el contenido puede ser discutible pero no lo es que ese sea el primer comentario que se haga de un libro, de una novela que, como todas las de Mishima -nos gusten o no- tiene mucho dentro: esto es lo que, nunca mejor dicho, es prejuzgar e inducir a un juicio, un libro por las tapas.
Quizás es que preferiríamos una cabeza decapitada y sangrienta o el harakiri de Mishima, quizás es que la imagen de una simple pieza artística no es suficiente
Creo que Hippolyte Flandrin estaba en aquellos muy alejado de saber, ni tan siquiera pensar que su cuadro acabaría siendo todo un icono del mundo homosexual.
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