Ingres
Uno
que está acostumbrado a moverse por las intrincadas y sinuosas carpetas ocultas
y a menudo olvidadas e incluso despreciadas repletas de eso que en argot
llamamos “academias”, o sea: dibujos o pinturas sin más pretensiones que eso,
ejercicios académicos, casi siempre desnudos masculinos con actitudes neutras
o, como mucho, heroicas en plan Aquiles, Anibal o Patroclo y muerto. Sin
embargo, deambulaba por la red una de esas tardes en has acabado las web que
lees y los blogs que sigues cuando de repente ¡Hale hop! Me aparece esta
aparentemente simple academia. A priori igual a cualquier otra como la de
Ingres que encabeza la entrada pero no. Aquí había un componente extraño,
inquietante y que cabría calificar como morboso, lujurioso, libidinoso y oscuro.
La obra en cuestión es de “Christoffer
Wilhelm Eckersberg (Blåkrog 2 de enero
de 1783-
Copenhague22 de julio
de 1853)
Pintor
clasicista
danés
y por esto llamado "El padre de la pintura danesa". Nació en la
pequeña localidad de Blakrog perteneciente entonces al Ducado de Slesvig y
actualmente a la Sønderjylland ( = Jutlandia Meridional), siendo su padre
Henrik Vilhelm Eckersberg pintor y carpintero, y su madre Ingeborg Nielsdatter,
en 1786 la familia se mudó a Blans un villorio cerca del pintoresco Allesund, luego de los trece años se
dedicó a la pintura como profesión sus primeros maestros en el arte de la
pintura fueron Jes Jessen en Aabenraa
(o Apenrade) y Johann Jacob Jessen en Flensborg.
Entre 1800
y 1803
estudió y trabajó en la Academia Real de Bellas Artes de
Dinamarca (Det Kongelinge
Danskekunstakademi) en donde tuvo entre sus principales maestros a Abildgaard luego, por una beca, fue alumno
de Jacques-Louis David en París.
Desde 1818
fue profesor en la Academia de Arte de Copenhague y desde 1827 a 1829 el director de la
misma. Al clasicismo
supo aunar el romanticismo destacándose por sus paisajes y
vistas arquitectónicas, asimismo descolló como retratista
caracterizando a su pintura la gran limpieza de líneas, el detallado dibujo de
las formas y el gran dominio del claroscuro para las carnaduras tal como se
hace notar en su célebre Desnudo
del espejo. Por esto Eckersberg fue el precursor de la Edad de oro
de la pintura danesa.” Palabra de Wiki, que dado el conocimiento que la mayoría tenemos de la
pintura danesa no vamos a cuestionar, por una vez.
Deténgamonos un momento ante esta
obra. Un primer término de una mesa que corta la figura a medio muslo, recurso
muy empleado habitualmente para cortar la “zona comprometida” que aquí en
cambio queda explicita y casi resaltada. Tras esa tabla vemos a un hombre joven
pero en absoluto adolescente, es un hombre hecho y derecho, como el que veíamos
de Ingres, rubicundo y completamente desnudo. Hasta ahí nada que objetar pero
sigamos mirando con un poquito de atención, para empezar nada de actitud
heroica en absoluto, aunque sí se percibe cierta tensión, más en su cara que en
su postura. Otro elemento a tener en cuenta es la fuerte diagonal que cruza la
composición del codo al hombro, lo obvio en este tipo de obra es que fuera una
espada o una lanza pero no aquí. Vemos como esa diagonal tan marcada sobre la
sonrosada rubicundez de su piel es una regla o palmeta que sujeta con ambas
manos. Ya sabemos que era instrumento normalmente usado para castigar a los
alumnos díscolos o torpes hasta no hace más allá de tres generaciones.
Volvamos a la mesa. A la derecha,
no sé si por necesidades compositivas, si es así yo no las encuentro, vemos dos
prendas de ropa, una blanca, camisa sin duda, y otra azul. Deducimos que dada
la desnudez del protagonista son sus ropas y volvamos a nuestro hombre y a la
actitud amenazante con que sostiene la palmeta. La mano derecha la sujeta y
parece hacerla baila sobre la mano izquierda como mostrando su capacidad de
movimiento. Bajemos la mirada y
centrémonos en ciertas marcas que vemos en algunos puntos de su rotunda anatomía:
el estómago, su muslo derecho, demasiado cerca de los testículos, y justo en el
pubis, poco velludo como corresponde al género.
Son marcas amarillentas de más o menos la misma anchura de la palmeta,
pero ¿son obra del pintor o deterioro del tiempo? La configuración y la poca
lógica de su situación me hacen dudar que sean de mano del autor.
Ahora vienen las preguntas, si
son de mano del autor está recogiendo azotes viejos, pues todos sabemos que ese
color de piel aparece cuando el cardenal va desapareciendo. La mano derecha
aprieta con firmeza la palmeta. La mirada recoge miedo y rencor. ¿Nos
encontramos ante un hombre que ha sido recientemente azotado y ofrece la
palmeta para volver a serlo, por muy absurdos que sean los lugares de los
azotes que aparecen? ¿O bien nos encontramos a un hombre que disfruta de
antemano del uso que va a hacer de ese instrumento bajo la apariencia de una
serenidad nórdica? El espectador ha de
posicionarse, no siempre inocentemente, lo que le da a esta academia una
ambigüedad básicamente perversa. Desde Fanny y Alexander y otras lindezas del
mundo anglosajon-nordico conocemos el uso del castigo físico que ni siquiera
acababa necesariamente con la infancia y las etapas más básicas de la
educación, recuperemos por un momento el recuerdo de Ian Gibson y su “El vicio
inglés” y nos encontramos ante una imagen que nos descoloca y perturba en más
de un sentido. ¿Es alumno, es maestro y si lo es por que está desnudo, es parte
de un juego sexual, si lo es qué papel juega?
En fin que una vez más el arte
nos demuestra que si se mira bien nunca se sabe a donde nos puede llevar.
Es desnudo es un género claramente neoclásico y es curioso, ya que estas pinturas son realizadas en una época altamente pacata y moralista. Creo que sería una válvula de escape frente a tanto retratos de enaguas y tocados de plumas. Para Eckersberg quizá el hacer un desnudo "épico" se le quedara corto y necesitara emociones más fuertes...
ResponderEliminarUn saludo.
Sin duda esa es parte de la realidad pero el desnudo es tema constante en el arte, por pura necesidad. En cuanto la época estoy plenamente de acuerdo contigo, por otro lado sería intersante saber si el cuadro fue un encargo, si se vendió y a quiien.
EliminarInteresante reflexión, Joaquin. Has sabido ver donde los mas solo miramos. Tiene su aquel, coincido contigo. Un abrazo.
ResponderEliminarHasta la aparición del impresionismo el arte nunca estaba limpio de contenido lo malo es primero verlo y luego que nos guste lo que veamos,
EliminarNo se mucho de arte danés pero creeme, a ese no le va la marcha, al que le iba es a Christoffer que vió en el rollo academia un modo de desfogarse. Un descubrimiento para mi esta estupenda figura.
ResponderEliminar(Quizá"rollo academia" no sea muy academico, ¿verdad?)