Hace mucho que dejé de hacer necrológicas aquí, pero lo que ha muerto con Bojr ha sido algo más que un hombre, un mito o un icono.
Quizás él, Tadzio, sea una de las imágenes más perturbadoras de la historia del cine. Esa belleza entre angelical y perversa, esa actitud de "lolito" ambiguo, ese silencio, ese estar tan en lo descrito por Mann y, finalmente, esa frialdad, creo que siguen desconcertando al espectador cincuenta y cuatro años después de su filmación.
Terenci Moix hablaba de "el amargo don de la belleza", y este hombre ha sido el ejemplo de este don. Ser la encarnación del ideal de efebo le marcó y dañó de por vida.
En cualquier caso, su imagen quedará marcando a varias generaciones y grabada para siempre en la historia del cine.

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