"Otoño" del "Poema de la Tierra"(1934-38), ciclo inconcluso del inmenso Nestor
Cayó un verano más, llevándose con él todas las expectativas, vanas, que se pusieron en sus días y sus noches. Como siempre. Quienes tenemos mente de estudiante seguimos viendo el verano como la libertad y sus infinitas posibilidades. La horas de luz deberían abrir puertas y ventanas a la vida pero demasiado a menudo las cierran. El otoño, quizás la más bella de las estaciones, llega con la perspectiva de un nuevo curso pero también con la melancolía de lo que sentimos que se nos ha escapado irremediablemente.
Hablemos, sin embargo, de esta pintura. A la muerte del quizás mejor pintor simbolista que ha dado España, y por eso quizás el menos conocido, quedó incompleto un ciclo llamado Poema de la Tierra compuesto por ocho cuadros: los cuatro momentos del dia (mañana, mediodía, tarde y noche) y las cuatro estaciones. Cada una de estas obras está centrada en una pareja desnuda entrelazada más o menos voluptuosamente, son cuerpos poderosos, ambiguos, muy en la línea de Miguel Angel, lo que produce a la vez un regocijo estético y una especie de desasosiego inquietante y fascinante. Es evidente que el Otoño que vemos arriba está incompleto pero precisamente por eso representa mejor esta estación de indefinición en el avance lento, casi insensible hacia el brutal invierno. Incluso la pareja tiene una actitud un poco más indefinida que en otras escenas. Incluso el color, que es apenas una distribución de luces y volúmenes, sugiere esa hoja que aprisiona nuestra mirada y la arrastra tras sí con un soplo de viento.
No se si el cuadro esta terminado pero me gusta asi, me gusta ese entrelazamiento de los cuerpos a medio definir, tienen algo de los cuerpos de Freud.
ResponderEliminarEs curioso cómo a veces los "hados del destino" parecen hacer acto de presencia en una obra artística desde el momento mismo de su creación, como si el acto creativo en sí mismo fuera como un ritual a través del que se abren ciertas puertas por las que entran estos hados a hacer de las suyas en función de lo que se intente representar en la obra. Esto se suele decir para el arte prehistórico, y tenemos constancia de que los hombres de las cavernas eran muy supersticiosos, pero en esta obra parece cumplirse también esto, por eso que dices que al quedar la obra inconclusa quedó indefinida, como el otoño mismo. Tengo entendido que estos cuadros de Néstor estuvieron mucho tiempo guardados bajo llave, durante la oscuridad de los primeros años del franquismo, porque su voluptuosidad resultaba demasido ofensiva para los mandamases de turno, incluso se libraron por los pelos de la hoguera. El cuadro es bellísimo tal y como quedó. Me encanta el arte simbólico porque hay siempre un significado profundo que va más allá de lo que se ve, y el ejercicio de descubrir lo que hay "escondido" es siempre muy enriquecedor. Una hermosa postal de otoño. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo conozco a Nestor pero la imagen es espléndida. Indagaré, gracias. Siempre ansié el verano por estar asociado a las vacaciones, el único tiempo en que verdaderamente yo era yo mismo. Hoy que, en ese sentido, estoy siempre de vacaciones, disfruto mas del otoño, de clima mas fresco y colores mas cálidos y que suele llegar en Madrid lleno de novedades culturales y festivas.
ResponderEliminarUn abrazo
Uno no dice toda la verdad, jajajajajajajaja, o tal vez pasó por mi blog así como una exhalación.
ResponderEliminar"No lo conocía aunque recuerdo haber visto esos pecezotes antes.
Qué fuerte los dos travestis del principe Nestor (otro autoretrato diría yo)."
Jajajajajajajajaja.
http://bajoelsignodelibra.blogspot.com.es/2011/11/nestor-martin-fernandez-de-la-torre-un.html
David: quizás en la indefinición pero no desde luego en la rotundidad con que Freud estampa toda su energía. Nestor es sugeremente mucho más ambiguo.
ResponderEliminarRoberto: sí Nestor ha sido un pintor un tanto "Maldito" entre los simbolistas españoles, me pregunto si por lo cómoda que resultaba la obra de Romero de Torres como simbolista.
Uno: el otoño es la mejor estación de Madrid, sin duda alguna, todavía no ha empezado el frío eterno del invierno y han quedado atrás los rigores del infierno estival. La ciudad se desliza casi insensiblemente hacía la Navidad y el frío que, luego, aparecen por sorpresa y a traición para quedarse hasta mayo o junio.
Javier: ya me extrañaba a mí que Uno no hubiese visto a Nestor y que tú no hubieses hablado a fondo de él. En cualquier caso nunca está de más volver a deleitarse aunque sea en una sola obra.
No está bien mofarse de la debil memoria de este anciano. Vaya en mi defensa que este "Otoño" elegido por Joaquinito es muy diferente en su estilo a otras pinturas de Nestor. Que a mi los nombres se me van pero no olvido una cara. Y no es una amenaza.
ResponderEliminarDos abrazos, chicos
Toda la razón, este otoño tiene poco que ver cromáticamente con el resto de Nestor, abuelete. Jejejeje
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