Creo que ya he mencionado a menudo mi debilidad por el S. VIII, especialmente por Madame de Pompadour y, lo confieso, por este pobre infeliz de biografía digna de culebrón en plan "Las dos huerfanitas", el Divino Marqués de Sade. A él le corresponde esta frase que ¿a que parece dicha ayer por la tarde?:
"La ley sólo existe para los pobres, mientras los ricos y los poderosos la desobedecen cuando quieren. Y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero."
Frase de: Donatien Alphonse François, Conde de Sade, alias Marqués de Sade (1740-1814), escritor e ilustrado. Claro, pensando así no es de extrañar que el amigo Napoleón se esforzara en mantenerle calladito y encerradito. Lo mismo hubiera hecho, y, de hecho, hizo cualquier gobernante. De ahí su malditismo.
Y luego dicen que la humanidad avanza.
ResponderEliminarUn abrazo
En la actualidad en lugar de encerradito lo hubieran ensobradito, algo hemos ganado.
ResponderEliminarLos griegos debían tener razón en que el tiempo es un círculo.
ResponderEliminarBesos de destino
Uno: sí, avanza, ahora no les degollamos como en los buenos tiempos de Robespierre.
ResponderEliminarDavid: no estoy de acuerdo, estaría igualmente encerrado en cualquiera de los Guantanamo del mundo, su subversión era demasiado profunda.
Ant: pues no sé, pero sí sé que las mentes lúcidas siempre acaban así: encerradas y condenadas.
Sólo una anotación, supongo que es el s. XVIII.
ResponderEliminarGracias por traer a esa figura tan fascinante como es el Divino Marqués.
Evidentemente, además de lo representado en el retrato, las fechas cantan. Hijo de un célebre juerguista de la Regencia francesa, creo recordar.
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