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martes, 3 de febrero de 2015

Frio

No soporto el frío, es superior a mis fuerzas, mi cuerpo no reacciona a él y encima después del tusnami de antibióticos que me pusieron en el hospital y con la depre estoy de un débil/fragil mental y físicamente que, sobre lo mal que lo he llevado siempre, estoy un tanto acobardado por ser fino y no decir acojonado, que no queda nada propio ni fino ni chic ni siquiera fashion (que ni sé lo que significa ni me importa un bledo por no decir un carajo o el más galaico carallo, que todo el mundo entiende). En otras palabras que estoy jartico del p.... invierno. Ah, y luego el refranero, que si la Cadelaria plora el invierno fora, que si por San Blas, la cigüeña verás y si no la vieres año de nieves, que si febrero y las mujeres en un día mil pareceres, que si... etc. En cualquier caso que estoy pasando un invierno a la manera de Madame de Maintenón cuando ya era decente, o sea cuando estaba casada con Luis XIV: pegado a las calefacciones varias. Jartico estoy. Sin embargo, casi no es eso lo que más me jode, con perdón, (hoy tengo el día mal hablado) sino que sobre que se nos aproxima, además, un no sé qué que se descuelga de centroeuropa, con lo que van a bajar las temperaturas, y lo que vaya viniendo hasta mayo (por que cuando Marzo mayea, Mayo marzea, y en Madrid en Mayo puedes estar a bajo cero o a 42) pues sobre todo eso, cuando la temperatura se temple habrá que oír aquello de "pues este invierno no hay hecho mucho frío", "apenas ha nevado" "mira como están los pantanos" (Señores: o los pantanos tienen fugas o aquí hay un contrabando de agua de mucho cuidado por que por mucho que llueva siempre están vacíos y hay sequía, que alguien intervenga de una vez, la UME, por ejemplo) Creo que si este año oigo algo así puede haber un asesinato y hasta no estoy seguro de que el juez no me diera la razón.
Claro que hay algo peor, los que tienen razón. En cierta ocasión estaba yo con mis alumnas comentando el frío que hacía cuando llegó María, noventa y...años con su abriguito de garras, su pañuelito morado al cuello y su bolso, indumentaria que se ponía en octubre y mantenía hasta mayo. Nos oye como si estuvieramos locos y nos suelta sin previo aviso:
-¿Frío? Como se nota que no estuvieron ustedes en Cuenca en el año dieciocho.
Unánimente cambiamos de tema, sonrojados, imaginandonos con lo que es Cuenca en el año de la gripe y un invierno de "los de antes de la guerra". Nos sentimos un poco avergonzados y hasta nos pareció que hacía menos frío por que lo que nos había dejado helados había sido María y su respuesta. Pero vamos, de una pieza.

2 comentarios:

  1. Aunque soy un poco mas jóven que María, recuerdo inviernos mas fríos (o casas peor acondicionadas) por los que retocé en pantalón corto rogando al cielo que nevara. Friolero es una palabra en desuso que en mi, con los años, ha adquirido todo su significado.Pero no me disgusta el frío. Como diríamos en Juego de Tronos, creo que soy de Invernalia.
    Ánimo, ya falta menos para la Primavera.

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  2. No sé si en desuso pero yo soy friolero, cada vez más, será la edad. Además este año después de la movida del riñón y las que me quedan por delante todavía estoy mas acojonado. Odio el frío y le temo más que le odio. Además siempre parece que no se acaba nunca, que nunca se ve el final de días como hoy.
    Un abrazo

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