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jueves, 26 de febrero de 2015

La nieve ya no es lo que era

"Señorita bajo la nieve" Herman N Hyneman (1849-1907), autor sorprendentemente norteamericano, si mis casi nulos conocimientos del idioma del pirata Drake no me traicionan.

Vale, ahora será más cómodo todo, pero ya no se ven estas delicadezas bajo las nevadas, ese recoger de vuelos de faldas provocones para lucir botín y tobillo, esos taconcitos inestables, esos paraguas que no sabes sin las cubren, o las descubren o van a echar a volar en plan Mary Poppins, instrumento como la sombrilla o el abanico de coqueteo quizás inconsciente. Esas manitas enguantadas. En general esa delicadeza que te impulsa a entrar en el cuadro y decirle "¿Me haría el honor de permitirme ayudarla, mademoiselle?"
Vale, ahora es todo mejor para ellas y, por tanto, para nosotros: pantalones, botas de carabinero, feroces chaquetones, abrigos, plumas, de diseño funcional, capucha, y los guantes son, desde luego efectivos, pero dentro podría haber una mano delicada o la de una luchadora profesional. Años hubo en aquel tiempo en que el veinticinco por ciento de las muertes totales en, por ejemplo, París, se debían a las pulmonías que imponían las modas harto delicadas. No me consta cuantas jovencitas fenecieron quemadas vivas al acercarse demasiado a la chimenea para intentar calentarse después de paseitos como este, entre ellas las hermanas de Oscar Wilde y una pariente del Emperador Francisco José. Desde luego resulta del todo imposible cuantas se cargaron los médicos con sus remedios para catarros y resfriados comunes y cuantos de estos no hubieran tenido consecuencias si la capacidad pulmonar de las damitas no se viera reducida a un treinta por ciento o menos por obra y gracia del corsé que les daba ese aire de fragilidad exquisita y que no creo que ayudara a la hora de parir. Así que no seré yo quien defienda aquellos tiempos.
Y, sin embargo, ¿no echais de menos cierta delicadeza en alguna parte?

2 comentarios:

  1. Yo no quiero pedir peras al olmo y con que me ahorraran la grosería ya me daría mas que por contento.

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    1. De acuerdo una vez más, pero si se pudiera, de vez en cuando encontrar algo que fuera más allá pues se agradeceria ¿Verdad?

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