Seguimos con el almanaque de Theodore
(Theo) Wilhelmus Nieuwenhuis que, he de confesarlo no es de mis predilectos pero si que es extremadamente representativo de una vanguardia que todavía no ha sido superada.
Normalmente suelo dedicar la entrada de estas fechas a los difuntos, huesos de santo y demás delicatessen. Esta vez no, al menos no por completo.
El detonante ocurrió ayer, día de Todos los Santos y, por tanto, día de huesos de santo. Pues heme aquí que me recorrí todo mi barrio y no logré encontrarlos. La explicación del pastelero es que la gente mayo, mayoritaria en el barrio, los come poco -lógico, que si la glucosa, que sí el colesterol, que si etc- y los jóvenes no los comen. Por lo visto no es "moderno". Ese fue el detonante por que hace tiempo que oigo cosas, sobre todo en clase de pintura y de gente de mi edad o poco menos, no de jovencitos precisamente, como "eso es como antiguo", a ver, si estás en la Acrópolis no pretenderás que sea otra cosa que antiguo. Quieen encontrar un camino diferente -habiendo empezado a pintar a los cincuenta o más, lo que ya sería milagroso- pero sin mirar la Gran Pintura, por que es "como viejuna". Hlas, jódete y baila. Nada hay sin raices y si pretendes hacerlo será como una casa sin cimientos. Hay que conocer lo antiguo y lo viejuno para poder encontrar camninos nuevos y no sólo me refiero a la pintura. Además ¿que tiene de bueno la modernidad, salvo los adelantos científicos, especialmente médicos? Bien poca cosa. Incomunicación, consumismo, anulación de la personalidad propia y colectiva, pensamiento único -y luego dicen de Stalin- y una visión claramente deformada de la realidad gracias a todo ello. Ejemplo: una señora que conozco el otro día decía: Mis hijos se preocupan tanto de mí que ni vienen para no darme trabajo con la comida. No sé si hacer comentarios o son innecesarios. Más ejemplos: en clase de pintura y repito que soy de la media de edad, quizás de la media más joven, comenzaron a medio burlarse de las costumbres de difuntos, las lamparillas y demás. Yo pongo lamparillas y mientras he podido he ido a llevar flores a mis difuntos, este es el primer año que no voy por la decisión de deshacernos del coche por asuntos que no vienen al caso y lo estoy pasando realmente mal por no poder ir. Dije que yo ponia lamparillas y claro, se acabaron las burlas, somos gente maja y respetuosa. Un amigo dice que "pasa de visitar la tumba de sus padres" como quien pasa de un porro. Bueno, son opciones, algunas como las de algunos que yo me sé que no son sino puro miedo a morirse, les va a dar igual.
El tema no es o no quería que fuera la relación de cada uno con sus muertos que cada uno tiene su alma en su almario y aquí paz y después gloria. El tema es el culto a la modernidad o peor aún, el desprecio a lo anterior, en todos los temas y, primero, no todo lo moderno es mejor, y, segundo, no puede existir lo nuevo sin lo antiguo. Los pantalones cagaos, verbigratia, no existirían sin que alguien hubiera inventado los pantalones y si la cultua árabe no tuviera prendas parecidas. ¿Modernos? Nanay que se ha muerto Pichi, que decían en Los Cuatro Caminos.
Un añadido especialmente doloroso para quienes nos preocupamos -no sé parta qué, es echar margaritas a los cerdos- de la cultura del país me lo dió el tal Iker Jiménez al comentar que Halloween se ha comido las tradiciones españolas, como la moza de ánimas, que acompañaban esta noche de difuntos en que las paredes entre mundos están más franqueables según, curiosamente, todas las culturas. A mí Halloween me parece bien pero no hay motivo para ser excluyente, entre otras cosas por que se basa en antiquísimas tradiciones celtas, perdidas en el tumulto de comercialadas yankis. Espero que alguien por lo menos se dedique a recopilar esas tradiciones españolas para que quede memoria de ellas. aunque sea arqueológica.
Cerrando la entrada que hay corriente, el principal fruto de la modernidad tal y como se está entendiendo ahora es la destrucción de lo que tiene de humano esta especie. Lo unico bueno es que yo no dejo a nadie que vaya a padecer esa devastación, son sus hijos y sus nietos, así que, por mí, que les zurzan. Que quien bienes tiene y males coge, por mal que le vaya no se enoje.
El buñuelo ha ganado al hueso de santo. Ahora hacen buñuelos de cosas rarísimas pero bueno es que se mantengan. Nunca he participado de las actividades de este día de difuntos pero echo de menos los puestos de flores con que se llenaban las calles.
ResponderEliminarEl Jalogüin me daba bastante vergüenza cuando empezó a celebrarse por lo que tenía de querer ser americanos pero ya me he acostumbrado y supongo que los mas jóvenes lo celebran hoy como algo propio.
Un abrazo