Acabo de abrir el ordenador, con el último trago de café en la boca, dispuesto a dedicar la entrada de hoy al asunto de moda sobre la mujer ect, cuando, como una bofetada, ha aparecido la fecha. Con tanto revuelo mediático y tanto escapar de lo que ahora llaman información estaba totalmente despistado. JNo debería habérseme pasado por alto pues, además de la inimaginable tragedia personal de cada víctima, además, y aunque casi ofendo a éstas con lo que voy a decir (no es esas mi intención, sólo que las palabras son limitadas) empezó a gestarse la actual situación de rebelión larvada del pueblo llano contra el poder. Está ahí y los mimos esfuerzos que hacen para ocultarla les delatan. Usan todos los opios para el pueblo que conocen y algunos que se inventan, pero no, ahí seguimos. Naturalmente aquellos en quienes confiamos para hacernos oír, nos han traicionado -es tradición en este país desde lo de Viriato- y se han dedicado a hacer proclamas, prácticamente copiadas de las de hace casi un siglo, a morderse entre ellos y a no saber a que coño, con perdón juegan
Ni soy especialista de nada que tenga que ver con esto ni cosa parecida pero aquel horro con que amaneció el país ha roto, definitivamente, cualquier vínculo entre nosotros, los españolitos de a pie, cualquier vínculo o confianza en las instituciones. Aquellas cuarenta y ocho horas posteriores, sobre el dolor lacerante del golpe en el mismo centro vital de una sociedad, arrasaron con todos los valores que creíamos tener en este sistema democrático. luego vino todo lo demás, lo que nos ha traído a esta situación de la que nada bueno puede salir.
Sí, está siendo un extraño recuerdo de aquel día, de aquellos que, conociéramos o no, eran nuestros compañeros en aquello de vivir, A ellos no les dejaron.
Quien pueda, al recordarlos, llorar, que llore.
Quien pueda rezar que rece
Quienes no podemos ni lo uno ni lo otro, recordar y apretar las mandíbulas de rabia.
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