Hoy es diecinueve de febrero, y, como cada diecinueve de
febrero sin fallar uno desde los diecisiete años, me acuerdo de ella. Hoy hace
años que murió en una operación rutinaria, tenía dieciséis años, era hija de
unos amigos de unos vecinos y una criatura preciosa. Yo era de su edad pero
parecía mayor que yo. No voy a decir que estuviera enamorado, para enamorarme
por entonces había que ser pelirroja y estar entrada en carnes, algo que ni era
ni estaba ella. Blanca, cabello rubio oscuro, dulce, con esas chapetas rojizas
que, decían, son propias de los enfermos del corazón como ella y preciosa. Se
nos fue de golpe una fría y oscura tarde de un diecinueve de febrero. No hay
mucho más que decir, pero me hace sentir humano recordarla cada año, tanto
tiempo después aunque sus rasgos se hayan difuminado y queden en mi memoria
pocas y pequeñas pinceladas de lo que fue ella y aquella tarde siniestra. Podría
contar el antes, el después pero no hace falta: tenía dieciséis años y murió en
un quirófano una tarde de un diecinueve de febrero. Creo que con eso queda
dicho todo.
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martes, 19 de febrero de 2019
lunes, 18 de febrero de 2019
ARCADI ESPADA: EL PRIMER PASO YA ESTÁ DADO
Bueno, pues ya lo tenemos aquí.
Ni sé quien es el tal Arcadi salvo lo que acabo de leer en la wiki ni realmente me importa. Lo del domingo con Risto, que no vi pero que he leído ahora mismo, es algo que nunca se hubiera pronunciado sin la creciente presencia de la ultraderecha. Ya han dado el primer paso. Ya podemos ir preparándonos, de ahí a la eliminación de los "defectuosos" hay un pasito más un muy pequeño pasito.
Ni sé quien es el tal Arcadi salvo lo que acabo de leer en la wiki ni realmente me importa. Lo del domingo con Risto, que no vi pero que he leído ahora mismo, es algo que nunca se hubiera pronunciado sin la creciente presencia de la ultraderecha. Ya han dado el primer paso. Ya podemos ir preparándonos, de ahí a la eliminación de los "defectuosos" hay un pasito más un muy pequeño pasito.
jueves, 14 de febrero de 2019
¡OH, NO, OTRA VEZ SAN VALENTÍN!
¡Oh, no!, ¡otra vez San
Valentín!, ¿otra vez? Esto es lo que, más o menos, vienen pensando los hombres
de este país con un punto de terror. ¿Qué hacer para halagarla? ¿Qué regalo
comprar? ¿Qué espera ella? Opción más seguida: hacerse el tonto, si ella es de
natural sensible se lo reprochará, llorará, no se lo perdonará nunca y ya, si
es de otra pasta se limitará a explicar que ”mi Pepe es poco detallista”
sentenciándole íntimamente como dirían las coplas “a pena de Cruz”
La cosa no debería ser tan
difícil y quizás los únicos que lo hagan bien sean los niños, niños, que no
adolescentes que ya están encabronados y emputecidas gracias a las modernidades
de todo al alcance de todos y no hablo de censura sino de que se trasmitan por
washap que Ivan la tiene pequeña, y en segundos lo sabe la media humanidad que
no lo sabía. Romeo y Julieta hoy, imposible: ella enseñando la hucha en el
baile y el chateando, en el balcón ella hablando con alguna amiga y el contando
en sus redes sociales “a esta me la trinco esta noche”. La vieja ley del
parchís: me como una y cuento veinte. Además ella, en la hipótesis poco
probable de que fuera doncella, ya tiene elementos de referencia, galanes de
cine, cantantes, guapos de turno le han mostrado sus duras y dopadas carnes en
mil imágenes, él, por otra parte entre tanta paja estaría encegado por los
melones siliconados de toda estrella refulgente. Vamos, que milagro sería que
la escena del balcón no acabara con Romeo cayéndose por mandar un mensaje y con
Julieta poniéndole los virtuales cuernos con Hamlet mientras Ofelia en lugar de
ahogarse rodeada de flores y cantando bellos poemas usara su locura para llegar
a influencer.
Decía que solo los niños, cuando
se enamoran antes de ser hombrecitos y mujercitas (lo que quiere decir muy pero
que muy pequeños por que las niñas se transforman en Lolitas antes de
pestañear) que se dan una flor, una tarjeta al modo yanky o cualquier otra
nadería.
No, la cosa no debería ser tan
difícil si no fuéramos en este país como el propio país: áspero, duro, hostil,
donde a la tierra por fértil que sea hay que arrancarle sus frutos a guantazo
limpio, desconfiado por tanta traición que jalona nuestra historia, avariento
para vivir una ficción por que somos Quijotes y Don Quijote lo que no quería
era vivir su realidad con una Aldonza que olía a ajo, según Sancho.
Pero no, no voy a seguir por ahí
teniendo en cuenta que lo más romántico que he vivido ha sido que se cambiara
de acera para no verme, no sería justo.
Un obispo que se dedicaba a casar
jovencitos cuyos matrimonios estaban prohibidos por la ley. Yo me preguntó ¿qué
le habían hecho esos jovencitos?, ¿Por qué esa saña?
No, me parece que este tampoco es
un buen camino para esta entrada.
Sí, claro, siempre esta lo
socorrido de la fiesta comercial, que si la han inventado para vender. Muy
visto.
Por cierto que han aparecido
estos días en los escaparates unas pastas con mermelada por encima en forma de
corazón, que parte el corazón no partirla a mordiscos. Algo bueno tenía que
salir, claro que deglutir un montón de calorías no me parece que resulte romántico.
A ver, ya hemos descartado Romeo
y Julieta, de los amantes de Teruel ya sabemos lo que se dice, ¿Paolo y
Francesca? No estaría mal muriendo los dos en la misma estocada del marido
coronado, pero al fin y al cabo están en el infierno, en el primer círculo,
pero infierno al fin y al cabo.
Ya está: Abelardo y Eloisa, uy,
mejor no. Se me olvidaba cómo acabó Abelardo
¿Antonio y Cleopatra? No, no, no,
buscamos parejas amándose no un duelo de cobras cachondas.
Ya está: la gran historia de amor
que hizo suspirar a las almas románticas de la segunda mitad del veinte. La
historia en que un rey renunció a la corona por la mujer que amaba: Eduardo y
la Sra. Simpson. Casi que mejor no por quÉ lo que se dice y lo que se quiere
aparentar que no se quiere decir la cosa tiene muchos dimes y diretes y no
sabemos en qué historia de amor estamos.
Alfonso XII y María de las
Mercedes, en fin, dieciocho años la criatura, tampoco es como para hablar de
semejante tragedia en este día dedicado a los enamorados.
Se podría hablar de esos otros
amores, anónimos, el de Manolita y Pepín tan tiernos, tan… , tan… tan… amores.
Esos en los que se llaman nena y nene, gordi (a mi me llama gordi y no respondo,
pero bueno de todo tiene que haber), sí esos amores domésticos, complices, esos
que ponen cara de imbéciles a los enamorados, amores sin estridencias en una
vida común. Si, podría hablar de ellos
si no fuera por qué pasados los siete años de rigor se van a lanzar como
panteras al cuello del otro en muchos casos y en otros tantos se van a quedar
con las ganas. No voy a negar que queda un porcentaje en que siguen juntos sin
desear asesinarse, que hacen suyas las penas y alegrías del otro y que sacan
una o más vidas adelante sin truculencias, pero esos no son enamorados, son
amigos (quizás con derecho a roce) y la amistad es algo muy distinto y que hay
que tratar con pinzas, demasiado valiosa para hablar aquí.
domingo, 10 de febrero de 2019
FEBRERO
Leo Fontan febrero1920
Es febrero un mes con mala fama, que si el loco que si pitos y que si flautas. Sin embargo, tiene dos ventajas aunque este año una le quede ahí ahí. Por un lado que es más corto, luego se cobra antes, los que cobran, claro; y por el otro que es mes de Carnavales y cuchipandas varias. Como contrapartida tenemos ahí, en medio, como el jueves, al bueno de S. Valentín. Celebración que si la tomas en serio te deprime por no tener pareja o por que la tuya está al borde del abismo (todas las parejas lo están siempre, aunque no lo sepan) y si no te la tomas en serio te cabrea el exceso de bombardeo de corazones rojos flechados y de ositos con más corazones rojos. Me cae bien febrero. Florecen los primeros frutales, unos años a tiempo, normalmente a destiempo, la luz, la tonalidad de la luz cambia hacia la Candelaria "Si la Candelaria plora, el inverno e fora" o algo así. En cualquier caso en la luna de la Candelaria se nota de un modo sutil que la luz ha cambiado, seguimos pelándonos de frío, mes cabroncete en cuestión climática es, para que negarlo, pero la luz es otra. Además tiene la ventaja añadida de no tener fiestas laborales ni lectivas. A mí me da ya igual pero cuando estudiaba era el primer mes del curso en que no había puentes ni cosas así. Vamos que in illo tempore era uno de los pocos meses en que se estudiaba. Ahora les han concentrado los exámenes en febrero, lo siento chicos. Si fuerais viejos como yo los tendríais a lo largo de todo el año cada dos o tres días. Tiempos cabrones aquellos, los más tontos que ha tenido la Universidad española (y eso es mucho decir). Supongo que a las carreras científicas como todo lo humano les es ajeno, de momento, no les afectaría pero a las de Humanidades mucho. Empecé primero a finales de octubre del 77 cuando la pelota estaba en el tejado. Si caía de un lado y la orientación de la materia era la contraria, malo y al revés si caía del otro, de manera que no caía. Como historiador de arte puedo decir y digo (frase de la época) que me pasé los tres primeros años de la carrera estudiando el prerrománico asturiano. Muy bello, pero tres años seguidos y luego en cuarto que era cuando había que verlo en serio, demasiado prerrománico me parece. Todo esfuerzo era poco para evitar pisar el siglo XX español en todas las materias, no fuera ser que no se acertara del lado en que caería la pelota. Vade retro. Total para acabar cuarenta años después como diría la Jurado "en el punto de partida".
Lo digo con acritud (otra frase de la época) pues lo de hoy en Madrid es como para clamar al cielo y que como siempre no nos oiga. Banderitas por aquí, banderitas por allá, el tradicional uso en plan monopolio de la bandera por la derechona (ahora ya no se esconden, ya van con la ultraderecha de la manita cantando aquello de "vamos a contar mentiras tralará"). Por mi, si el pueblo traga, como si... eso; pero hay algo que me ofende especialmente en ese burdo discurso de burdel barato y barriobajero: "España humillada". Sí, es cierto, pero la humillación de España no está en las "cosas" nacionalistas o venezolanistas que tanto preocupan a nuestro frente hitleriano, está con la dignidad y la vergüenza enterrada en las cunetas.
Lo bueno de hacer terapia es que tienes que elegir: o juegas al trágala o eliges tu salud mental. Yo he elegido mi salud mental, si alguna me queda, y desde ahí me puedo permitir un glorioso, y casi tan monumental como la banderita aznarista en la plaza de Colón, "que les den". A nosotros nos la van a clavar doblada de cualquier modo.
lunes, 4 de febrero de 2019
JUGUETES
En un centro
comercial de mi barrio, muy cerca de casa, cada primer sábado de mes se monta
un “Feria del juguete”. En principio parecía por los anuncios que se hizcieron
en los aun peores tiempos de esta crisis final que vivimos algo tipo solidario.
Lo cierto es que a día de hoy es una pequeña feria para coleccionistas y no
solo de juguetes. Cierto es que lo primero en lo que caí en su momento fue una
Barbie Marilyn Monroe en “Como casarse con un millonario” con gafas y todo que
me atrapó como sólo ella sabe hacerlo. Cabria esperar que alguien como Barbie
fuera la estrella principal de este lugar con su vestuario y sus complementos
etc., pues no. Nuestra ya sesentona Barbie no es sino la tercera estrella del
festival de recuerdos.
Los Reyes
del Mambo y del lugar son los cliks. Al entrar la asociación madrileña de
coleccionistas de cliks o algo parecido monta una especie de diorama que no
llega a serlo realmente curioso he visto solo unos pocos pero interesantes: la
entrada de las tropas republicanas en Paris bajo el arco del triunfo, La toma
de San Juan de Acre por los musulmanes que fue en noviembre, en diciembre un
nacimiento, por supuesto (he de decir que no fue lo mejor que les he visto), y
hoy he visto lo que han montado. Está dentro de una vitrina enorme cerrada por
un lado de los dos estrechos. Al acercarme a un lado ancho veo una procesión de
frailes curas y monjas de diversas órdenes atravesando tierras secas, quemadas
y salpicadas de esqueletos de animales. Cuatro curas llevan una vitrina con las
reliquias (cráneo) de un santo y en medio de aquel paisaje un jinete negro con
una balanza en la mano. Resulta que el tema central eran los Cuatro jinetes del
Apocalipsis. En el lado estrecho una ciudad luciendo sus vicios víctima de la
peste y el otro jinete: un esqueleto. La guerra ocupa el otro lado largo
espectacular por la diversidad de armaduras y demás aunque menos variada que
las indumentarias de la ciudad. Bueno, el caso es que no he logrado encontrar
al cuarto jinete y que todo esto es una introducción larga al tema que quiero
tratar.
El caso es
que se supone que estas son cosas de niños. No quiero ser chulesco que los
madrileños tenemos fama, pero nanay. Hoy no había ni un solo niño. Eso sí,
montones de cuarentones que es la generación que jugó con los click, he de
reconocer que tuvieron suerte, ¡lo que yo hubiera dado a mis diez años por el
barco pirata! (claro que entonces los click aquí no existían), cuarentonas
(pocas) tras otra de las estrellas (para mí inesperada) La Nancy, moteros
buscando tal o cual pieza de La guerra de las galaxias, maquetistas buscando
una pieza en concreto, la escalera de caracol de la casa de muñecas por
ejemplo. Hay algunos más mayores que no sé a qué vamos, pero vamos. Te
encuentras con el primer madelman que tuviste, el de safari, cutre como él
solo, con los Juegos reunidos Geyper de inolvidable memoria colectiva, y con
otros objetos curiosos e inesperados, ejemplo: Alvaro Retana fue un señor que
hizo de todo en los principios del XX pero nunca había encontrado un texto
suyo, hasta que lo encontré en un puesto ahí perdido. Digamos que el recinto se
convierte en un recorrido cronológico por tu vida.
Yo no llegué
a jugar con los click pero regalé montones a mis primitos (hoy cuarentones),
personalmente odio la saga de la Guerra de las Galaxias pero la vi de estreno
en lo que era antes el Real Cinema y ahora no sé que co … es. ¿Quién no ha
visto las célebres latas de Colacao con la madre levantando la bandeja y con
una sonrisa de oreja a oreja? Pues ahí están. Las nancys rodeadas de
comentarios como “sí, los zapatos de la edición del año tal no le valen a las
del año cual” La Nancy me ponía de de los nervios sólo verla. Mil objetos que los veías a diario de pequeño
y creías eternos, te das cuenta de que ya son piezas de museo o poco menos.
Claro, los que tenemos la suerte de peinar canas, acabamos pegando la hebra y
hoy me dice uno de los vendedores, quizás italiano “luego está la generación de
las nintendo y …. “ me señala una serie de maquinitas que deben ser algo así
como el paleolítico de los juegos actuales. Entonces vi que los niños de hoy no
sólo juegan poco sino que no van a tener juguetes viejos que recordar. Las
aventuras de mis madelmán en cualquier parte del mundo, las horas montando el
campamento, las otras horas quitando y cambiando los trajes y correajes, los
arreglos cuando se te rompía uno y se le quedaba una pierna tiesa que
solucionabas escayolándosela. Las otras horas delante de los escaparates viendo
cual querías (el jinete canadiense con su vistoso uniforme, el esquimal con su
trineo, el buzo que si lo metías en el agua podías hacer que soltara burbujas
(el colmo de la modernidad) los chavales que hoy lo son no las van a tener.
Recuerdo que he jugado tanto con los juguetes que quería como con los que
tenía, y era bonito por que cuando llegaban los paquetes nunca venían los que
habías pedido pero sí otros que no conocías y en lugar de irte a recorrer la
bañera con el buzo te ibas al polo con el trineo, el del safari con una manta
encima y el de la cruz roja con su camilla y su botella de suero, para bajar un
espeleólogo (mono blanco y torno para subir) a alguna sima. A los cuatro días
volvías a estar suspirando por aquel coche de bomberos. Si algún varón me dice
que no deseó ardientemente un coche de bomberos con la escalera desplegable y
la campana no me lo voy a creer así me lo jure.
¿A dónde van
a volver los cuarentones de dentro de treinta años? ¿A qué paraísos nunca
alcanzados, como la Casa de troncos de Daniel Boone, regresarán? No sé, estaré
mucho más viejo de lo que creo pero me dieron lástima. Dicen que la patria de
un hombre es su infancia, y que es un paraíso perdido, no es cierto. La
infancia es un puto infierno en el que estás sojuzgado y no te enteras de nada
de lo que pasa, por mucho cariño que te den. Los paraísos perdidos son los que
te creabas tú con los madelman, los vaqueros, las construcciones vanguardistas
o menos (las horas, los días enteros con el Exin Castillos, para logra un
castillo donde había amores (de las pelis de la tele) fantasmas, guerreros,
puertas secretas por qué no te llegaban las piezas) Esos eran los paraísos
siempre bombardeados por los p… deberes cuando no por algo peor como en mi caso
y en el de otros miles de chavales enfermos, maltratados etc. Si el hombre es
un expatriado de su infancia ¿Qué es un hombre que no tiene esa patria que
recordar e idealizar?
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