Soy un amante del coplerío clásico (Pantoja, no, gracias) y durante muchos años ha sido género despreciado y aunque se ha reivindicado un poco, no lo suficiente cuando lo cierto es que dicen grandes verdades. Por ejemplo, tras la "gloriosa" victoria del avanzado aprendiz de neofascismo en mayo ahora resulta que, cuando parecía que se iban a comer la gobernanza del reino, o mejor dicho, de este montón de reinos de taifas que están condenados a no entenderse, resulta que nanay que se ha muerto Pichi, que diría un castizo de los de antes, vamos que se han quedado con dos palmos de narices pues el paseo militar al paso de la oca no ha sido tal. Así que estamos en una circunstancia en que el supuesto presidenciable Feijoo, conocido por sus ilustres amigos, ejem, ejem, hace cierta aquella bonita copla que lleva por título "La Tani" cuyo estribillo es
Una, dos y tres
una dos y tres
No sale la cuenta
por que falta un churumbel.
Lo peor es que nadie se acuerda de cuando Aznar hablaba catalán en la intimidad y lo cierto es que sea quien sea el encargado de formar gobierno volverá a cantar a los nacionalistas:
Dime que me quieres
dimelo por Dios
Aunque no lo sientas
aunque sea mentira
Pero dímelo
(Por lo menos en la investidura, anda)
Podría seguir con mil ejemplos pero baste un más ¿cuantas alianzas se han basado en:
Ayer hoy, mañana y siempre
eternamente a tu vera
Y han acabado con:
Vete de mi vera
vete mujer mala
que eres lo mismito
que una maldición?
En otro día hablamos de la Puerta del Sol.
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