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miércoles, 4 de octubre de 2023

Alucino, vecino


 Pues eso, que alucino, vecino, pues en la Biblioteca Nacional se ha inaugurado una exposición sobre la maravillosa e inolvidable Lola la Faraona, Lola de España o Lola Flores, con el "glorioso" nombre de "Si me queréis, venirse". Por supuesto que si tengo ocasión iré, pero eso no tiene que ver con lo que me alucina, vecina. Vamos a ver, este es el año de los cincuenta años de la muerte de los tres Pablos: Picasso, Neruda y Casal y la biblioteca Nacional hace una exposición sobre Lola Flores ¿no es un poco delirante que Lola, Lolita, Lola, pase por delante precisamente en ese ámbito? Lo del nombre es que no tiene nombre, valga la refunfanfia que dirían los ínclitos Martes y Trece, parece una boutade de los peores tiempos de telecinco. Lo que merece Lola Flores no es una burla de un incidente vergonzante a la cabeza de una exposición sobre ella sino algo así como Lola Flores, una gloria nacional, o La Faraona o simplemente como la conocíamos todos "La Lola". Sin embargo, eso es sólo la mitad del oprobio, la otra mitad es también doble: por un lado que ese no es un ámbito adecuado para su figura que encajaría más en un marco más polivalente e interactivo, por otro la lamentable cobertura que se da a las exposiciones de la Biblioteca Nacional que será lo que, seguramente, ha llevado a hacer esta exposición pues no es ni de lejos el lugar cuyas exposiciones por soberbias que sean reciben más visitantes. ¿Es que lo de "Biblioteca" asusta a los medios por que les recuerda que la mitad de ellos no saben hablar y la otra mitad no saben escribir? o ¿Será más bien que las bibliotecas ayudan a formar pensamiento propio y eso es el mayor temor que tiene cualquier institución que se precie (estado, iglesia, multinacionales, etc)? 

Ya que estamos con esa cosa tan amenazante y escurridiza que se suele llamar cultura hablemos del bono joven que estaría muy bien si no abarcara demasiados conceptos como conciertos en general, no creo que los músicos de moda necesiten que les bequen a sus fans, sí, sin embargo, los de músicas menos conocidas por la xente nova que dirían los gallegos, y no hablo de las grandes óperas ni de la gran música clásica, sino de otras como zarzuelas, música étnica, incluso boleros y ese tipo de música que parece no interesar a la juventud hasta que alguien como Luz o Luis Miguel saca un disco y se oye como churros, vamos que comes pocos por que engordan pero que te gustan, por lo menos para que les sea más asequible conocer otros tipos de música. Ese es sólo un ejemplo pues no tengo idea si cubre también acontecimientos deportivos por que si es así no sólo alucino, vecino, sino que suicido, vecino. Si alguna vez el deporte fue cultura dejó de serlo cuando empezó a ser el camino más fácil para pasar de estar sano a estar lesionado o a ser un adicto, y eso sin hablar de pasta que esas es otra aria. Creo que sí abarca exposiciones y museos, que menos, siempre y cuando no se incluya los museos de cera, los de chocolate y los de orinales (que haberlos haylos, Sancho amigo) Pues alucinad más, vecindad, incluso con todas esas taras el cuarenta por ciento de los bonos o como se llamen no han sido aprovechados. Vamos que a nadie importa lo que a nadie interesa que importe. 

Otro día hablamos de Isabel III y la familia. 

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