Ayer uno de los ínclitos lideres del QTACP (Quiero Trincar a Cualquier Precio) dijo: "La calle es nuestra". No puedo por menos que aplaudir enloquecido de entusiasmo patriotero al ver que las esencias permanecen y que la sublime creatividad de los egregios politicastros actuales que, cual paladines de las más profundas raíces de Nuestra España Cañí, la de pandereta y burro con sombrero de paja abandona cualquier intento de perversa imaginación, de maligna modernización, de abyecto lenguaje propio y retoman los clásicos sin cambiar una coma. Nada de subversión, que estas palabras llevan funcionando en este país dos mil años (pronunciadas o sin pronunciar) y cualquier mínimo cambio no sólo sería traición a la Patria del Aguila Imperial sino un peligroso acercamiento al contubernio judeo masónico y compañeros de viaje. O como decía la Bruja Avería: "viva el mal, viva el capital".
Pasmao me tiene el QTACP.
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