En
la gala de los premios del cine español que siempre acaba siendo polémica por una
u otra razón ha habido de todo como en botica, pero algunas cosas han sido
especialmente loables y otras especialmente lamentables. Hoy toca una que me molestó
y mucho. Desgraciadamente vino de los Javis, cabezas creadoras actuales, guste
o no la obra que están desarrollando, puntualizo esto para que no se piense ni
que tengo prejuicios ni que niego sus méritos. Se ha criticado el vestuario que
llevaron, algo hay que criticar. ¿Qué no es el que yo hubiera elegido? Cierto ¿Qué
fue en exceso y sin necesidad provocador para las mentes bien pensantes del
reino? Cierto pero a las mentes bien pensantes les hace falta estas cosas para poder
escandalizarse a gusto y para ponerles los pies en la tierra. La gala más que
correctamente presentada por ellos no merece críticas en ese aspecto y ahora
viene lo que me pareció inapropiado y, por no caer en lo que están cayendo
todos los medios, me fastidió y mucho. La condición sexual es algo que solo
debería importar al individuo y nada mejor que vivirla con libertad y alegría
sea cual sea, pero en reiteradas ocasiones los Javis hablaron en femenino sobre
sí mismos y sobre el colectivo gay masculino y femenino. Aparte de que lo
correcto según la gramática española al referirse a colectivos que abarcan elementos
de ambos géneros se use el masculino ya que ahora es absurda y políticamente
correcto usar ambos géneros no veo por qué hay que referirse a dicho colectivo
como “nosotras”. Un hombre homosexual es un hombre a menos que quiera ser
mujer, cosa que no es así en la mayoría de los homosexuales, por lo menos en lo
que yo conozco y trato. ¿Para reivindicar su condición y exigir sus derechos
han de renunciar a su masculinidad? Voy a autocorregirme, no son “sus derechos”.
Los derechos y reivindicaciones justas cada colectivo son los derechos de
todos. Nadie puede quedar al margen, aunque lo hacen, de, por ejemplo, las reivindicaciones
de discapacitados, por la simple razón de que ellos si tienen suerte con los
años lo serán y, si no la tienen, lo serán antes o estarán muertos. Lo mismo se
puede aplicar a todos, mañana no se va a ser mujer, homosexual o de otra raza
pero si lo son tu madre, tus hermanas y tus hijas, tus hijos, o ese señor tan
majo que te salva la vida o te la hace más cómoda cuando estás enfermo, pongo
por caso. No se quiere que a los tuyos se les trate injustamente, no quieres
que se castigue al diferente sólo por serlo. Por tanto, las reivindicaciones de
cada uno son las de todos. En cualquier caso, quienes nacemos con atributos
masculinos no debemos avergonzarnos de ello, como parece que se está poniendo
de moda, ni usar por defecto un femenino. Si un Manolo quiere que le llamen
Manolita, ancha es Castilla, Manolita y con la cara “levantá” y la cabeza muy
alta. Sin embargo, al Pedro que le gusta Juan, pongo por caso, y no por eso se
siente mujer no se le puede por que sí meter en el “nosotras”.
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