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domingo, 26 de enero de 2025

Requisitos para un informativo televisivo.


 Ante todo necesitamos repartir el tiempo en cien partes iguales y repartirlas de la siguiente manera: 

 75 a deportes de los que el 98 será fútbol.

0´2 a cultura en general con un plus de un 0´7 siete cuando se hable de algún acto patrocinado por la cadena en cuestión. 

Quedan por tanto 25 más o menos, de las cuales:

8 a información internacional. Susceptibles de crecer hasta un 15 si las imágenes son sangrientas o espectaculares, tipo tsunami. 

16 a información nacional que se estructurará tal que así:

    1: el diputado Perico Pico Tronco ha dicho a la entrada del Congreso que "A la mar marea y a la Virgen cirios". Conectamos con nuestro/a corresponsal/la a las puertas de Congreso de Diputados. Adelante Maria de la Encarnación Perez-Gómez y Alvarez de Mondoñedo

    2: Buenos días ( o lo que corresponda) hemos abordado al diputado D. Perico Pico Tronco y nos ha dicho que  "A la mar marea y a la Virgen cirios" como vemos.

    3: (Imagen de Perico Pico Tronco hablando) ""A la mar marea y a la Virgen cirios"

    4: (ya en el estudio) Tras las palabras de don Perico Pico Tronco declarando que "A la mar marea y a la Virgen cirios" quedamos a la espera de las reacciones de los partidos. Gracias Maria de la Encarnación Perez-Gómez y Alvarez de Mondoñedo

La unidad de tiempo que queda se dedica a la información meteorológica con especial atención a las alarmas y destacando los horribles peligros del calor, el frío, las lluvias o las lluvias de estrellas que toquen. Salvo los viernes que se explaya en dar el estado de las estaciones de esquí.

Y así, queridos lectores, es como se hace un informativo sin que se haya informado de nada en serio, o sea, un informativo cualquiera. 

miércoles, 22 de enero de 2025

Reflexiones de un viejo en pelotas 2: Calidad de vida.

Alegría naturista de carnes veteranas
 
Como ya advertí en la primera de esta desvergonzada sección a los oficialmente viejos (en pelotas o no) todo nos parece mal por una cosa u otra; lo que no quita que existan razones objetivas para nuestro descontento crónico. Hoy creo que no va a estar de más recordar a la rana: si sumergimos una rana en agua hirviendo, salta y escapa, pero si la ponemos en agua fría se queda tan a gustito, luego vamos calentando el agua poco a poco y acabamos por cocerla viva y el animal no reacciona. Algo así es lo que está pasando con la calidad de vida generalizada con agravantes para determinados colectivos. No nos confundamos, no estoy hablando de aspectos que afecten a unos u otros, no, hablo de detalles más o menos importantes que afectan a todos, insisto, a todos, pero que cuando se tienen todas las capacidades se combaten mejor, tanto que llegan a pasar desapercibidos y así, poco a poco nos van cociendo vivos. Voy a poner unos cuantos ejemplos de mayor a menor, algunos parecerán insignificantes pero no lo son, más que nada por que van sumando y al final el resultado es una más que notable pérdida de calidad de vida. 
Empecemos por lo más grave: los bancos. Este país es un país de personas mayores que, afortunadamente, alcanzamos edades más altas, pero, un "pero" bien grande, cada año con más limitaciones físicas. Vamos, que a los 85 años no todo el mundo está para correr una maratón, no son pocos los que tienen que recurrir a un bastón o un andador lo que no implica que tengan que renunciar a ningún derecho, derecho como el de disponer de su dinero libremente sin depender de terceras personas que, muchos de ellos no tienen, para gestionar sus finanzas. Pues bien, ahora mismo, después de destruir la mitad de las ciudades abriendo sucursales a todo pasto, están cerrando a mansalva dichas sucursales dejando barrios superpoblados de personas mayores sin servicio bancario cercano. En mi barrio lo más cercano implica desplazamientos largos para alguien con dificultades, hablo de más de media hora caminando a buen paso. La respuesta es la banca on-line. Magnifico. En un país donde esa generación fue la primera que salió del analfabetismo y a la que le llegó la red ya más que adultos, se les obliga, se nos obliga a que sin conocimientos nos movamos por un medio hostil. La consecuencia es la vulnerabilidad a las estafas y la consiguiente angustia ante la posibilidad de que desvalijen nuestras cuentas. La lejanía de las sucursales no sólo afecta pues a los que alcanzamos cierta edad sino que las madres agobiadas por el trabajo diario y los niños, los padres y madres con horarios criminales que no quieran ofrecerse al bandolerismo informático tienen casi imposible manejar su dinero, suyo, no del banco, con una mínima comodidad. 
Otro aspecto, en apariencia menor, pero que si lo vemos con cierta perspectiva no resulta tan insignificante es la progresiva desaparición de los quioscos de prensa. Dicen que cada vez se le menos prensa en papel, y menos que se leerá si quitas puntos de venta. Para muchas personas mayores la prensa es su principal actividad intelectual (por decir algo) y desde luego la única lectura que tienen y ahora han de hacer peregrinajes hasta alcanzarla. Eso sí, las revistas de cotilleo las venden en supermercados pero los periódicos, no. Y conste que yo nunca leo la prensa por que me harté de ver faltas de ortografía en gentes que se supone profesionales de la palabra escrita.
Sucesivamente se va viendo en todo un desprecio a la calidad de vida, desde cosas gordas como las citadas o la sanidad que te dan número para casi un mes en el ambulatorio cuando tienes una gripe y luego nos reprochan que colapsemos urgencias, hasta cosas muy menores como el alambre del pan de molde cada vez más raquítico que casi no abarca la bolsa, la arena para gatos que cada día se parece más a un pedrusco, las bolsas de patatas medio vacías, las tabletas de turrón reducidas a la mitad de tamaño, los teléfonos que no tienen detrás a un humano en la atención al cliente, la desaparición del pequeño comercio, la proliferación de pisos turísticos, el aburdelamiento de las ciudades y mil pequeñas cosas más están reduciendo la calidad de vida de los ciudadanos que se dejan, nos dejamos hervir tranquilamente. 

lunes, 20 de enero de 2025

Requisitos y pasos para hacer una serie histórica "modelna"

 


Que tiene delito el cartelito con una austriaca voladora.
Lo primero y muy esencial es empaparse a fondo de la época histórica hasta dominarla por completo en todos sus matices. Una vez conseguido esto procede estructurar un guion muy detallado y ajustado. El paso siguiente es tirar el guion y escribir otro con lo que se le haya quedado al guionista en la cabeza después de una botella de vodka o cinco porros. 
Segundo y no menos esencial es frecuentar locales de ambiente poligonero hasta interiorizar el lenguaje y los modales propios de ese ecosistema y aplicarlo tanto a Versalles como a la Florencia renacentista. 
Tercero e imprescindible es buscar al mejor director artístico posible y una vez encontrado darle el trabajo a un ingeniero aeronáutico. Así se consigue un cuadro de mediados del XIX aparezca adornando las estancias de María Antonieta en Versalles,  por ejemplo. 
Cuarto: hacer tablas cronológicas paralelas y moverlas como el artefacto del código da Vinci para que nunca coincidan, así se mezclan épocas y generaciones quedando más dinámico. 
Quinto: Estudiar los retratos de los personajes a fondo y luego escogemos actores y caracterizaciones que no coincidan en nada. Logramos así una Sissi rubia, un Maximiliano de Austria moreno y de cabello abundante cuando era rubio y de cabellera rala, una madame Du Barry de quien sabemos que era muy muy joven, regordeta y rubia sea una mujer preciosa más cercana de los cuarenta, delgadísima y de magnífica cabellera negra. 
Sexto y último: la músico ha de ser moderna, o sea, rock duro o regueton , que queda moderno y empoderante con letras llenas de poesía que son las músicas idóneas para lo que se bailaba en Versalles o Viena, pongo por caso.
Con estos elementos y añadiendo relaciones imposibles entre los personajes, sexo, unos cuantos paisajes majos (no necesariamente coherentes), más sexo, unos cuantos culos masculinos y unas cuantas tetas femeninas ya tenemos la fórmula de una serie histórica de éxito.

miércoles, 15 de enero de 2025

Requisitos para hacer una serie de médicos made in USA

 



Aunque cada serie tiene rasgos peculiares (y dejando claro que soy un devoto devorador de este género habiendo visto desde "Centro medico"con el infalible Chad Everett de los setenta a "New Amsterdam" que creo es la más reciente, pasando por "Marcus Welby", otra americana que duró no sé cuantos años en USA, creo que era "Hospital general", la española "Hospital Central" etc) voy a repasar los elementos esenciales comunes (o casi comunes) a todas ellas. 

Escenario: hospital a punto de ser cerrado o con grave crisis económica. Creo que esto es una baza para poder cancelarla en cualquier momento y darle así un cierto aire de aceleración a toda la serie. 

Desencadenante: suele ser un medico, casi siempre varón, guapete e idealista que ,llega al hospital. Este personaje es fundamental pues es el casi protagonista (digo casi por que suelen ser series muy corales) y antagonista de

El médico guaperas: gallo del corral que es el caprichito de cualquier cosa con faldas que se pasee por la sala de urgencias y que tiene un pasado misterioso y vive atormentado pero sin parar de trajinarse a cuantas se dejen. Ojo, antagonista del anterior pero no enemigo. 

El director/a: buena gente pero preocupado por la economía y encarna la autoridad-burocracia que limita las actuaciones de los gallitos para bien y para mal. 

Una médica muy, muy, pero que muy atractiva que si es pediatra mucho mejor, pero psicóloga ya nos vale. 

Una médica guapa pero borde como ella sola que debe ser cirujana 

Una enfermera muy guapa, más que la médica, pero menos atractiva.

La jefa de enfermeras: imprescindible. Encarna el arquetipo que allí tienen de las enfermeras: opulenta, de mucho carácter y un pelín gruñona. Ah, condición innegociable es que sea de raza negra. Los demás papeles son indiferentes de que raza se sea pero este ha de ser de raza negra o no es una enfermera jefe como Dios manda y durará pocos capítulos en la serie. Guapetona y de las que si las ve un endocrino le da un esparavás.

Un cirujano estrella creído e insoportable, viene a ser lo más parecido al "malo" de la serie

Un psiquiatra, varón o mujer, compresivo, eficiente y con una familia lo más disfuncional posible.

Jóvenes inexpertos, valen para eso las figuras de los residentes, si son chico y chica, mejor.

Un celador al que acudir para lo que sea en plan comodín y que responde a dos tipos: grande y fortachón que nunca se sabe por donde va a salir y es amigo de la enfermera guapa. No liga nunca (es el único de la serie); menudo y graciosete. 

A ver, ahora cosas a tener en cuenta:

-hay que olvidar por completo la lógica más elemental en casi todo. Dos ejemplos: los trasplantes no se hacen en urgencias y los servicios sociales ni acuden en unas pocas horas ni suelen funcionar, entre otras cosas por que, por lo que sé, no son una prioridad para la sociedad yanky

-tan imprescindible como que haya dos gallitos es que haya uno o varios marines, si no, la cosa no funciona.

-igualmente debe haber varios asiáticos. Si encima hacemos que uno sea marine ya tenemos papel perfecto para cierto actor que no sé como se llama pero que ha hecho el mismo papel en varias series. 

Los pacientes también responden a cierta tipología.

-obseso por el trabajo, aquí hay que hablar en masculino o femenino, sin distinción.

-padre autoritario empeñado en que su hijo destaque en el deporte.

-madre maníaca obsesionada con la delgadez/belleza de su hija.

-padres jóvenes negacionistas de todo bien por principios bien por religión.

-muchos drogadictos a todas horas.

-hijos déspotas que tiranizan a los ancianos y dulces padres.

-padres mayores que chantajean emocionalmente a los hijos.

Con estos ingredientes empieza  la acción. Se van liando unos con otros en un bucle infinito de parejas que se renuevan con los residentes y que oscilan de los ñaka ñaka ocasionales a boda. Las bodas funcionen bien tanto entre los del hospital como en los pacientes. Una novia patas arriba siempre da juego. Si se quiere dar el toque "modelno" se ponen una o varias parejas homosexuales vengan o no a cuente. Agítese y tendremos una serie de éxito a la manera "inequivocamente americana".

lunes, 13 de enero de 2025

Reflexiones de un viejo en pelotas 1


 Desde no hace mucho soy oficialmente viejo. Con esto quiero decir que he cumplido los 65 y ya puedo acceder a las cosas de la tercera edad, vamos, que he pasado de ser un hombre maduro de 64 a ser un anciano de 65. De ser alguien a quien no se admite en las residencias de mayores por joven a ser alguien a quien no se admite en las residencias de discapacitados por viejo. No es de extrañar, siempre he tenido la edad inadecuada para todo, pero eso es otro cantar que quizás cante más adelante. Lo cierto es que siempre he estado entre gente mayor que yo y ahora que soy yo el mayor me siento raro. Eso sí, me di cuenta de que, a ciertas edades, se pierde un poco el reparo de hacer, decir o pensar ciertas cosas.

El ejemplo más obvio y que da lugar al título de este blog es la alegría primaveral. Me explico. Durante mucho tiempo paseaba todos los días por la Casa de Campo y nunca dejaba de sorprenderme que los primeros en quitarse ropa para caminar o hacer ejercicio eran los hombres de más de 60. Cuando digo quitarse ropa no sólo me refiero a quitarse la camiseta (aunque fuera un febrero soleado) sino, literalmente, a caminar como vinieron al mundo, o poco menos. Cierto que a menudo por senderos poco transitados que yo frecuentaba para tomar el sol lo más desnudo y discretamente posible, quietecito y guarecido. Ellos caminaban con una envidiable naturalidad de la que yo no fui capaz de joven. Lo mismo les pasaba con sus opiniones que soltaban se les preguntara o no a quien quisiera (o no) oírlos. Ahora que he alcanzado esa edad de vejez oficial he decidido apuntarme a ambas actitudes intentando aprovechar la experiencia que, por lo visto, no tenía el año pasado. He de añadir que junto al despelote y la lengua criticona y parlanchina de dar la opinión pedida o no y la de contar batallitas tipo “abuelo Cebolleta” (ver imagen para los nuevos que no le conocen), hay otra cosa que nos caracteriza: todo nos parece mal, por nuevo, por viejo, por feo, por ruidoso, por alto, por bajo, por lo que sea, todo nos parece mal.  Ahora que oficialmente ya he alcanzado la vejez y como especial homenaje a aquel abuelo que sin más indumentaria que un palo se me cruzó en la carretera, al que casi me llevo por delante y que se paró desafiante, inicio la andadura de esta sección, eso sí, ejerciendo la libertad que me da mi recién adquirida vejez, en pelotas picadas.

Por cierto: no soy el de la foto. Podría ir de fino y poner el clásico y maravilloso “Viejo desnudo al sol” de Mariano Fortuny (ver imagen), pero los viejos de la era de Fortuny poco o nada tienen que ver con nosotros los viejos milenial o como cojones, sin perdón, quieran llamarnos ahora.



miércoles, 8 de enero de 2025

Navidad 3: "¡Que bello es vivir!" o la psicopatía jaleada.


 Rematando el breve ciclo de post navideños quiero hablar de una cumbre del séptimo arte. Como cada año he tenido ocasión de ver varias veces "¡Que bello es vivir!" con el turrón de Alicante deleitando mi paladar culpable pues el pecado contra la dieta hace mil veces más sabroso cualquiera de los infinitos frutos prohibidos. 

¡Que bonita! ¿Verdad? Hombre, sí, pero... ¿en serio hemos convertido esto en la película navideña por excelencia? 

De entrada apesta a triunfalismo y autosatisfacción. Comprensible y aceptable, dado que se rodó en el 46 por los triunfadores de una recién acabada guerra, y nada menos que por dos combatientes: Capra y "el buenazo de Jimmy" como se le conoció años después, que, naturalmente debían estar encantados, primero de haber sobrevivido y segundo, de conocerse. Con Jimmy no voy a meterme sino a quitarme el sombrero como siempre. Una visión general de las obras de Capra califica sola al director así que tampoco voy a meterme con él, y conste que jamás criticaría su talento cinematográfico, sino la ideología que rezuma su trayectoria.

Hablemos de George Bailey. El buen hombre protagonista. Un buen hombre al que durante toda la trama sólo mueve un motivo: el odio a al señor Potter. ¿Odio? Bueno, en principio, sí. O, más bien, sí, pero.... Si nos quedáramos con el odio revanchista de la ofensa continuada a su padre, tendríamos a una mente débil incapaz de remontar y más que capaz de acumular un rencor reconcentrado focalizado en una sola persona. Un poco psicópata, diría yo. Sin embargo, George es mucho más. Básicamente es un cobarde con una buena excusa. A lo largo de 130 minutos vemos las sucesivas ocasiones en que está a punto de escapar de Bedfor Falls y como nunca lo consigue por hacer frente al malo malísimo. Curiosamente discapacitado, para acentuar más su maldad como amargado por la minusvalía, en realidad he leído que al soberbio actor Lionel Barrymore, Capra le suministraba drogas a granel para que soportara los tremendos dolores que tenía y que explican que tanto aquí como en "Vive como quieras", por ejemplo, sufra discapacidades. Eso es lo que he leído, como decía Cela: "A lo mejor ni es verdad". Lo cierto es que George no se va y usa al viejo Potter como excusa para no abandonar su nidito y verse a sí mismo como víctima, justificando así su frustración. Vamos: echándole la culpa al empedrado. El pobre no lo sabe, pero lo viene haciendo en cada acto: le regala la universidad a su hermano, renuncia a su luna de miel, apoyado por su esposa, etc. Al ver triunfar a los demás se frustra más y perpetúa su papel de buen chico. 

Hablemos de su santa esposa, exquisita Donna Reed, que no duda en ofrecer ese viaje de luna de miel a cambio de una casa que él odia, pero que ella desea a toda costa, literalmente. 

Sigamos con los otros secundarios:

La Santa Madre que, prácticamente, le empuja a los brazos de la chica ajena a los "sacrificios" de su primogénito.

El tío Billy, Thomas Mitchell como siempre magistral, un chisgarabís inconsciente y medio trastornado que no mira ni por donde va. 

El hermanito que se aprovecha descaradamente de George y medra siempre a su costa con la única virtud de ser un cachas y pillar a una niña rica. 

Violet, Gloria Graham siempre adorable, una chica supuestamente ligera de cascos que no se sabe que pinta en la historia salvo mostrarnos que sin la obra de George se hubiera dado a la mala vida. 

Cinco hijos, cinco, como los seis hermosos toros, seis, insoportablemente incordiosos.

En suma que el único que no tiene ningún problema mental es Clarence y además es el único creíble en toda la historia.

lunes, 6 de enero de 2025

Navidad 2: Requisitos imprescindibles para una peli navideña televisiva 2024


 A modo de "Refundación" de este ya veterano blog e intentando volver a sus orígenes tras una demasiado larga travesía del desierto y dejando atrás la etapa furibunda lo retomo hoy con ciertas orejeras para no ver lo que se nos mete por los ojos y tener una mirada un poco más amable, por así decirlo. Isabel Allende dijo o escribió alguna vez que ella empezaba sus novelas la noche del seis de enero, quizás sea una buena idea y no es que pretenda compararme, pero sí que me vale de excusa para elegir este día para reiniciar esta aventura, nada aventurera por otra parte. Lo hago con un estrambote de un tema que me es muy querido: Navidad. 

Estas fiestas me he visto un montón de películas de terma navideño, algunas incluso aceptables, que sumándose  al acervo de las que ya llevo vistas me permiten encontrar elementos imprescindibles para elaborar una para cualquier tarde de domingo de diciembre. Vamos a ello.

Elemento esencial sin el que resulta imposible construir un relato adecuado a los objetivos es un personaje que ha olvidado la Navidad. Desde luego el modelo a seguir es Mr. Scrooge del ínclito Don Charles, pero modernizado. Ha de ser un ejecutivo. Hasta no hace mucho sería elegido un varón de unos 40 mas menos dos arriba o abajo, recientemente resulta más vendible que sea una mujer de en torno a los 30 monísima de la muerte y vestida por los grandes modistos del mundo, arreglá pero informal con unos taconazos y que está demasiado ocupada trabajando como para que en su vida haya espacio para otra cosa, aparte de comprarse modelitos fuera del alcance de lo que se supone que cobra. 

Segundo elemento no menos esencial es el personaje que adora la Navidad. Antes solía ser una amiga de la infancia o una ex-esposa del protagonista. Ahora es un megacachas con ropas en las que no cabe y de las que se desprende a la menor oportunidad. Escena inevitable es la que nos ofrece la visión del típico leñador de Alaska o por ahí arriba, en medio de la nieve cortando leña para la chimenea con el torso desnudo o con una liviana camiseta que permita la valoración muscular del machote. De profesión, sólo puede tener dos: o bien es el manitas del pueblo sin trabajo fijo pero que no para de arreglar cosas, o bien tiene un pequeño negocio, preferiblemente artesanal y entrañable. 

Tercer elemento es el "malo", casi siempre un promotor inmobiliario a imagen y semejanza del Henry Potter de "De que bello es vivir" o del Sr. Burns, de los Simpson. Que quiere cargarse todo incluso el comercio del megacachas. A veces puede ser el jefe de la monísima de la muerte. 

El escenario no es menos imprescindible, con sus personajes secundarios como un fondo de pantalla, para el desarrollo de la trama: Siempre es un pueblito idílico lleno de casas de madera decoradas en exceso, abetos altos y frondosos, siempre nevado, a pesar de lo cual el día de Navidad nieva sin fallar nunca. Ese pronóstico debe ser el sueño de los meteorólogos pues no admite error. En Navidad, nieva. Por cierto, en ese pueblito nadie tiene frío y tampoco hay pobres, todo lo más un jovencito guaperas y pseudomarginal que tiene encandiladita a la hermana/sobrina/prima de la monísima de la muerte. 

Personajes secundarios que vienen a ser la urdimbre del tejido son:

-el gruñón amargado, preferiblemente por la ausencia de una esposa muerta o de un hijo. Si el hijo ausente es un soldado muerto en combate los guionistas se derriten y si encima vuelve de un modo inesperado el día de Navidad alcanzan el orgasmo. 

-una familia ideal y perfectamente disfuncional compuesta por:

    1-padre autoritario y amargado en peligro de perder el trabajo, si bebe, mejor.

    2-la madre puede oscilar entre la amargada reprimida que tiene como objetivo amargar a todo lo que se menea en su entorno y la sufrida y sumisa madre entregada en cuerpo y alma a "salvar la familia" lo que en el metalenguaje de este tipo de películas quiere decir hacer tartas y pasteles para la iglesia y pavo asado para la Comida de Navidad. 

    3-abuelos, preferiblemente abuelas, muy sabios y dulces que dan consejos amables y que parecen no enterarse de nada. 

El resto de los vecinos del lugar se pasan todo el metraje organizando actividades comunitarias. Especialmente cosas a beneficios de los pobres (que no salen) o de los niños del orfanato (que tampoco salen). Lo que resulta conmovedor es que con tanta actividad comunitaria no se maten a tiros y sean tontamente felices. 

El elemento sobrenatural es un sine qua non. Eso sí, ha de ser mínimo, apenas una pincelada, y nada religioso, pero nada, nada. Digamos que lo más espiritual es el Papa Noel de Coca Cola.

En medio de todo esto aplicamos:

-el viejo esquema de chico encuentra chica etc.

-hay salvar la tienda y el trabajo del padre hitleriano 

-el gruñón deja de gruñir, preferiblemente con el regreso del hijo de combate.

-el Sr. Potter de turno es vencido o convertido.

El final es inamovible: fiesta nocturna, nevando, al aire libre con todo el pueblo cantando.

Obtenidos estos elementos básicos ya se pueden remover al gusto y saldrá una película navideña. 

Seguro que hay otros métodos, pero no son para ver los fines de semana en las tardes de diciembre.