Antes de seguir adelante he de dejar claro que no sólo
aparece el tema del pulpo-sobón en las estampas Ukiyo-e sino que, sin ser en ningún
momento un tema que pudiéramos considerar abundante, aparece en otros ejemplos
artísticos como los que van más arriba: dos netsukes (cierres de marfil o hueso
de bolsas) y remates de las empuñaduras de los pequeños puñales laterales del
wakizashi (sable corto dedicado al combate en interiores pero también a la
práctica del Hara-kiri o en términos más elegantes: Seppuku, como vemos en la
pieza de más abajo. Aunque será a través de la estampa como logre un mayor alcance
Es evidente que hay un paso cualitativo de una historia
ejemplarizante del amor de madre a una escena orgásmica frívola o directamente
pornográfica. Hay varias cosas a tener en cuenta a la hora de intentar ver el
porque de este paso. En primer lugar, aunque seguramente no el más importante,
es la propia sociedad en que se produce: una sociedad de diversión y “flotante”
sin raíces y sin capacidad de echarlas debido al marco histórico que la
condiciona. Además los genitales femeninos –como en este país- solían ser
denominados con nombres de crustáceos bivalvos por lo que la asociación de la
sexualidad con el mundo subacuático es lingüísticamente casi inevitable, y las
representaciones plásticas de estos “juegos de palabras”, también. Un elemento
más, esta vez indispensable, es la tradición casi legendaria pero real de las
pescadoras de perlas, ostras, esponjas y demás que sumergiéndose más o menos desnudas, según las épocas, suponen un cierto mito erótico relacionado,
de nuevo, con la relación oral del sexo femenino y los crustáceos. Incluso se
dice que ciertos Shoguns (jefe militar supremo y poder absoluto en Japón de
1185 a 1868) pagaban por poder contemplarlas sumergirse en el mar. Es casi
obsceno mencionar lo que se hace tan evidente de la relación oral de los
bivalvos, de nuevo, con la genitalidad femenina pero resulta inevitable
resaltar como se refuerza con esta nueva aportación. En la estampa que sigue
queda bien clara la relación entre ambos temas.
Estas son imágenes de pescadoras parece ser que tomadas en los años treinta cuando se producían en el mundo ciertas actitudes ante el cuerpo desnudo más cercanas a la exaltación de la raza y cosas semejantes. Sinceramente, la mayoría de imágenes sobre estas trabajadoras que he visto son bastante más recatadas. Así que las recojo aquí con todas las salvedades y teniendo en cuenta que son bellísimas en sí mismas, no tanto por la certeza de su rigor histórico.
Qué estupendos ejemplos y que bellas fotos. Es curioso que coincidamos con la analogía de los bivalvos. ¿Habrá chirla en Japón? Bueno al fin y al cabo somos los paises que mas producto marino consumimos.
ResponderEliminarEstupenda entrada.
Un abrazo
Soprendente y siempre interesante.Gracias, un abrazo.
ResponderEliminarDe tesis, ahora ya nadie puede alegar ignorancia sobre el tema...
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