He estado dudando entre hacer una entrega visual, otra de belleza por que sí o continuar con la letanía de Madrid. Sin embargo, esta noche he caído en la cuenta de que hace cincuenta años. Nada menos. ¿Cincuenta años de qué? Preguntaréis. Pues ese es el tema de esta entrada. Aquellos quince primeros días de agosto marcaron mi vida de un modo espectacular: nos concedieron una casa en alquiler, nació uno de mis primos, sin duda el que ha estado más cerca de mí. Y algo más.
Un acontecimiento universal que, entonces, a nadie de mi entorno preocupó lo más mínimo: Marilyn Monroe moría sola. Ella, también por obvias razones, tardó un tiempo en entrar en mi vida. Lo hizo de la mano del delicioso personaje de “Como casarse con un millonario”, cegata perdida y dándose de narices contra todo. Según crecí me convertí, como todo aquel que es sensible a la belleza y al talento, en un mitómano. A los veinte años tenía, tengo todavía, toda clase de objetos con su imagen, (vasos, pitilleras, en fin, cuanto se le ocurriera a un especialista en merchandise y no tuviera un precio prohibitivo). De hecho mi alcoba a esa edad parecía un museo dedicado a Marilyn: frente a mi cama, un poster con una foto de “Bus Stop”, sobre mi cabecera, un cartel con su dibujo en negro sobre fondo plateado y así sucesivamente. Incluso hoy, cuando ya las mitomanías personales van por otros vericuetos, sobre mi escritorio, enmarcada, una postal de Marilyn (antes de las operaciones) me mira escribir.
He de reconocer que mi película favorita siempre ha sido “La tentación vive arriba”, aunque ahora voy a hablar de “Los caballeros las prefieren rubias” con diferencia la segunda de mi predilección. Sin embargo, y como esta entrada quiere ser un homenaje a la desperdiciada actriz, quería contar algo que ocurrió hace unos años, concretamente cuando se lanzó la colección de sus películas en formato DVD. Había entrado yo ese día, un sábado, en la FNAC concretamente. Allí cada uno a su historia, husmeando, buscando y sin prestar atención ni a la música de fondo ni, por supuesto, a las imágenes que se proyectaban habitualmente en una pantalla. Entonces ocurrió: empezó a sonar “Los diamantes son los mejores amigos de una chica” y la poderosísima imagen de Marilyn apareció en la pequeña pantalla. Poco a poco se fue haciendo un silencio y toda la planta, uno por uno, se detuvo, hombres y mujeres, clientes y empleados. Durante los escasos minutos que dura el número sólo estaba Ella llenando la planta. Nadie más. Sé que ahora, las nuevas generaciones o no la conocen o no la consideran ni arquetipo de belleza ni cosa parecida pero algo tiene aun cuando detuvo la vida en un comercio un sábado por la mañana con “Los diamantes son los mejores amigos de una chica”
Bonito homenaje, que devuelve al mito con su recuerdo una pequeña parte de los buenos momentos que nos lego. A cada uno su mito, y a cada seguidor sus momentos. Abrazos.
ResponderEliminarWow, esa anécdota que cuentas de la FNAC me ha puesto los vellos de punta. Es tremendo el hechizo que provoca esta mujer. Aunque no soy muy mitómano, reconozco que siento una especial adoración/admiración/respeto por "Ella", como tú la llamas. Mis primeros recuerdos de Marilyn son de verla en la tele, en aquellos ciclos que ponían antes sobre la época dorada del cine. Con el tiempo me fui enterando sobre su vida privada, y sobre la desdichada mujer que había detrás de la gran estrella. Creo que no sólo era una mujer bella, sino también una bellísima persona, humilde y buena. Supongo que si los buenos van al Cielo, ella seguro que estará allí, bendiciéndonos a todos. El vídeo que has puesto es maravilloso, supongo que estará restaurada la película, porque el colorido es alucinante, y Marilyn, como siempre, espectacular, pura magia. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarDavid: Sí, desde luego, Ella fue mi mito durante muchos años, casi hasta formar, de algún modo, parte de mí.
ResponderEliminarGracias por leerme
Roberto: Es que la cosa parece de película, lo rueda Almdóvar y no se lo cree nadie pero así, exactamente así fue. Yo también la conocí por aquellos ciclos (y nos quejábamos de que era mala la televisión de entonces) Supongo que sí estará restaurada pero no necesariamente, en aquellos años se hacía un colorido de este tipo, especialmente en números musicales y, encima, Ella era la rubia, como dijo cuando le recordaron que cobraba menos que su compañera. Vamos que pondrían todos los medios para que el número "luciera".
Un abrazo
No creo que nadie haya tenido tantas imitadoras y ni una sola ha sido capaz de ser ni su sombra.
ResponderEliminarA mi me encanta como actriz cómica.
Un abrazo
Uno: malas imitadoras que ni llegaron a nada ni imitándola ni dejando de hacerlo. Como actriz cómica era genial pero siempre que la dejaron actuar lo bordó, tanto en comedia como en medio drama, el papel de Bus Stop poco tiene de cómico y el "Vidas rebeldes" ya ni te cuento.
ResponderEliminarElla es, ha sido y será, quizás el mayor ícono del cine y del XX.
Un abrazo
Quizá joaco es que como bien dices con toda la razón y agrego presición.
ResponderEliminarTodos morimos solos.
Quizá lo que conmueve, lo que molesta, lo que perturba es no poder hacer nada, una mujer bella, querida, rica, exitosa... como aliviar el dor del vacio.
Aunque otra teoría también aunta a la mano de los Kennedy.
Teoría que nunca me pareció fuera de lugar, conociendo a los Kennedy como los vamos conociendo.
EliminarUn abrazo