No es la primera vez que hablo aquí de un libro, aunque he de reconocer que éste es un tanto especial. “La conquista del cuerpo” de Isabelo Herreros, Editorial Planeta.
Título que permitiría una cierta ambigüedad sobre su contenido si no fuera por la frase que en la misma portada sigue al título: “El desnudo en 1936 estaba incorporado sin mayores problemas en España. La cultura, la libertad y la tolerancia habían calado en nuestra sociedad. Y eso, claro está, los enemigos de la modernidad no podían dejar que acabase bien”. Queda expulsada cualquier ambigüedad posible.
Ante todo (y por hacer caso a cierto escritor actual que dice que quiere más crítica y menos peloteo) empezaré por resaltar la “pegas” que se le pueden poner al libro. La menor es la calidad de las fotografías que lo acompañan, pequeñas y con no muy buena reproducción, lo que resulta especialmente doloroso por el interés que entrañan en sí mismas.
La segunda de estas “pegas” es, al mismo tiempo, su principal virtud. El tema es histórico, obviamente, pero el autor es periodista y escritor con los inconvenientes que esto conlleva al afrontar una obra de este carácter. Sin embargo, dado el tema, poco corriente para quienes como yo no estamos muy duchos en este periodo de tiempo que fue, sobre poco más o menos el interregno entre dictadores (de 1930 a 1939) (aunque el autor no lo plantee así pues la dictadura de Primo de Rivera, según tengo entendido, en este aspecto físico, poco o nada tenía que ver con la que vino después. Doy estas fechas sólo a título orientativo pues ni lo especifica el autor ni hay un límite claro) y mucho menos sobre la actividad legisladora de la República lo que, en principio, es un lastre, se convierte en virtud al poner al alcance de los “profanos” una visión general y concreta de esta época en ciertos temas. General por que abarca legislación, evolución, reacción, consecuencias; concreta por que aporta nombres (a veces en forma de fichas consecutivas) y biografías que no carecen de interés y que, muchas veces, hemos oído pero sin saber muy bien en que sentido ejercieron su labor.
Fascinante es que, al tratar el tema “del cuerpo” se limita, sí, pero también permite una historia parcial pero apasionante que trata desde las legislaciones sobre divorcio, aborto, homosexualidad, hasta los aspectos más frívolos de la cuestión como las revistas, los desnudos en el espectáculo y hasta el cine. Así nos abre una puerta, por lo menos a mí, a un mundo semioculto lleno de nombres de primer nivel que la historia, el exilio, la cárcel, el asesinato o el olvido han dejado en la cuneta (ah, las cunetas de España). Nombres como Alberto Insúa o Álvaro Retana que han llegado hasta nosotros en el mejor de los casos con un aura de la sordidez de un erotismo prohibido, de novelita amarillenta que pasaba de mano en mano a hurtadillas. Eso, en el mejor de los casos, en la mayoría, ni eso.
En resumen que me parece un libro muy recomendable para iniciarnos en este periodo y en este tema y no menos importante para comprender el choque brutal que la Victoria tuvo que suponer para nuestros abuelos o bisabuelos, siempre hablando del mundo urbano, por supuesto. Además y como valor añadido en estos tiempos de desaliño editorial se acompaña de lo esencial: índice (increíblemente cada vez más aparece libros sin él), bibliografía, Indice onomástico (importantísimo en una obra de este tipo) y ¡notas a pie de página!
La verdad, resulta refrescante encontrar un libro de estas características sin tener que buscar en archivos y que, además, abre puertas.
Qué interesante suena todo lo que cuentas. Tengo una idea vaga de todo ello por lo que he oido a los mayores. Hasta tengo por ahí alguna novela de Insua. Le echaré un vistazo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es apasionante precisamente por lo variado y desconocido. Es, literariamente, una generación casi paralela a la del 27 que cayó ante la fuerza de la poesía, los destellos del humor (Jardiel, por ejemplo) y finalmente, ante la historia.
EliminarSi tienes El negro que tenía el alma blanca repásala. Quizás sea este el mejor momento histórico para apreciarla.
En unos años, aparecera otro libro (si para entonces siguen existiendo, cosa que no tengo clara)sobre el feliz periodo entre dictaduras, 1976-2012 y la gente no sabra de que les hablan. El tiempo dira.
ResponderEliminarMe temo que el cambio no será tan simple. No vamos hacia una dictadura sino a algo más radical ¿en que sentido? Bueno, en gran parte depende de la gente. Si las señoras de la tercera edad siguen votando masivamente a Gallardón y cia. tamos pañaos. Lo bueno, si algo tiene, es que serán sus nietos y bisnietos quienes paguen el pato, no los míos.
EliminarUn tema muy interesante el de este libro, gracias por compartirlo, voy a añadirlo a mi lista.
ResponderEliminarJamás he podido entender esa gran campaña que siguen realizando, desde hace muchas décadas, principalmente la iglesia y los pseudo-moralistas en contra de la desnudez... porqué la sociedad no censura la violencia?, porqué es permitido ver sangre y muerte en la última película de terror, pero es totalmente restringido mostrar un par de tetas?... jamás entenderé esa lógica.
En fin, es bueno volver a leerte amigo, un abrazo.
Pues la cosa es que la Iglesia y los poderes manejan como principal arma contra nosotros LA CULPA y desde hace milenios culpa igual a sexo y sexo igual a cuerpo. Así que si nos hacen sentir culpables por tener cuerpo y deseos ya tienen media guerra ganada.
EliminarMe encanta verte de nuevo por aquí.