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jueves, 15 de agosto de 2013

Tres años

Ayer a las ocho cuarenta y cinco de la tarde más o menos hizo tres años desde el primer y más violento infarto. Así que estuve de cumple. Como siempre en estas fechas no hay nadie con quien celebrarlo, tomarte unas copas o lo que sea. Me pasé la tarde viendo joyas del cine, partes de nuestra historia y repasando entretanto lo que ha pasado estos años. Puedo decir lo que me dé la realísima gana: que estoy muy bien, que lo tengo asumido, que está olvidado etc. Mentiría como un bellaco. Soy incapaz de superarlo. Cada día, cada dia varias veces además, revivo el puto infarto. A veces vívidamente. Soy incapaz de pensar sin poner todo entre paréntesis. Tan obsesionado estoy que a veces se me para el pensamiento y no puedo terminar de escribir una frase u olvido un término que acabo de usar. No me falla la cabeza, está ocupada en medio de un terror absoluto. El otro día leyendo un texto japonés que trata sobre los dias anteriores al bombardeo de Hiroshima leí una frase que expresa mi estado mental desde aquel 14 de agosto: "últimamente el terror se había convertido en una especie de rutina" de Tamiki Hara. La cuerda se va tensando sobre todo según la gente se va de vacaciones, las despedidas, etc. Se acerca el día y suelo amanecer el catorce como una cuerda de guitarra, estudiando con mentalidad mágica que hice aquel día para no repetirlo. Especialmente este año que tengo los 54 y mi familia ha demostrado una cierta querencia a morirse a esta edad... del primer infarto. De nada vale que razone, de nada vale que reconozca que es un absurdo. Me voy crispando y somatizando hasta ese día. Luego viene la calma.
Sin embargo, he de reconocerlo también, este año ha sido diferente. Tengo la sensación de haber dejado atrás algo muy pesado. Evidentemente mi salud está como está, no es eso. Quizás es que esté llegando a la masa crítica de pequeños cambios en mi vida que tarde o temprano acabarán transformándola. Quizás es que esté tan agotado que haya decidido pasar del tema y "lo pasao, pasao". No lo sé, pero sí sé que este año el aniversario y el día después han sido diferentes, mejores.
Así que de nuevo me deseo un Feliz Cumpleaños y me propongo liberarme de las "caenas" que mi cabecita loca me ha impuesto.

4 comentarios:

  1. Cuanto me alegra que hagas pequeños avances en este asunto. Imagino que no es facil. Hay que intentar tirar lastre para vivir ligerito y tengo la impresión de que estás en ello. Enhorabuena.
    Un abrazo

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  2. Coincido con Uno. Date tiempo. Y mientras solo decirte: Felicidades y para muchos años.

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  3. Me alegro muchísimo que estés en el camino de la recuperación. Las heridas del alma suelen ser más difíciles de cicatrizar que las del cuerpo. Pero supongo que buena parte de razón tendrá esa expresión que dice que el tiempo lo cura todo. Pues a seguir mejorando cada día, y adelante con todo, amigo. Felicidades y un fuerte abrazo, Joaquín.

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