
Mira por donde tenía que llegar LA RED. El primer día, solo e iluminado apenas por el flexo, estando ya mi casa sosegada, en esas primeras horas de la madrugada tecleé su nombre. El primero que escribí en el nuevo mundo. Había desplegado sus bellas alas de mariposa y había volado alto, un buen puesto académico. No me alegré –soy un poco cabroncete- pero tampoco lo lamente; descubrí que, a pesar mío, a pesar de los esfuerzos por convertir aquel desastre en una historia romántica, a pesar de mis intentos de hacer una película de Meryl Streep y Al Pacino, a pesar del dolor, a pesar de todo eso me daba igual, absolutamente igual. O quizás no. Sólo años después cuando hice terapia conseguí no pensar en ella –sus ojos verdes, sus uñas comidas, sus andares de percherón, su mirada perdida, sus pechos menudos, sus lunares blancos y sus camisas grandes- con rencor todos los días.
Hoy me he puesto nostálgico. Vintage que se dice ahora y quedas como un señor (pedante pero como moderno y como se decía en aquellos tiempos del cuplé “chic”) y me he dedicado a recorrer viejas canciones. Leonardo Favio es de cuando yo tenía seis o siete añitos pero describe un encuentro semejante al último con la chica de los ojos verdes que subía la calle del Arenal por la misma acera que yo la bajaba y cruzó la calle a la altura de San Ginés. El caso es que ella no fue mía ni un verano quizás ese sea mi verano pendiente como las asignaturas que se quedan para septiembre.
Pondría el vídeo pero no sé hacerlo así que pongo la letra:
HABLADO: Hoy la vi, fue casualidad,
me miro al pasar
yo le sonrei
y le quise hablar
me pidió que no ,
que otra vez será,
que otra vez será,
que otra vez será,
tierno amanecer,
sé que nunca más.
Como olvidar tu pelo,
como olvidar tu aroma,
si aun navega en mis labios,
el sabor de tu boca,
cada piba que pase
con un libro en la mano
me traerá tu nombre
como en aquel verano.
Fuiste mía un verano
solamente un verano
yo no olvido la playa
ni aquel viejo café
ni aquel pájaro herido
que entibiaste en tus manos
ni tu voz ni tus pasos
se alejaran de mí.
Que otra vez será,
que otra vez será,
tierno amanecer,
sé que nunca más.
Se titula “Fuiste mía un verano”, por si queréis buscarla.
Conozco muy bien la canción. Y no es una metáfora que yo no he tenido nada con ojos verdes. Me refiero a la de Flavio.
ResponderEliminarUn amigo mío sufría el escarnio de sus hermanas que le pillaron una carta de un novio de verano y no dejaban de canturrearla.Preferentemente en presencia de cualquiera: Fuiste mía un verano...
Qué cosas me haces recordar. Emma Cohen...
De la canción de Flavio no sé nada, pero al título de la canción de José Vélez le falta algo... O "coucher" o "dance"... y por la época que creo que debió de ir ese señor, me inclino por "dance" jajaja.
ResponderEliminarAy, cari, la de veces que habré paseado yo por la Calle Arenal, tb. estudié algo por aquella calle que, como sabrás, ahora ya no tiene aceras, es peatonal. Igual, alguna vez coincidimos tú, yo y tu ex-amada del impermeable de los lunares blancos... que digo yo que ya se le habrán caído algunos lunares, no? jaja
Así que "estando ya mi casa sosegada..." eh? jajaj cari, se te ha escapado esta frase del frasquito donde guardas la "mística", mira a ver si la está buscando San Juan de la Cruz, jaajaja
Bezos.
Vaya! los días nostálgicos son agotadores, a mí me dejan k.a.o
ResponderEliminarEstá visto que no hay que dejar escapar la oportunidad porque cuando quieres darte cuenta ya es tarde... ( joder, menuda frase para animarte!)) Bueno, sea como sea, este estado es temporal y mañana será otro día.
Un abrazo
UT
Te ha pillado la nostalgia! Bueno, de vez en cuando tampoco es tan malo. Cómo no recordar esa canción, si me habrán taladrado el cerebro con ella!!
ResponderEliminarBESOTES AMIGO Y BUEN FINDE!
UNo: SIIIIIII Enma Cohen aaaahhhhh (para los más jovencitos, esta dama fue uno de los iconos sexys-progres de los setenta. Toda una belleza.
ResponderEliminarThiago: listo eres, efectivamente me salte "dancer". Cuando ocurrió todo esto tú no eras, sencillamente. Lo que me hace muuuuuuyyyyy viejecito. Hay frases de los clásicos que siempre deben estar ahí, rondando, y San Juan es San Juan.
Ut: El caso es que ni hubo oportunidad que aprovechar y además si no admitimos estos ataques de recuerdos que no de nostalgia negamos nuestra propia identidad. Solo somos lo que hemos vivido
Stan: Imagino, creo que Leonardo es de tu tierra ¿no? Aquí enseguida dejó de sonar pero me sigue gustando como cuando tenía diez años.
Muchas gracias por leerme.
De favio conocía más aquella de "y shovía y shovía" (¿le regalé una rosa, o algo parecido, puede ser?). Estamos hechos de nuestras vivencias, y por tanto de nuestros recuerdos, como bien dices. No hay problema de que se transformen en nostalgia de rato en rato. Sin pasarse, por supuesto. Este tragmento de tu vida lo has bordado. Como de costumbre.
ResponderEliminarUn besote.