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miércoles, 9 de octubre de 2019

¡LOS CATOLICOS PERSEGUIDOS CUAL MÁRTIRES DEL COLISEO!

El prior del Valle de los Caídos advierte de que no permitirá la exhumación de Franco
 
Sigo con el tema de ayer y no por gusto, desde luego. Hubiera preferido hablar del veroño que vivimos y de como las adelfas de mi barrio todavía están en flor pero no.
En otros tiempos de este blog me hubiera callado pero eran eso, otros tiempos.
Teniendo en cuenta lo que comenté ayer,  el efecto de que un individuo por sus no tan santas narices decida oponerse frontalmente a la decisión de un gobierno sobre la exhumación de un tirano responsable de un millón de muertos (500.000, según las estimaciones menores) muchos de los cuales están tirados en cunetas y otros debajo de una ofensiva pirámide de inequívoco gusto dictatorial, (no es por nada pero en aquella época Hitler, Stalin y demás líderes no democráticamente elegidos (incluyendo Ike, democrático pero militarista) tienen un tipo arquitectónico característico muy semejante), por algo será digo yo, lleno de mala intención) es demoledor.
Un individuo decide que nones, a otro le costaría la cárcel o el despido, veremos si a éste no le sacan  en santa procesión o se le financia un monumento con fondos públicos.
Ya no es sólo la absoluta impunidad con la que actúan, como tantos otros estamentos de esta sociedad, ojalá fueran los únicos, sino la desfachatez, el descaro, la desvergüenza y la actitud ofensiva que supone para el resto de los ciudadanos que no queremos pirámides más que para faraones (o faraonas si se tercia) el desafío al gobierno de una nación, un país, una patria (que eso les gusta más)
Si no llama al orden dentro de la Institución a personajillos creciditos de esta catadura lo que tiene de Sagrado y Espiritual el Catolicismo, todos los valores positivos que ha aportado y aporta a la cultura y a la sociedad -pese a todos los negativos que los acompañan- desaparecen y al final tenemos la "chulería" de un "Nanay" en las narices de un gobierno inestable pero legal y elegido en las urnas por muy en precario equilibrio y en funciones que esté.
Claro es que este asunto debieron dejarlo solucionado los dos últimos hombres de estado de este país: Adolfo Suarez y Felipe González, pero les entró el pánico a la hora de afrontar temas como este. Al fin y al cabo la bofetada permanente de las cunetas y de la pirámide a los ciudadanos no era asunto suyo, al fin y al cabo siempre hemos sido para la patria carne de cañón, para la iglesia crédulos y para los gobiernos contribuyentes.
Ah, eso sí, hemos de oír y callar con comentarios como el que recogí ayer en la entrada.

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