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jueves, 8 de marzo de 2012

De mujeres y pulpos (ahora en serio) 6

Hiroshige
Mientras Occidente destila su terror absoluto a las profundidades y al monstruo por definición que se ha configurado en el XIX gracias a los autores citados; Japón convive con él de un modo radicalmente diverso. 

Es casi ofensivo para el lector recordar aquí que Japón es un archipiélago de más de 3000 islas, y, para colmo, en una de las zonas sísmicas más activas del mundo, aun no hace el año del desastre de Fukushima, esta tremenda realidad hace que la cultura japonesa tenga una actitud mucho más familiar con la catástrofe, como delata el hecho de que rarísima vez se menciona un terremoto en las novelas japonesas y tan sólo muy ocasionalmente algún incendio de los que eran extremadamente frecuentes, y, al mismo tiempo que produzcan obras de arte como esta de Hiroshige

Hokusai: La gran ola
Hablamos de la actividad sísmica y pensamos automáticamente en terremotos pero se nos olvidan las grandes olas que se producen como consecuencia de estos y que son conocidas en el mundo entero por su nombre japonés: tsunami.

 La vida y la muerte llegan a Japón de manos del mar y así es aceptado por su cultura.

Con la Segunda Guerra Mundial y, sobre todo, con las dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, la cultura del horror revive con todo tipo de criaturas como Godzilla (que aparece en 1954), por ejemplo, haciendo de Tokyo la ciudad más destruida de la historia del cine, pero también con manifestaciones más serias como la Danza Butoh o algunos ejemplos del cine de Akira Kurosawa (“Los sueños”, sin ir más lejos). 

Godzila
 Danza Buto
Ante esta situación de guerra fría y amenaza atómica para el mundo que Japón exorciza, de algún modo a nivel popular, mediante el monstruo que “sale del mar” de nuevo, Estados Unidos generará, como ya se mencionó una especie de sub-género de chica-cazada-por-monstruo-acuático (lagunas, pantanos etc) tanto en cine como en novelitas baratas de portadas subiditas de tono, en este ejemplo concreto parece que la relación no fue tan mal como era habitual. 


 Así no nos resulta tan extraña la ambigüedad entre el terror y el coqueteo de la última imagen de la entrada anterior: una pin-up entre aterrada y seducida por el tentacular y polifálico pulpo que se repite casi simétricamente en su cabellera. Desde luego algo dedicado a los varones reprimidos por los últimos vestigios del puritanismo decimonónico (por que si el s. XVIII fue un siglo corto que duró de 1714 con la muerte de Luis XIV a 1789 con el inicio de la Revolución francesa, el XIX fue un siglo larguísimo que comenzó con la Revolución francesa-burguesa y no vio su fin hasta 1968, al menos en lo que a repetición de valores morales, actitudes burguesas y repetición de pautas de conductas que llevaron al menos a dos guerras mundiales, a unos feroces nacionalismos, colonialismos y racismos) En cierto sentido esta buena moza del bañador (de cuerpo entero, no frivolicemos) es heredera directa de las heroínas de  los novelones como Trilby o el Fantasma de la Ópera, que caen seducidas por su propio destructor, Svengali en el primer caso y el Fantasma en el segundo.
Pero volvamos a lo concreto de las mujeres y los pulpos y al Japón. Con la occidentalización que comenzó hacia 1868 la alegre actitud hacia lo que nosotros consideraríamos pornografía se esfumó y comenzó a ser perseguida con cierta saña. Actitud que todavía perdura en algunos aspectos. Al no estar permitido mostrar los órganos genitales en ninguna publicación Toshio Maeda en los 80 “inventó” lo que ha acabado convirtiéndose en “tentacle rape” o “violación con tentáculos”, aunque las chicas no siempre parecen estar siendo forzadas. 
 Toshio Maeda
 Fuco Ueda
Siendo uno de los grandes ejemplos del género titulada El miembro del gigante Ico Chan contra la Reina Gidora (2002) de Makoto Aida que vemos aquí abajo.

Pero la cosa no ha hecho más que empezar como iremos viendo

3 comentarios:

  1. Un tema interesante es la contaminación cultural sufrida por Japón, y el retroceso en muchos aspectos que el contacto con occidente supuso en sus valores morales.

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  2. En estos días en que se está hablando tanto del Japón, tus entradas están siendo un complemento muy jugoso.
    Un abrazo

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