¿Restos de botellón o una carta de amor que ni siquiera espera llegar a destino?
Tal vez una despedida, tal vez unas líneas empapadas en lágrimas, tal vez tan sólo una botella que se cayó en un despiste.
Ahí se quedó, flotando, esperando quizás.
Es una metáfora de la alcaldesa flotando sobre sus miseris, sobre las críticas, insmergible.
ResponderEliminarUn abrazo
E inútil, pero afortunadamente no irrompible, claro que últimamente Madrid está haciendo bueno eso de que "otro vendrá que bueno me hará", así que cuando las intrigas o los ascensos rompan la botella Botella, tiemblo de pensar lo que nos pueda caer encima. En cualquier caso veía yo la cosa de un modo más poético.
EliminarUn abrazo
Cierto que una botella flotando puede ser portadora de noticias, pero las noticias pueden ser buenas o malas. Mientras la botella siga flotando sera portadora de esperanza y eso es de lo que mas necesitados estamos en estos momentos de tanta oscuridad.
ResponderEliminarTe doy toda la razón pero me gustaría añadir algo más. Según Buda cada uno ha de ser su propia luz, y eso se nos está olvidando.
EliminarPor cierto, gracias por leerme y sobre todo por tu blog.
No se, cada vez tengo más miedo a dejarme llevar por las reflexiones, a lo mejor acabaría ahogándome.
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